sábado, 26 de julio de 2008

La judeofobia de los españoles

Excelente artículo que nos llega através de Dori Lustron:

Es difícil ser judío en España

Martin Varsavsky
(http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/21/lapurezaestaenlamezcla/1216636800.html)

Ser judío en España es difícil. Lo es por una razón: casi no hay judíos en España. Bueno, no es que no haya judíos en España, sino que somos muy pocos: los miembros de todas las comunidades judías de España no llegan a los 15.000 según las propias instituciones judías (aunque según los cálculos de los embajadores de Israel y de Argentina en España se acercan a 30.000) en un país de 45 millones de habitantes.

Pero en España sí hubo judíos. Hace mucho tiempo. Cuando fuimos expulsados del reino éramos unos 600.000 o el 10% de la población. Pero gracias a esa expulsión (que fue terrible no sólo por lo injusta, sino por lo eficaz), España pasó a tener 1 de cada 10 habitantes judíos en 1492 a 1 cada 3.000, actualmente.

Siendo tan pocos judíos en este país lo más probable es que la mayoría de mis lectores nunca haya cenado en casa de una familia judía, o conocido en profundidad a un judío. Sin embargo, según 'El País' de hoy, el 56% de los estudiantes secundarios españoles dicen que "estaría poco o nada dispuesto" a trabajar con un judío.

Para que quede claro: este horroroso prejuicio que demuestran los estudiantes españoles es también el mismo que sienten por otras minorías. En orden de rechazo de los estudiantes españoles, los gitanos se llevan el "premio" siendo rechazados por el 67% de los escolares. Luego vienen los marroquíes, despreciados por nada más ni nada menos que el 64% de los estudiantes españoles y enseguida después venimos los judíos. El rechazo es menor hacia los Europeos del Este (un 47%), aún menor hacia los africanos (un 45%), tras los que vienen los latinoamericanos y asiáticos (un 43%), y los menos rechazados son los norteamericanos y los comunitarios (28 y 22% respectivamente).

¿Pero cuál es la gran diferencia entre todos estos grupos y los judíos? Que el prejuicio antisemita del escolar español medio es un prejuicio basado no en el encuentro con judíos -que, como digo, es estadísticamente improbable- sino por la historia antisemita española desde la Inquisición. Yo me pregunto en qué está basada la judeofobia en este país. ¿Cómo puede ser que haya desprecio por el judío sino se le conoce?

En España, por ejemplo, ser judío es sinónimo de ser tacaño o avaro cuando en Estados Unidos son las instituciones judías las que más dinero invierten en asuntos sociales, destinados en la mayoría de los casos a no judíos.

Además, están los medios masivos de comunicación españoles que habitualmente atacan a los 6 millones de israelíes judíos --que viven entre más de 1.000 millones de musulmanes-- de ser la causa de la violencia en el mundo árabe y musulmán (cuando los palestinos representan una ínfima minoría de éste).

Existe en España otro antisemitismo que es el del progresismo que cree que Israel controla a Estados Unidos y que tanto Israel como Estados Unidos son dos países enemigos de la convivencia y la estabilidad global, al que se le añade el antisemitismo de la derecha católica tradicional.

Pero hay más. Existe en España la creencia del lobby judío todo poderoso. En Estados Unidos hay 34 mil lobbystas registrados en el Congreso entre los cuales una minoría son judíos. Si bien las instituciones judías en Estados Unidos (como el American Jewish Committee, Anti Difamation League, Bnai Brith o American Israel Public Affairs Committe) tienen poder, y hacen un aporte importante al resto de la sociedad americana y al Estado de Israel, no se entiende cómo la prensa española habla tan frecuentemente del lobby judío norteamericano como si controlara los destinos de la política y la economía mundial, cuando todos sabemos que es pequeño en comparación al lobby de la industria armamentista, petrolera o farmacéutica o a los 34 mil otros lobbies que hay en Estados Unidos.

Justamente, lo que no existe en España -pero muchos españoles creen que sí- es un lobby judío. Lo que existe en España es el trabajo que hacen las ínfimas comunidades judías españolas para que baje el nivel de prejuicio contra los judíos.

Ser judío en España no es fácil. Un compañero de mi hijo Tom fue suspendido recientemente por agredirle por ser judío. Mis hijas Alexa e Isabella también han tenido que sufrir situaciones en las que chicos españoles hacían comentarios antisemitas. El colegio al que van mis hijos es inglés y nunca han recibido comentarios antisemitas de chicos ingleses, ni tampoco de chicos alemanes, o de otros países de Europa, que son la mitad de los chicos. Quienes frecuentemente hacen comentarios antisemitas son los españoles. Es más: recientemente los padres de chicos no españoles se juntaron para hablar con los padres de chicos españoles y alertarlos sobre este problema que ahora parece bajo control.

En el plano personal, el hecho de ser judío no me ha causado problemas en España. Mis grandes amigos aquí son de familias españolas tradicionales, Miguel Salís, Pablo Perezpayá, Jesús San Vicente, Alfonso Gómez Acebo, Juan Herreros y en general no he notado prejuicios ni en ellos ni tampoco en sus hijos.

Tampoco he tenido problemas a nivel social, político (como profesor del Instituto de Empresa), ni como emprendedor. El prejuicio antisemita en España es fuerte pero parece estar basado en dos ejes: uno es el de la educación familiar, en el cual en ciertas familias está aceptado ser antisemita cuando, en verdad, no se conoce personalmente a ningún judío. El otro eje es el económico. Los judíos somos frecuentemente acusados de la miseria de los no judíos. Prejuicios como que "matamos a Cristo" ya no se escuchan tanto, pero prejuicios como "todos los judíos son ricos y controlan Wall Street" aún existen.

Una de los sitios donde más frecuentemente encuentro el antisemitismo es en mi blog. Hasta un colaborador de 'El Mundo' me llamó una vez judío especulador. Basta con 'googlear' "Varsavsky judío" para ver la cantidad de comentarios antisemitas que hay.

Mi conclusión es que se puede ser judío en España, pero no es fácil. Si bien soy una persona laica, no practicante, estoy orgulloso de mis orígenes. Pero me duele mucho y me entristece que exista tanto prejuicio contra una minoría como la judía, un pueblo milenario perseguido durante siglos y siglos, y que en España es prácticamente invisible. ¿Se trata de ignorancia o de una cierta judeofobia inconsciente en un país casi sin judíos?

Ignorancia, sin duda. La ignorancia de los españoles, no solo sobre los judíos sino sobre muchísimos temas, es proverbial. Y, lo que es mucho peor, despreciamos todo aquello que ignoramos. Somos un país muy cateto. Nos creemos el ombligo del mundo cuando, en muchos aspectos, nos situamos en otra zona de la anatonomía.

Hay que acabar con las bravuconadas de Irán


La próxima guerra
Por Rafael L. Bardají
www.libertaddigital.com
Salvo que el mundo haga algo eficaz para impedirlo, Irán acabará teniendo su bomba nuclear. Más pronto que tarde. Y el día que eso ocurra es más que probable que todo el universo estratégico en el que nos movemos quede definitivamente obsoleto. Para mal, no para bien. Éstas son las ideas básicas de Iran: la prochaine guerre, un ensayo lúcido, breve, claro y contundente que expone de forma directa, brutal, tanto las ambiciones nucleares de los ayatolás como el peligro que entrañan.
Tras cuatro años de tiras y aflojas, el pasado fin de semana volvía a escenificarse un nuevo fracaso negociador: reunidos en Ginebra, los europeos insistían en ofrecer un nuevo paquete de incentivos y los iraníes, en hacerse los suecos. Si todo dependía de que Teherán congelase el enriquecimiento de uranio, no había nada que hacer. Y claro, no lo hubo. Los iraníes salieron de la habitación igual que entraron, sin ceder en nada; en cuanto a Javier Solana, sólo pudo alegrarse ante las cámaras de que en esta ocasión le acompañó, además de tres colegas europeos, un americano, si bien éste no formaba parte formalmente de negociación alguna.

¿Qué es lo que han conseguido los europeos en estos cuatro años de diálogo con Teherán? Nada de lo que pretendían. La República Islámica no sólo no ha suspendido su programa nuclear, sino que parece haberlo acelerado en los últimos meses. Por el contrario, los ayatolás sí que han obtenido lo que buscaban desesperadamente: tiempo para resolver las contrariedades técnicas aparejadas al enriquecimiento de uranio.

A estas alturas de la película no deberían quedar dudas sobre las verdaderas y aviesas intenciones de los dirigentes teocráticos y fundamentalistas iraníes. Llevan más de veinte años estudiando la manera de hacerse con armamento atómico; aún peor: lo han hecho de manera opaca y clandestina.

Quien todavía tenga dudas, debería leer este libro, en el que se nos introduce en el peculiar mundo del poder del Irán jomeinista, donde el que más manda no siempre es el presidente, sino el líder espiritual, donde los arsenales de misiles están controlados por un cuerpo denominado Guardianes de la Revolución y donde, en fin, hay un consejo encargado de la salvaguarda de los valores islámicos. Se trata, en definitiva, de un país que no es como el nuestro.

De esta obra no cabe esperar, por su concisión, un tratado sobre el régimen iraní. En cambio, sí es un muy buen libro sobre las intenciones de Ahmadineyad y compañía en materia nuclear. Paso a paso, el autor, Bruno Tertrais, desgrana los argumentos que esgrimen los líderes iraníes –por ejemplo, su derecho (¿divino?) a disfrutar de la tecnología nuclear– y los echa abajo sin piedad.

No es verdad, por ejemplo, que los ayatolás tengan intenciones pacíficas. El suyo no es un programa civil con potenciales aplicaciones militares; todo lo contrario: es un programa con fines militares que esconden y presentan como una investigación para aplicaciones pacíficas. Como los hechos son más tozudos que las palabras, por mucho que digan y por mucho que se revuelvan los negociadores iraníes, nada puede explicar tanto secretismo durante tanto tiempo ni, mucho menos, algunas de las cosas que los inspectores de la ONU han encontrado, como los diseños para fabricar las esferas de metal que sirven para crear la masa crítica del material fisible y comenzar, así, la reacción en cadena, o los discos de berilio, cuya única finalidad conocida –salvo que los ayatolás hayan caído colectivamente en una nueva aberración fetichista– es servir de detonadores de una bomba atómica. Bueno, sí hay una única cosa que lo explicaría todo: que estén queriendo fabricar una bomba.

El segundo mito que desmonta claramente Tertrais tiene que ver con el supuesto derecho que asistiría a Irán para investigar cómo se enriquece el uranio. Se ha llegado a sostener en Ginebra que el Tratado de No Proliferación confiere a los iraníes tal derecho. Nada más falso. El acceso a la energía nuclear de uso civil es un derecho reconocido a todos los signatarios, siempre y cuando cumplan con las pertinentes salvaguardas (cosa, dicho sea de paso, que no hace Teherán, según la propia ONU). Pero en el TNP no se dice que los signatarios pueden hacer lo que quieran siempre que se detengan justo antes de fabricar una bomba. Tertrais lo deja claro. Como se ha dicho ya, ésta es la interpretación de la misma ONU, quien considera que Irán se ha colocado al margen de la legalidad internacional y que, por eso, debe ser sancionado.

Marines en Irak.Otro mito más al descubierto: si Irán persigue el arma atómica es porque pretende reforzar su seguridad. O sea, que no quiere hacer realidad sueño hegemónico u ofensivo alguno. Sería una paradoja que Irán, luego de librarse de sus dos peores enemigos: Sadam Husein y el régimen talibán (gracias a los americanos, todo hay que decirlo), se sintiera ahora más amenazado que nunca, tanto como para buscar cobijo bajo un paraguas nuclear.

Ninguno de sus vecinos alberga deseos ocultos de invadir Irán. Nadie en el mundo se plantea hacerlo. Por mucho que suenen tambores de guerra en Washington y Tel Aviv, lo cierto es que Irán ni está ni estará amenazado; tampoco, posiblemente, su actual régimen. Otra cosa es su programa nuclear, que sí puede ser destruido. Pero resulta todavía más paradójico que, por reforzar su seguridad, los ayatolás se arriesguen a que sus instalaciones más queridas sufran un ataque. No hay forma lógica de explicarlo. Salvo que no se haga caso de la versión pacífica que airea Teherán. Si Irán quiere la bomba es para sacar provecho de ello; directa o indirectamente, real o virtualmente, militar o políticamente.

De hecho, como muy bien expone Tertrais, los ayatolás no necesitán bombardear Israel para alterar el panorama estratégico en su favor: hostigarán cuanto quieran a sus vecinos, movilizarán a su antojo a sus lacayos de Hezbolá y Gaza, impondrán el precio del crudo que más les convenga y amenazarán al mundo cuando lo estimen oportuno; y todo porque tendrán a mano el paraguas nuclear.

Si se fracasara a la hora de poner freno al programa nuclear iraní, ¿cuáles serían las consecuencias? En primer lugar, se desataría una carrera atómica en la región, que, no lo olvidemos, provee de crudo a medio mundo; una carrera cuyos peligros serían innumerables. En segundo lugar, asistiríamos al despliegue de una política de dedo en el gatillo (nuclear, eso sí) por parte de Israel e Irán, con los consabidos riesgos de accidentes que conllevaría: piénsese, por ejemplo, en los tiempos de la Guerra Fría, de clima generalmente más benigno. En tercer lugar, los países de la zona invertirían ingentes sumas en sistemas bélicos, lo que sólo puede ir en detrimento del desarrollo de la misma. Y si usted es de los que creen que la pobreza y la falta de expectativas está en la raíz del terrorismo islamista, entonces no puede esperar sino más terrorismo.

Así las cosas, Tertrais concluye que lo mejor sería parar en seco a los ayatolás. Y cuanto antes mejor. El problema es que sólo los Estados Unidos e Israel podrían llegar a plantearse la opción militar. Y las condiciones políticas en uno y otro país no parecen ser las apropiadas para tomar una decisión tan dramática. O sea, que salvo un milagro estratégico, más vale que nos vayamos acostumbrando a vivir bajo la bomba. Esta vez la iraní. Pero eso lo digo yo, no el autor.

Me temo que la postura con respecto a Irán es radicalmente equivocada. Y no me refiero a lo que hacen y dejan de hacer en Eurabia, a la actitud manida de los políticamente correctos ni al baboseo de la progresía internacional.
Me estoy refiriendo a los USA (nunca de fiar), a Israel y los que están preocupados (y asustados) ante la escalada nuclear. El problema de Irán no es la bomba atómica. El problema ES Irán. El problema es ese régimen teocrático medieval. Irán representa todo lo contrario a lo que somos. Irán es lo opuesto a la libertad, a la justicia, a la civilización, al progreso, ... Irán es nuestro enemigo con y sin bomba atómica. Y hará todo lo que pueda para destruirnos, para acabar con nuestro modo de vida.
Todo lo demás es anécdota. Si tiene armas nucleares las usará contra Israel y contra quien le venga en gana. Si no las tiene, usará el terrorismo y diversos títeres para atacarnos. Desde el otro bando no paramos de buscar excusas, necesitamos estar seguros que todo el mundo aplaudirá una intervención para llevarla acabo. Ellos, sin embargo, actúan continuamente. Nos torean, nos ponen en ridículo, nos provocan, juegan con la opinión pública,...
Se me viene a la cabeza la escena de Indiana Jones (creo que en la primera) en la que un tipo enorme y musculoso le planta cara a Indi maniobrando con dos espadas que dejarían acojonado a cualquiera. Indi deja el latigo, saca la pistola y se lo carga de un tiro. Se acabaron las bravuconadas. Así de fácil.

viernes, 25 de julio de 2008

Últimos grandes éxitos de la ONU


Cuando la Diplomacia Falla
Por Julián Schvindlerman

Durante el año 2007, el partido gobernante y las fuerzas de seguridad en Zimbawe “cometieron abusos contra partidos opositores y sus seguidores y obstruyeron sus actividades” conforme al Informe País sobre Prácticas de Derechos Humanos del Departamento de Estado norteamericano. El gobierno, cuya corrupción está “esparcida”, incurrió en “amplio y sistemático abuso de los derechos humanos”. Entre las violaciones a los derechos humanos de los zimbwaneses que las autoridades cometieron, el informe detalla “asesinatos ilegales y secuestros políticamente motivados”, “violencia y discriminación contra la mujer”, “tráfico de mujeres y niños” y “trabajo infantil”. Además, las “fuerzas de seguridad torturaron a miembros de la oposición, líderes estudiantiles y activistas de la sociedad civil”, “el gobierno continuó empleando leyes represivas para suprimir libertades de expresión, de prensa, de asociación, libertad académica, de asamblea y movimiento”, y las “fuerzas de seguridad actuaron con impunidad, arrestaron y detuvieron arbitrariamente a la oposición, miembros de la sociedad civil, trabajadores, periodistas, manifestantes y líderes religiosos”.

Esto ocurrió el año pasado, tal como en años anteriores. Este año, la política tiránica del dictador Robert Mugabe se sostuvo, y durante las últimas elecciones reprimió de tal manera a sus opositores que hasta la ONU intervino. El viernes 11 de julio, el Consejo de Seguridad se reunió para votar un paquete de sanciones promovido por Estados Unidos. Washington pretendía que la ONU impusiera un embargo de armas y limitaciones financieras a la vez que restringiera el movimiento internacional de oficiales del gobierno. Eso no sucedió. Rusia y China vetaron la iniciativa alegando que ello equivalía a una intromisión foránea en los asuntos internos del país. Libia y Vietnam coincidieron, y también votaron en contra. Otro tanto hizo Sudáfrica, invocando la solidaridad regional. Gracias a estas naciones, Mugabe podrá seguir masacrando a sus súbditos con total impunidad.

Al lunes siguiente, en un acontecimiento paralelo, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), el argentino Luis Moreno Ocampo, presentó cargos de genocidio contra el presidente sudanés Omar al-Bashir. Ocampo lo acusó de planificar la obliteración de las tribus africanas en Darfur mediante una campaña de asesinatos, violaciones, y deportaciones. Más de trescientas mil personas fueron muertas, más de dos millones y medio han sido desplazadas internamente, y casi un cuarto de millón de refugiados huyeron a Chad desde el año 2003 solamente. Tal como Mugabe, sólo que en el año 2000, Bashir fue reelecto en unas elecciones oficialmente fraguadas. El descargo del fiscal Moreno Ocampo marcó la primera vez que un jefe de estado en ejercicio es acusado por la Corte Penal Internacional, pero, según Associated Press, “Es improbable que Al-Bashir sea enviado a la Haya prontamente. Sudán rechaza la jurisdicción de la corte y se rehúsa a arrestar sospechosos”. A su vez, a los jueces de la CPI les tomará “meses” -según ha estimado el propio fiscal- tomar la decisión de aceptar o denegar el pedido.

Apelar a otros órganos de la ONU no tendrá sentido: allí están Rusia y China para garantizar la inmunidad a los peores dictadores del globo. Además, tal como informaran las agencias ANSA, EFE, DPA y Reuters, Egipto, Irán y la Liga Árabe “rechazaron enérgicamente” la decisión de la CPI, mientras que el secretario-general Ban Ki-Moon “dialogó telefónicamente con Al-Bashir, a quién le aseguró que no influyó en la decisión de la CPI”. Sea en Zimbawe, Teherán, en su momento Bagdad, Burma, o Darfur, la ONU está constitucionalmente incapacitada de actuar. Salvo, desde ya, que se trate de condenar alguna acción estadounidense o israelí, ocasión en la que ella inmediatamente esgrime notable celeridad. Y si bien en este caso puntual la CPI pudo operar a instancias del Consejo de Seguridad, el hecho de que esto sea una novedad es un comentario muy elocuente a propósito de su pobre accionar. A través de la Corte Penal Internacional, la ONU ha imputado en el pasado a quienes cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad en Ruanda, Liberia y Bosnia, pero solamente una vez que el genocidio ya había sido cometido y los responsables abandonado sus cargos. Tal el caso de los jerarcas de Ruanda, el liberiano Charles Taylor, y el serbio Slodovan Milosevic. Si bien el castigo de tales crímenes es importante, la prevención y detención del crimen en ejecución es crucial. Y en esta área, el accionar de la ONU ha sido legendariamente decepcionante.

Para aquellos de nosotros que no tenemos demasiada fe en las bondades diplomáticas de las Naciones Unidas, estos hechos apenas sorprenden. Tenemos ante nosotros la dolorosa evidencia de que por años ella toleró el ilegal desarrollo nuclear iraní, los excesos criminales de Zimbawe, el genocidio de Sudán, y la represión de la junta militar de Burma. Sabemos con absoluta seguridad que si de la ONU dependiera, Saddam aún hoy sería soberano en Irak, el régimen Talibán seguiría intacto en Afganistán, y Milosevich continuaría matando a mansalva mientras que Bosnia y Kosovo permanecerían ensangrentadas. Para aquellos de nosotros que creemos en la necesidad de la ocasional intervención política y militar decidida para atenuar el sufrimiento humano allí donde la diplomacia ha fracasado, estas son obviedades. Para aquellos que repudian este curso de acción, ello es una cuestión de principios y no lucen dispuestos a reconocer que hay instancias en las que la diplomacia fracasa. No advierten que la insistencia en un método de probada inutilidad en determinadas situaciones contribuye al desamparo de las víctimas.

La agonía de Sudán, la tragedia de Burma, la amenaza de Teherán, y el terror de Zimbawe, son serios y reales. Igualmente serias y reales debieran ser las respuestas de la comunidad internacional.

No olvidemos que también algunos países europeos (con Francia a la cabeza) y los USA son expertos en pasarle la mano por el lomo a los peores dictadores, reyezuelos y tiranos. Son culpables por acción, y por omisión. Por cruzarse de brazos y continuar sosteniendo con su dinero, con el de nuestros impuestos, a ese anacronismo inútil llamado ONU.

jueves, 24 de julio de 2008

Otro atentado con excavadora

Basta que te despistes un par de días con esto del verano y las vacaciones, que te alejes de internet y las noticias, para que al volver te encuentres con otro hijo de puta asesino palestino haciendo lo que sabe, para lo único que sirve: matar a gente indefensa. En este caso se quedo a medias gracias a la intervención de dos israelíes.

Terrorista abatido en nuevo atentado con excavadora en Jerusalén
El conductor de una excavadora arrolló a cuatro autos en la calle Keren Hayesod de Jerusalén, junto a la entrada del Parque de las Campanas, de la misma forma que ocurrió el atentado de la topadora semanas atrás. El hombre fue abatido. Aparentemente hay al menos 18 heridos (la mayoría leves y uno en estado intermedio). La policía, ambulancias y bomberos llegaron a gran velocidad al área.
http://www.infolive.tv

Habrá que replantearse muy seriamente la posibilidad de que los palestinos realicen según que trabajos en Israel. Ellos deciden convertir herramientas y maquinarias en armas. Habrá que impedirles el acceso a maquinarias y heramientas.

martes, 22 de julio de 2008

Las Granjas de Shaaba

Próximo Objetivo-Excusa: Las Granjas de Shaaba

Gabriel Ben-Tasgal Para Guysen International News

Fuente: www.guysen.com/es

http://www.porisrael.org/

Se trata de unos 25 kilómetros cuadrados que pueden se utilizados como excusa para una nueva explosión de violencia entre Israel y el movimiento terrorista Jizballah. Ubicadas entre la aldea druza Magdel Shams en el Golán y el aldea libanesa de Shaaba, son pretendidas por Jizballah para su "amada" patria libanesa, la misma que jaquea en la actualidad.

Las alturas del Golán se rigen por la ley israelí. Más aún, si continúa el proceso iniciado en la Knesset, cualquier renuncia o retirada en esta zona deberá ser sometido a un plebiscito (o elecciones). El Golán, según la ley de 1981, no ha sido anexado a Israel sino que la ley israelí rige sobre estas tierras (a diferencia de Jerusalén que si fue anexada por una ley de 1980). Lo cierto es que la comunidad israelí no reconoce el derecho de Israel y, sin embargo, tampoco existe total consenso sobre quién debería poseer estos 25 kilómetros cuadrados.

En mayo del año 2000, el entonces gobierno de Israel solicitó a la ONU establecer los límites entre Israel y el Líbano para así cumplir la resolución 425 del Consejo de Seguridad que exigía la total retirada israelí del sur del país. Los responsables se fijaron en el archivo de mapas de la zona estableciendo que las Granjas de Shaaba (para Israel, "Har Dov") formaban parte del Golán y por lo tanto, según la ONU, es territorio sirio conquistado por Israel. Siguiendo este razonamiento, si Israel le debería devolver a alguien este terreno es justamente a Siria.

El origen del problema, como muchos otros problemas, reside en la influencia de las potencias en la zona. Francia, que según el Acuerdo Secreto de Sykes Pikot (1916) y luego gracias a la Sociedad de las Naciones, había recibido un mandato sobre los terrenos de Siria y el Líbano, se hacía cargo de terrenos que de hecho, eran una sola entidad. Como los franceses decidieron crear un país pro francés con mayoría (entonces) cristiana maronita, partieron el terreno aunque de facto, dominaban las dos sub provincias. En un mapa francés de 1932 las Granjas son parte del Líbano mientras que en otro de 1945 son parte de Siria. Al retirarse Francia y declararse el estado independiente del Líbano (1943) comenzaron una serie de procesos complicados… una guerra civil dentro del Líbano entre las minorías unidas en un país artificial y pro sobre todo, los incansables intentos de Siria por recuperar el terreno que consideraban de su propiedad.

Tras la retirada israelí del sur del Líbano (2000), Jizballah comenzó a vociferar que, a diferencia de lo argumentado por la ONU, Israel no se había retirado de "todo" el territorio libanés sino que aún dominaba las Granjas de Shaaba. Lo que se podía interpretar como una simple excusa para seguir bombardeando a Israel escudándose en una "defensa a la madre tierra libanesa" (y así ganar legitimidad en la sociedad libanesa), cobró más fuerza tras las declaraciones del Ministro de Relaciones Exteriores sirio Faruk A-Shara quien en el 2005 dijo que ciertamente, las tierras eran parte del Líbano. Para Siria, se trataba de una nueva oportunidad para envalentonar a Jizballah para que dicho grupo terrorista sigo hostigando a Israel sin tenerse que enfrentar ella al poder militar de sus vecinos del sureste. Para Siria… también era una posibilidad de debilitar más al gobierno de Fuad Siniora reforzando el poder de Jizballah en el sur del Líbano. A todo esto, Fuad Siniora declaraba que deseaba negociar con Siria la fijación de los límites en las Granjas de Shaaba aunque más no fuese para debilitar un poco a Jizballah.

La confusión también está instalada en el propio gobierno libanés. En la página de Internet del ejercito nacional aparece, en un mapa, las Granjas de Shaaba dentro del Líbano y en otro mapa como parte de Siria.

Tras la segunda Guerra del Líbano (2006) el Consejo de Seguridad establece la famosa declaración 1701 por la cual Israel retrocede del Líbano y Jizballah deja de atentar contra los civiles israelíes, desmilitarizando una zona que sería controlada por los cascos azules de UNIFIL. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas solicitaba, en dicha declaración (artículo 10), que el Secretario General de la ONU estudie y aconseje el mejor proceder con respecto a las Granjas de Shaaba.

Ban Ki-Moon establece dos formas de solucionar el conflicto: 1) Que Líbano y Siria solucionen, de una vez por todas, dicho sea de paso, sus problemas de límites a través de la negociación. Bashar El-Assad anunció su "deseo" de sentarse a negociar sobre el tema con el Primer Ministro Fuad Siniora aunque es justamente el primer ministro sunita (Siniora) quien, en la actualidad, tiene la cabeza ocupada intentando sobrevivir a los embates y a los sabotajes de los partidarios de la rama pro-Siria y anti Siniora que lidera el Jizballah en el Líbano y que la apoyan el maronita Michell Aoun, entre otros. 2) Que los terrenos pasen a ser administrados por la propia ONU hasta que se decida su futuro. Ki-Moon dijo que se trata de un tema problemático ya que no queda del todo claro la ubicación y extensión geográfica de las granjas (por eso nombro a un cartógrafo para establecer las fronteras). El Secretario General explicó que recibió ayuda de Israel y del Líbano para fijar las fronteras pero no por parte de Siria.

En los últimos meses, la ONU volvió a estudiar el tema y ahora estableció que hay posibilidades "que sean ciertas" las quejas (más bien de Jizballah) que se trata de territorio libanés. Una aclaración importante en este tema… en setiembre del 2006 el Secretario General de la ONU establece en un informe que no hay justificación para que Jizballah continué realizando actividades militares en el sur del Líbano escudándose en el tema de las Granjas de Shaaba. A la par, entiende que si este tema se solucionase sería más fácil (supuestamente) para el gobierno central del Líbano desarmar a Jizballah ya que (supuestamente nuevamente) no tendría motivo para continuar la guerra. De ahí que comience a sonar con más fuerza la versión "Shaaba formaba parte del Líbano". Hay mapas que muestran una cosa y otros que muestran lo contrario. Es sólo cuestión de explicar que unos mapas son más importantes que otros.

Dicho sea de paso, los soldados de la ONU que controlan la separación de fuerzas en las Granjas de Shaaba son los cascos azules que vigilan los límites entre Siria e Israel y no las fuerzas de UNIFIL que separan a israelíes y libaneses. Esto muestra que, por el momento, la ONU sigue creyendo que el terreno es sirio.

Hay quienes argumentan, en Israel, que las Granjas poseen un beneficio militar ya que se encuentran a una altura considerable y sirven de antesala para subir alternativamente al estratégico Monte Hermón. Otros, rechazan entregarle las Granjas al Líbano (más precisamente a Jizballah) ya que esta acción envalentonaría aun más al grupo terrorista chiíta quien en un futuro podría exigir recuperar siete aldeas chiítas que ahora están dentro de Israel en la Alta Galilea.

Los que se apoyan la entrega de las Granjas al Líbano, creen que se trata de un territorio tan chica que se podría solucionar el conflicto exigiéndole a la ONU que mantenga el terreno desmilitarizado (sin Jizballah). Más aún, la entrega debilitará, creen, los argumentos militares de Jizballah.

Como en muchas otras cosas… los que creen que Jizballah desea destruir a Israel e imponer un gobierno fundamentalista en el Líbano entienden que la entrega o no de Shaaba nada influirá. Los que consideran que se puede debilitar al grupo terrorista con una fusión de decisiones políticas, diplomáticas y la acción efectiva de al ONU, apoyan la cesión.

Lo cierto es que durante la última semana en Israel, el Primer Ministro Ehúd Olmert manifestó su interés de sentarse a negociar con el Líbano el futuro de las Granjas de Shaaba. Para Israel, sería una excelente excusa para cederle al gobierno de Siniora las Granjas, reforzar su posición interna en el Líbano y dar un puntapié inicial a unos acuerdos de paz con el país vecino.

La respuesta de Beirut fue simple: "el Líbano se mantiene en su postura de ser el último país árabe en firmar la paz con Israel".

Olmert puede lanzarle un balón a Siniora… pero, si Siniora es tan débil como lo que aparenta, el balón no será devuelto ya que el jugador de Beirut está demasiado pendiente de lo que opina Damasco y de no ser destruido por Jassen Nasrallah.

Ejército Libanés pavimenta una carretera en las Granjas de Sheba.
El ejército libanés ha comenzado a pavimentar una carretera y emplazado una posición militar en el área conocida como Granjas de Sheba, del lado libanés de la frontera y a 300 metros del territorio israelí. En Israel han interpretado esto como una reafirmación del reclamo de soberanía libanesa sobre ese territorio que Israel conquistó a Siria en la Guerra de los Seis días, en 1967. Hizbolá dice que las granjas de Sheba pertenecen a Líbano. Siria y Líbano no se han puesto de acuerdo todavía sobre este asunto.
¿Continuará el traidor Olmert con su desastrosa y criminal labor?

lunes, 21 de julio de 2008

Las tropas de la ONU rinden honores a los asesinos de niños



En http://yahel.wordpress.com/ podemos leer la siguiente noticia:



Los soldados de las NU, honran a los 5 terroristas de Hisbollah liberados por Israel. Las “tropas de Paz de las NU” saludan a una de las carrozas en las que viajaba el ataúd de un terrorista de Hisbollah, enviado desde Israel.
El hombre que iba en esa carroza era Imad Mughniyeh, responsable por la muerte de cientos de civíles americanos, Pero la ONU, ha prohibido llamar Terror al Terror. Por es ahora ya no solamente se silencia el terror sino que se le saluda con honras militares.
Por desgracia no me sorprende. Es más de lo mismo. Pero sí que hace que se me revuelvan las tripas. ¿Qué podemos esperar ante esa imagen? ¿Qué espera el gobierno de Israel para reaccionar?