miércoles, 14 de enero de 2009

Racismo en estado puro


Desde aquí me adhiero a la manifestación de este próximo domingo en Madrid en apoyo a Israel. Ya sabemos que las televisiones apenas tocarán el tema (eso las que lo mencionen), que no habrá titiriteros (pero tampoco encapuchados con pistola), que no estará el PSOE ni IU (ni falta que hace), que no se pedirá el exterminio de nadie (para eso ya están ellos), que no se utilizarán alegremente palabras como holocausto o genocidio (nosotros sabemos que las palabras no son vacías, que tienen un significado).

Sabemos todo eso y no nos importa porque estaremos allí (unos en persona y otros, desgraciadamente, sólo en espíritu) para apoyar a Israel y al pueblo judío en momentos como este en los que se pide sin pudor la destrucción de un país y la vuelta de los judíos a los hornos. Parece mentira pero es como si hubieramos retrocedido 70 años en el tiempo y los camisas pardas volvieran a deambular por las calles de Europa, esta vez con la pañoleta palestina al cuello.

A veces me pregunto como es posible que en un mundo tan pusilánime como el nuestro, en el que hay que escoger las palabras con muchísimo cuidado para que no te tilden de xenófobo, machista, o lo que sea, resulte tan fácil atacar a los judíos.
Sólo se me ocurre una explicación: mucha, muchísima gente, es muy racista y odia a todo el que sea diferente (en raza, cultura, religión, opciones sexuales, aficiones deportivas, ...)pero también es muy cobarde y no se atreve a expresar su odio en voz alta porque está mal visto, es políticamente incorrecto. Así que se lo guarda muy dentro de sí mientras pone cara de talante. Sólo se permite una pequeña válvula de escape dejando que todos sepan como odia al equipo rival porque eso, al fin y al cabo, no está mal considerado ¿qué madridista no odia al barca o viceversa?

Y ahora, de pronto, todos (de derechas, izquierdas, altos, bajos, viejos y jovenes, ricos, pobres, mujeres y hombres) se encuentran que hay un país, Israel, y un pueblo, el judío, al que se le puede odiar sin que nadie te mire mal. Es más, todas las televisiones, y los políticos, y muchos periodistas, y ¡los artistas! y las ONGs,... en fin todos aquellos que marcan la pauta de la opinión, los que deciden lo que está bien y lo que está mal, todos ellos muestran públicamente su ODIO A ISRAEL, lo califican de estado terrorista, de ser la peor lacra de la humanidad, de merecer desaparecer y que sus ciudadanos (los que puedan huir de la matanza) se repartan como buenamente puedan por donde alguien (muy pocos) los acepten. Más adelante ya habrá alguien que vaya encendiendo los hornos.

¡Es la hostia! los españolitos podemos gritar ¡muerte a Israel! ¡judíos a los hornos! sin que nadie nos mire mal. Al contrario, nos aplaudirán y alabarán nuestro exquisito gusto a la hora de insultar y premiarán nuestra creatividad en el disfraz o la pancarta que mejor ataque al enemigo de todos.

¿Cómo coño se van a resistir a expresar su odio a pleno pulmón y a favor de corriente?

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