sábado, 18 de abril de 2009

Europa se rinde


SIEMPRE FUERON CIEGOS
Por Israel Winicki

Fuente: www.gentiuno.com

Reenvia: www.porisrael.org

En enero de 1933 un hombrecito vociferante de bigotes chaplinescos tomaba el poder en Alemania. Sus discursos histéricos encendían a las masas. Detrás de él se agrupaban los militares ávidos de revancha, los monárquicos que añoraban al Kaiser, y, por sobre todas las cosas, los grandes capitales industriales (Krupp, Thyssen, etc.) temerosos de una revolución comunista. El mundo occidental también cifraba sus esperanzas en el nuevo gobierno alemán, pensando que se lanzaría contra la Unión Soviética.

El mundo cerró los ojos ante los desmanes que los partidarios de este hombrecito cometían en Alemania. ¿Qué los partidos políticos son prohibidos? No importa, Alemania necesita un gobierno fuerte. ¿Los comunistas son perseguidos? Era hora que se pusiera freno a sus desmanes. ¿Qué los sindicatos son suprimidos? Había que terminar con las huelgas. ¿Que los judíos son humillados, perseguidos, agredidos, encarcelados, asesinados? Es un asunto interno de Alemania.

Y vino Munich. Checoslovaquia le fue entregada en bandeja a Hitler a cambio de “la paz de nuestro tiempo” pregonada por Chamberlain, mientras Daladier y Roosevelt cantaban loas y alabanzas al gran pacificador.

Y vino el Anschluss. Austria dejó de existir. Y nuevamente el mundo occidental se encogió de hombros. Al fin y al cabo, austríacos y alemanes son un mismo pueblo.

Y cuando el mundo occidental abrió los ojos en 1939, ya era tarde, había estallado esa gran hecatombe llamada Segunda Guerra Mundial, que segó 50.000.000 de vidas y dejó a Europa en ruinas.

En 1978 un gobierno comunista toma el poder en Afganistán. EEUU, por motivos estratégicos, organiza un movimiento guerrillero islámico, lo financia y pone a la cabeza del mismo a un exitoso hombre de negocios saudí, Osama Bin Laden, su propósito es derribar al gobierno comunista. La guerrilla logra imponerse y en 1993, ante el aplauso del mundo occidental, los talibanes toman el poder. Y vino el 11 de Septiembre, y Atocha, y Londres, y…

En 1978 un hombrecito de cejas hirsutas y larga barba, que se encontraba asilado en Francia toma el poder en Irán, desalojando al gobierno del Sha. La ley islámica es impuesta en el país. Las izquierdas del mundo aplaudieron cuando la embajada de EEUU fue tomada por los revolucionarios iraníes. Los países europeos repudiaron el hecho de la boca para afuera, mientras calculaban cuánto ganarían con el petróleo iraní. Pero en su ceguera no prestaron atención a los discursos de Jomeini, no se dieron cuenta que su revolución no tenía nada que ver con la política, ni con intereses petroleros, ni con intereses estratégicos, sino que se trataba de otra cosa, algo mucho más profundo y peligroso. Era lisa y llanamente resucitar el Imperio Islámico, recuperar Al Andalus, destruir al “Gran Satán Occidental”, e Irán comenzó a exportar terrorismo, Buenos Aires, Egipto, Jordania; e Irán comenzó a entrenar y financiar a grupos terroristas como Hizbollah y Hamas, e Irán comenzó a influir con su ideología fanática en los musulmanes afincados en Europa.

Misionerismo, violencia, imposiciones. Europa comenzó a despertar, pero tarde, y las izquierdas progres siguen perdidas en el limbo de su idealismo pasado de moda. Si Irán quiere tener armas nucleares, tiene todo el derecho, ¿O sólo EEUU y sus lacayos pueden poseerlas? ¿Acaso Irán no tiene derecho a defender su petróleo? Hablan del apoyo de Irán a gobiernos “progresistas y revolucionarios” como el de Chávez en Venezuela, el de Morales en Bolivia, o el de Castro en Cuba, “¡Eso es combatir el imperialismo!” Gritan, sin saber que si Irán triunfa en su empeño, los primeros en caer bajo la espada del verdugo, van a ser ellos. Y los gobiernos vacilan y se inclinan ante los emisarios del Islam, y aceptan todas sus exigencias. Y Wilders no puede entrar a Gran Bretaña, porque su film Fitna ofende al Islam, y la policía no debe entrar a los barrios musulmanes, pues sólo la Sharia puede imperar en ellos, y no se puede publicar caricaturas de Mahoma, pues puede haber insurrecciones en todo el continente, y Europa se rinde, y Europa se entrega, y Europa., nuevamente ciega, permite que una nueva hecatombe asome en el horizonte.

Imposible decirlo más claro: Europa ya no existe, hace tiempo que se transformó en Eurabia y extiende sus tentáculos por América con los tiranos del Sur y los bienpensantes políticamente correctos del Norte. Como bien dice Israel Winicki se está gestando una nueva hecatombe, que será nuclear si Israel no lo remedia.

viernes, 17 de abril de 2009

¿Puede?


Sarkozy: "Puede que Zapatero no sea muy inteligente..."


Y anda que este también se luce:

Pons: "Puede que Sarkozy tenga razón, pero defenderemos a Zapatero"

Palestina no existe


PORQUE DECIMOS QUE ”PALESTINA” NO EXISTE

LOS CANANEOS

Los cananeos son históricamente reconocidos como los primeros habitantes de la Tierra de Israel, antes que se establecieran allí los hebreos.

De hecho, el nombre geográfico correcto de la Tierra de Israel es Canaán, no “Palestina” (que es una invención romana, como veremos mas adelante).

Los cananeos consistían en diferentes tribus, que pueden distinguirse en dos grupos principales: los septentrionales o cananeos de la costa y los meridionales o cananeos de la montaña.

Los cananeos septentrionales poblaban la costa oriental del Mar Mediterráneo desde la parte sudoriental del golfo de Iskenderun hasta las proximidades del golfo de Haifa. y son mas conocidos en la historia por su nombre griego, Fenicios, pero ellos se llamaban a sí mismos “Kana’ana” or “Kinajnu”.

No fundaron ningún reino unificado sino mas bien se organizaron en ciudades autónomas, y no eran un pueblo guerrero sino hábiles comerciantes, navegantes y constructores.

Los fenicios hablaban el arameo, el mismo idioma que hablabla JesuCristo. Este idioma que adoptaron de sus vecinos semitas, lengua que era estrechamente emparentada con el hebreo (¡no con el árabe!).

Fenicios e israelitas no necesitaban intérpretes para entenderse. Les tocó el mismo destino que al antiguo Reino de Israel y cayeron bajo la dominación asiria, luego babilónica, persa, macedonia, seléucida y romana.

A través de la historia los fenicios se mezclaron con diferentes pueblos que habitaron en su tierra, principalmente griegos y armenios.

Durante la expansión islámica fueron arabizados, sin embargo, nunca fueron completamente asimilados, y su actual nación es el Líbano, erróneamente considerada como un país “árabe”, una etiqueta la el pueblo libanés rechaza.

A diferencia de los estados árabes, el Líbano tiene un nombre oficial en estilo democrático-occidental, “República del Líbano”, sin el adjetivo “árabe” que se requiere en la denominación de todo estado árabe.

La única mención del término árabe en la constitución libanesa se refiere a la lengua oficial del estado, lo que no significa que el pueblo libanés sea árabe, en la misma manera que el idioma oficial de la Argentina es el español sin que ésto califique a los argentinos como españoles. ..

Los comúnmente llamados palestinos no son libaneses (aunque algunos de ellos provienen del Líbano ocupado por Siria), por lo cual no son fenicios (cananeos). De hecho, en Líbano los palestinos son “refugiados” y no se identifican con la población local.

Los cananeos meridionales habitaron en la región montañosa desde el Golan hacia el sur, en ambos lados del Yarden (Jordán) y sobre la costa del Mediterráneo desde el golfo de Haifa hasta Yafo, que es el Canaán bíblico.

Consistían en varias tribus de extracciones diferentes: además de los cananeos propiamente dichos, (fenicios), estaban los amorreos, hititas y pueblos hurritas como los jebuseos, heveos y horeos, todos ellos asimilados dentro del contexto arameo-cananeo. Nunca constituyeron un estado unificado ni organizado, sino que se mantuvieron dentro de un sistema de alianzas tribales.

Cuando los primeros hebreos llegaron a Canaán compartieron la tierra pero no se mezclaron, porque era prohibido a la familia de Abraham contraer matrimonio con cananeos.

Sin embargo, once de los doce hijos de Jacob tomaron mujeres cananeas (el otro hijo tomó una egipcia), y desde entonces, las Tribus de Israel comenzaron a mezclarse con los habitantes locales.

Después del Éxodo, cuando los israelitas conquistaron la Tierra, hubo algunas guerras entre ellos y los cananeos en todo el periodo de los Sofetim (Jueces), hasta que los cananeos fueron definitivamente sometidos por el Rey David.

En aquél tiempo, la mayoría de los cananeos estaban emparentados con los israelitas, otros voluntariamente aceptaron la Torah y pasaron a ser israelitas, otros se unieron al ejército de Israel o de Judá. En efecto, los cananeos son raramente mencionados durante el periodo de los Reyes, generalmente en referencia a sus costumbres paganas que introdujeron entre los israelitas, pero ya no como un pueblo distinto, porque habían sido completamente asimilados dentro de la nación israelita.

Cuando los asirios invadieron el Reino de Israel, no dejaron aparte ningún cananeo, pues ya habían pasado a ser todos israelitas en aquél tiempo. Lo mismo sucedió cuando los babilonios deportaron la población del Reino de Judá.

LOS FILISTEOS

Es del término “filisteo” que el nombre “palestino” ha sido tomado. En realidad, los antiguos filisteos y los modernos palestinos tienen algo en común: ¡ambos son invasores de otras tierras!

Ése es precisamente el significado de su nombre, que no es una denominación étnica sino un adjetivo aplicado a ellos: peleshet, del verbo “pelesh”, “secesionistas”, “intrusos” o “invasores”.

Los filisteos eran una confederación de pueblos no-semíticos provenientes de Creta, las islas del Egeo y Asia Menor,conocidos también como “Pueblos del Mar”.

Las principales tribus eran Tzekelesh, Shardana, Akhaiusha, Danauna, Tzakara, Masa o Meshwesh, Lukki, Dardana, Tursha, Keshesh o Karkisha, Labu e Irven.

La patria original del grupo dominante en la federación filistea, o sea los “pelesati”, era la isla de Creta. Cuando la civilización minoica colapsó, también la cultura minoica desapareció de Creta, porque invasores de Grecia tomaron el control de la isla.

Estos antiguos que cretenses llegaron al sur de Canaán eran conocidos como “pelestim y keretim” por los hebreos y cananeos (que se aliaron para combatir contra los invasores).

El primer asentamiento filisteo parece haber sido Gaza, cuyo nombre original fue “Minoah”, una clara referencia al caído reino minoico.

También invadieron Egipto y fueron derrotados por el faraón Ramsés III en el siglo 12 a.e.c.

Los filisteos estaban organizados en ciudades-estado, siendo el núcleo principal la Pentápolis: Gaza, Ashdod, Ashkelon, Gath y Ekron, y su territorio era sobre la costa del Mediterráneo, un poco mas amplio que la actual “Franja de Gaza” - ¡no la entera Judá, nunca llegaron a conquistar Hevron, Jerusalem o Jericó!

Los Pueblos del Mar que invadieron Egipto fueron expulsados hacia otras tierras del Mediterráneo y no evolucionaron para pasar a ser ningún pueblo árabe, sino que desaparecieron y ya no eran mas reconocibles en tiempos de los romanos.

Aquellos que vivían en Canaán fueron derrotados por el Rey David y reducidos a la insignificancia, los mejores guerreros de ellos fueron elegidos por David como su guardia personal. Los filisteos que aún quedaron en Gaza fueron sometidos por Sargón II de Asiria y después de aquél tiempo, desaparecieron definitivamente de la historia. Nunca mas fueron mencionados desde el retorno de los judíos de Babilonia.

Conclusión: no hay una sola persona en el mundo que pueda probar de tener ascendencia filistea, sin embargo, si los palestinos insisten, deben reconocerse a sí mismos como invasores en Israel, y deben reclamar a Grecia que les devuelva la isla de Creta!

Los filisteos se extinguieron, y toda alusión a una supuesta relación genética con ellos es completamente falsa pues es históricamente imposible de establecer.

En todo caso, reclamar una heredad filistea es inútil pues no puede legitimar ninguna tierra en la cual ellos han sido ocupantes extranjeros y no habitantes nativos.

Los filisteos no eran árabes, y la única característica en común entre ambos pueblos es que en Israel deben ser considerados como invasores, los filisteos desde el mar y los árabes del desierto.

Ellos no quieren a Jerusalem porque sea su ciudad, que no lo es y nolo ha sido nunca, ellos simplemente quieren quitársela a los judíos, a quienes ha siempre pertenecido por tres mil años.

Los filisteos trataron de quitar a los israelitas el Arca del Pacto, los palestinos modernos tratan de quitarles la Ciudad del Pacto. Los palestinos: No, ellos no son ningún pueblo antiguo, aunque lo digan. Ellos nacieron, después de una guerra que duró seis días en 1967 e.c.

Si ellos fueran verdaderos cananeos, hablarían en hebreo y reclamarían a Siria que les dé las tierras ocupadas en el Líbano, pero no lo son.

Si fueran filisteos, reclamarían la isla de Creta a Grecia y reconocerían que no tienen nada que ver con la Tierra de Israel, y pedirían excusas a Israel por haber robado el Arca del Pacto.

LA TIERRA LLAMADA ”PALESTINA”

En el siglo 2 e.c., el último intento de los judíos de lograr la independencia del Imperio Romano terminó con el famoso evento de Masada, que es históricamente documentado y universalmente reconocido como el hecho que determinó la Diáspora Judía en manera definitiva.

La Tierra donde éstos eventos ocurrieron era hasta entonces conocida como la provincia de Judæa, y no existe ninguna mención de algún lugar llamado “Palestina” antes de ése tiempo.

El emperador romano Adriano estaba muy enfadado con la Nación Judía y decidió eliminar el nombre de Israel y de Judá de la faz de la tierra, para que no hubiera mas memoria del país que pertenecía a aquél pueblo rebelde.

Entonces decidió reemplazar la denominación de aquella provincia romana y recurrió a la historia antigua para hallar un nombre que pudiera ser apropiado, y encontró que un pueblo extinto que era desconocido en tiempos romanos, llamado “filisteos”, habitó una vez en ésa área y eran enemigos de los israelitas.

Por lo tanto, según la escritura latina, inventó el nuevo nombre: “Palæstina”, un nombre que sería también odioso para los judíos recordándoles sus antiguos rivales.

El emperador hizo ésto con el propósito explícito de eliminar todo vestigio de la memoria de la historia judía.

Los antiguos romanos, como los modernos palestinos, han cumplido la Profecía de las Escrituras que declara: “Sobre tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus elegidos.

Han dicho: ‘Venid, y cortémoslos de ser pueblo, y no haya más memoria del nombre de Israel’.” - Tehilim 83:3-4 (Salmo 83:3-4).

Pero fracasaron, porque Israel todavía vive.

Toda persona honesta reconoce que no existe mención del nombre Palestina en la historia antes que los romanos re-denominaran la provincia de Judea, que tal nombre no se encuentra en ningún documento de la antigüedad, no se halla escrito en la Biblia, ya sea en las Escrituras Hebreas como en el Testamento Cristiano, ni tampoco en registros asirios, o persas, macedonios, ptolemaicos, seléucidas o otras fuentes griegas, y que ningún pueblo “palestino” ha sido jamás mencionado, ni siquiera por los romanos que inventaron el término.

Si los “palestinos” supuestamente fueran los habitantes históricos de la Tierra Santa,

¿por qué no combatieron por la independencia de la ocupación romana como hicieron los judíos?

¿Cómo es posible que ningún líder palestino dirigiendo una revuelta contra los invasores romanos haya sido mencionado en algún documento histórico?

¿Por qué no resulta ningún grupo de rebeldes palestinos, como por ejemplo los Zelotes judíos?

¿Por qué todos los documentos históricos mencionan a los judíos como los habitantes nativos, y también griegos, romanos y otros como extranjeros que vivían en Judea, pero no se nombra ningún pueblo palestino, ni como nativos ni como extranjeros?

Es mas, no hay ninguna referencia a algún pueblo palestino en el qur’an (corán), aunque los musulmanes dicen que su profeta estuvo una vez en Jerusalem (un evento que no se menciona en el corán).

Resulta evidente que él nunca encontró ningún palestino en toda su vida, ni tampoco sus sucesores.

El califa Salahuddin al-Ayyub (Saladino), conoció a los judíos y cortésmente les invitó a establecerse en Jerusalem, que él reconocía como la Patria de ellos, pero nunca vió a ningún palestino…

¡Decir que los palestinos son el pueblo original de Eretz Yisrael no está sólo en contra de la historia secular sino también en contra de la historia islámica!
El nombre “Falastin” que los árabes usan hoy para decir “Palestina” no es un nombre árabe, sino que ha sido adoptado y adaptado del latín Palæstina. ¿Cómo puede un pueblo árabe tener un nombre occidental en lugar de uno en la propia lengua?

Porque el uso del término “palestino” para un grupo árabe es solamente una creación política moderna sin ninguna base histórica o étnica, y no indica algún pueblo antes del 1967. Un escritor y periodista árabe declaró:

“Jamás existió una tierra llamada Palestina gobernada por palestinos. Los palestinos son árabes, indistinguibles de los jordanos (otra invención reciente), sirios, iraquíes, etc. Tened en mente que los árabes controlan el 99.9 por ciento del Medio Oriente. Israel representa un décimo del uno por ciento de las tierras. Pero eso es demasiado para los árabes. Ellos quieren poseer todo. Y éste es en definitiva el motivo del conflicto con Israel… No importa cuántas concesiones de territorio los israelíes hagan, nunca será suficiente”.

- Joseph Farah, “Mitos del Medio Oriente” -

Tomemos en consideración lo que otros árabes han dicho:

“no existe ningún país que se llame Palestina. ‘Palestina’ es un término inventado por los Sionistas. No hay ninguna Palestina en la Biblia. Nuestro país ha sido por siglos parte de Siria. ‘Palestina’ es ajena para nosotros. Son los Sionistas que han introducido este nombre”.

- Auni Bey Abdul-Hadi, líder árabe sirio en la British Peel Commission, 1937 -

“No existe ninguna cosa llamada Palestina en la historia, absolutamente no”.

- Profesor Philip Hitti, historiador árabe, 1946 -

“Es de público dominio el hecho que Palestina no es otra cosa que la Siria meridional”.

- Representante de Arabia Saudita en las Naciones Unidas, 1956 -

En cuanto a la Tierra Santa, el jefe de la delegación Siria en la Conferencia de Paz de París en febrero 1919 djo:

“La única dominación árabe desde la Conquista en el 635 e.c. apenas duró como tal 22 años”.

Las declaraciones precedentes, hechas por políticos árabes, fueron anteriores al 1967, porque no tenían la mas mínima idea de la existencia de ningún pueblo palestino. ¿Cómo y cuándo ellos cambiaron idea y decidieron que tal pueblo existe?

Cuando el Estado de Israel renació en 1948 e.c., los “palestinos” no existían aún, los árabes todavía no habían descubierto ese “antiguo” pueblo. Estaban muy ocupados con el propósito de aniquilar el nuevo Estado Soberano y no tenían intención de crear ninguna entidad palestina, sino solamente distribuir la tierra entre los estados árabes ya existentes. Fueron derrotados. Trataron nuevamente de destruir Israel en 1967, y fueron humillados en sólo seis días, en los que perdieron la tierra que habían usurpado en 1948. En aquellos 19 años de ocupación árabe de Jerusalem, Judea, Samaria y la Franja de Gaza, ni Jordania ni Egipto sugirieron la idea de crear un estado “palestino” porque los aún inexistentes palestinos jamás habrían reclamado el supuesto derecho de tener un propio estado…

Paradójicamente, durante el mandato británico, ningún grupo árabe era llamado “palestinos”, sino los judíos!

http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=israel&message.id=35000&p

Via: Patria Judía

jueves, 16 de abril de 2009

Lobo Gris



Me ha llegado por email noticias sobre el libro Lobo Gris de James Nava (www.jamesnava.com ) . Aún no lo he leído pero lo que he visto trasteando por ahí tiene buena pinta, y los comentarios invitan a leerlo.
El autor, de origen español y nacionalidad norteamericana, ha tenido la brillante idea de darse a conocer a través de blogs que visita y suele leer. Agradezco encontrarme entre esos blogs y pongo con gusto mi granito de arena en la difusión de este thriller. A continuación os dejo una reseña del mismo:

“Lobo Gris”, una combinación explosiva de thriller político, espionaje y ecología. Una maravillosa historia de amor hacia la naturaleza y de lealtad a los ideales en circunstancias adversas.

SINOPSIS:

Jason Rovin se refugia en el hogar de su infancia, un rancho en Montana, alejándose de Langley y su vida en la CIA durante los últimos diez años, tras huir con un maletín lleno de documentos clasificados como alto secreto.
Mientras se dirige a Wild Creek, conoce accidentalmente a Catherine Rush, una bióloga que estudia a los lobos de la zona. Los dos inician una buena amistad y colaboran para averiguar el extraño comportamiento de éstos. Entretanto, empiezan a aparecer misteriosas amenazas de muerte contra la bióloga y el sheriff de la localidad. Jason y Catherine descubren, durante una de sus incursiones en las montañas, la presencia de un campamento de milicias paramilitares, liderado por un terrorista neonazi internacional. Al tiempo que la presencia de una creciente manada de lobos alarma a todos los rancheros de la zona, los siniestros planes de un banquero local, apuntan hacia una compleja e inquietante trama que llevará las vidas de todos al límite y pondrá a Wild Creek como foco de atención de toda la prensa. Los documentos secretos que guarda Jason Rovin, se convertirán en claves para la intervención de la CIA y el FBI en el asunto.

OPINIÓN:

Con un argumento que combina acción, aventuras, intriga, y sentimientos de una forma amena y electrizante, diálogos llenos de humor y una narración absorbente, Lobo Gris refleja valores como la amistad, la lealtad, el valor, la libertad, y el amor, a través de unos personajes que ponen de manifiesto lo maravilloso y lo miserable que encierran los seres humanos, y nos transporta a un mundo casi perdido en las montañas Rocosas de Montana.

Una historia mágica sobre lobos, alta política y espionaje, que se mezclan en una novela emocionante de la primera a la última página, con capítulos perfectamente conseguidos que arrancarán emociones encontradas.

El autor nos conduce al mundo de los ranchos en el Oeste americano, con un misterio de fondo que va in crescendo, y la presencia inquietante de unas milicias paramilitares. Todo un homenaje al mundo del Western americano y sus valores tradicionales, así como un testimonio realista de los entresijos de los Servicios de Inteligencia y el alcance de sus operaciones clandestinas.
Una historia muy visual, en la que podremos descubrir tanto las viejas leyendas indias como la vida interior de un agente de la CIA. Una novela bien escrita, con un ritmo que acelera a medida que pasan las páginas y los personajes se van asomando, con una atmósfera bien recreada, donde transcurre la acción, y con guiños evidentes a la música country.

“Lobo Gris”, James Nava
Editorial El Tercer Nombre.
560 páginas.
P.V.P. 22 euros.
ISBN: 978-84-96693-14-2
Formato: Rústica


Sefaradim

Carta abierta a los placentinos en el día de conmemoración de la expulsión de los judíos


Nunca he entendido las identidades cerradas. Supongo que cada placentino es en sí mismo un mundo entero configurado en cada conversación, cada palabra dicha o callada, cada abrazo, cada enfrentamiento, cada amigo o enemigo que se ha cruzado en su vida. Así eran Mayr, Isaque y Mosé Cohen o sus vecinos Yehudá Abenataf, Salomón Matraco, o Abraham de Aloya. Eran personas únicas e irremplazables que paseaban por estas calles a veces enfadados, otras tristes, muchas veces alegres y, sobre todo, ingenuos ante lo que un día se avecinaría.

Así, si les hablo de Juan Gutierrez, de Iñigo López Vallejo, de Diego Pérez del Castillo, de Vasco Chamizo o de Pedro de Plasencia muchos se sentirán más cercanos a cada hombre, mujer, anciano o niño que tuvo que abandonar su ciudad, su tierra y su hogar cuando aquel 31 de marzo de 1492, tal día como hoy, se firmó el edicto de expulsión contra los judíos. Y no les digo esos nombres y esos apellidos por casualidad. Les dejo pistas, notas para que investiguen cuántos de aquellos hombres y mujeres tuvieron que cambiar sus nombres y apellidos por estos otros, que ahora nos suenan más cercanos, con la intención de pasar por buenos cristianos, ocultos y disimulados.

Y cuento esto porque a veces uno piensa que los expulsados fueron otros, tan distintos y lejanos a nosotros, que parece que no tuvieran nada que ver con nosotros mismos. Eran los placentinos de hace quinientos años, vivían aquí, estuvieron antes que nosotros, habitaban nuestras casas, paseaban por nuestras calles, tenían carnicerías donde ahora nosotros tenemos bonitas tiendas de ropa. Ellos éramos nosotros y nosotros podríamos ser ellos.

Sólo hay algo, quizás un detalle o quizás no, algo que no debería olvidarse, algo por lo que se les señaló, se les identificó, se les clasificó, estigmatizó, juzgó y condenó. Esos hombres, mujeres, ancianos y niños eran judíos. Y, entonces, cada matiz que les configuraba en su identidad única de seres individuales quedó olvidada para ser sólo eso, judíos. Como si sus abrazos, sus buenas, malas o regulares acciones en la vida, sus amistades, sus palabras dichas y calladas ya no contasen. Ahora eran sólo judíos, sólo una estrella de David amarilla pegada al pecho. Lo importante ahora era que encendían velas los viernes y los demás no, que no trabajaban los sábados y los demás sí, que leían un libro que los demás también leían pero lo leían diferente, en un sitio distinto, al que llamaban sinagoga. Eso no podía permitirse. Ya no eran personas, eran judíos. Había que echarlos… ¿echarlos de dónde y hacia dónde? Cómo si no pertenecieran a esta tierra, cómo si vinieran de otro sitio distinto y hubieran ocupado la ciudad ilegítimamente. Eran placentinos, posiblemente más placentinos que cualquiera de nosotros si miramos el tiempo que vivieron en su amada tierra. Pero eso ya no contaba. Eran judíos, sucios, herejes y peligrosos. Había que expulsarlos.
Y así fue, salieron de su hogar. Algunos regresaron años después camuflados en nombres muy cristianos. Mirad entre los Santa María, los Cruz y los Cristo si no sigue, afortunadamente entre nosotros, su legado, su huella, su impronta en lo que somos y en lo que podemos llegar a ser.

Hoy es un día triste si lo recordamos con tristeza, pero preguntad a cada judío sefardita repartido por el mundo que salió de España cómo se siente al mirar su Sefarad. Preguntad y mirad. No encontraréis en ellos ni una pizca de odio, ni una gota de resentimiento. Cada sefardí recuerda su amada España con nostalgia, con una sonrisa en los labios por un lejano mundo en el que sus antepasados vivieron felices a pesar de todo. Conoced a esos judíos, a esas personas únicas, mágicas e irremplazables y veréis que por el mundo hay repartidos miles de embajadores de una tierra que todavía la consideran suya. Quizás nadie puede expulsar a alguien de un sitio al que ya pertenece. En cada familia sefardí hay un deseo de visitar su tierra, su antiguo hogar, su amada Sefarad. Tal vez hoy recordándoles les hayamos hecho más felices y les hayamos tendido entre todos una mano amiga, sincera y honesta, que les invita a pasear, visitar y conocer su ciudad, su historia y, sobre todo, su intrahistoria, cada una de esas pequeñas historias individuales que conforma lo que somos.

Nicolás Paz Alcalde

Casa Bethona, Jerte, Extremadura”

Extraido de: http://www.es-israel.org/

miércoles, 15 de abril de 2009

Los creadores de estiércol

Farsa y pasta
www.abc.es

SUGIERE Tito Livio, en el libro primero de su Ab urbe condita, que sólo sobre la repetición intacta de unas cuantas creencias primordiales, que deben, eso sí, ser escenificadas con convicción inapelable, se asienta la solidez de un régimen político. ¿Creía Numa en sus historias de ninfas boscosas? Y, ¿qué demonios importa? Son los otros los que debían creerlas. Al gobernante se le exige sólo que su farsa convenza. Es lo que a mí, confieso, me repugna en la política: que su eficacia se mide en la fe que genera. Fe; nunca conocimiento. Inteligencia y política se excluyen. Sirva de ejemplo el unánime entusiasmo que ponen hoy la izquierda y la derecha para decapitar a Jiménez Losantos.

Un político triunfa cuando de su idiotez privada logra hacer religión pública. Y sin ello, fracasa. La política es el arte de lo necio: su exhibición escénica. Por eso se necesita a gente como González-Sinde. Versión aldeana de lo que en retórica grandiosa y homicida fuera Riefenstahl para Hitler: wagneriana fanfarria, en cuya pringue sentimental queda empastada la realidad terrible. Hay una diferencia. Sólo una. Riefenstahl sabía hacer cine.

El espectáculo ha devorado a la política. Tal como Guy Debord pronosticara en los sesenta. Y un gobernante no es hoy ya otra cosa que un actor al cual se encomendó la enfática caricatura de un gobernante. Lo de verdad maravilloso en estos años Zapatero ha sido constatar que no era ya preciso ni un residuo microscópico de realidad para que el poder funcione. Carmen Calvo no necesitaba siquiera disimular su inmaculada ignorancia para ser una pizpiretísima ministra de Cultura. Que Moratinos resulte por igual ininteligible en cualquier lengua, en nada empaña su sacrosanta condición de devoto arafatista: ¿qué mejor sainete para un ministerio de Exteriores? La ausencia de cualificación laboral es, sin duda, el solo y precioso mérito para que alguien como el señor Blanco alcance el alto honor de suceder a la señora Álvarez en el tablao del histrionismo castizo. Sonríe el Jefe. Nada mejor, en ausencia de concepto, que una buena mueca. Con muchos dientes. Un sourire de con, llamaba Jacques Lacan a la sonrisa helada de los ángeles. «Sonrisa de gilipollas». Pero es que Lacan tenía bastante mala leche.

Perdida en lejanísimos recodos de la historia su pretensión racional de otros tiempos, queda de la política hoy este soez teatro de los Sindes, Moratinos, Calvos, Blancos, Chacones de embarazadas revistas militares, Zapateros de indolente kufiya palestina al cuello... Teatro de mugre. O cine. Rancios. Nadie pagaría un duro por zamparse esos pestiños. Pero en España a nadie le preguntan ya si quiere pagar su entrada. Lo mismo dice no, y a ver de qué va a vivir la peña entonces. En España, las entradas las pagamos todos con la declaración de la renta. Por lo menos, no nos obligan a tragarnos los engendros. De momento. Mejor no dar ideas.

Los fabricantes de bodrio escénico, hace años que descubrieron la filosofal piedra que trueca estiércol en euro: se llama subvención pública, cuotas de taquilla y otros impunes atracos. Incluida la penalización del intercambio digital de archivos. Y la única gran mise en sc_ne de teatro, cine y cantautores fue el happening sombrío que encenagó el alma de este país entre el 11 y el 13 de marzo de 2004. Magistral: porque también en lo obsceno se puede ser maestro. Fue un éxito apoteósico. De audiencia y de taquilla. De la audiencia dan contabilidad las urnas. La taquilla, se encarga de hacerla ahora la señora González-Sinde, ministra de Cultura y productora. Tal es la religión de nuestro tiempo: farsa y pasta.

lunes, 13 de abril de 2009

Premio 11 de Abril 2009



El blog http://resistenciacatiacaracas.blogspot.com/ me ha concedido el Premio 11 de Abril 2009, creado por Alexis Marrero ( http://alexismarrero.blogspot.com/2009/04/premio-11-de-abril-un-ho) como homenaje a los que luchan y a los que quedan en la lucha, masacrados por el tirano Chávez.



Desde aquí quiero agradecerle su deferencia y apoyarlos en su lucha contra la tiranía y la opresión. Por eso no voy a nombrar varios blogs para concederles el premio sino que se lo dedico a todos aquellos que luchan día a día desde dentro, allí en Venezuela, expuestos a la represión y la marginación por parte del aparato represivo del estado y sus mafiosos compinches. Le concedo el premio a los blogueros venezolanos que se enfrentan a Chávez y a todos aquellos que luchan desde la calle, sus trabajos, sus escuelas, .... al pueblo de Venezuela que está siendo reprimido y oprimido, con la esperanza de que logre alcanzar la Libertad.

Terrorista carajote



¡Ay si todos acabaran igual! ¡qué ilusión!

domingo, 12 de abril de 2009

Descerebrados




Magic People
por GABRIEL ALBIAC
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EN Magic People Show, que anda ahora por la escena madrileña, hace Pino Montesano parlotear diarréicamente a un cuarteto de descerebrados. Su cráneo es hueca bóveda donde resuenan los sedantes clichés televisivos. La realidad, extinta, cede lugar a algo sórdido y difuso. Tras las palabras vacías, se dibuja el laberinto del desastre. Nada puede, en rigor, sobrevivir a un estado de degradación humana tan extremo. Y uno, si se deja llevar en la modorra, siente que está escuchando a José Luis Rodríguez Zapatero. O a cualquiera de sus ministros. Orondos declamadores de la nada. Porque a eso se reduce todo: el éxito electoral, como la bancarrota. A la exclusión perfecta de cualquier concepto. A la final reducción de la política a perverso jardín de infancia. El éxito del PSOE está entero en esa clave: haber comprendido mejor que nadie que la política ya sólo apasiona a los necios; que, al final, el cliente electoral perfecto es el lobotomizado. Y que aquel líder que aparente la estupidez más perfecta, aquel cuyas palabras más se asemejen a la pueril edad mental que se atribuye al ciudadano, ése merecerá su voto.

Como para todo hay coste, el de tal éxito se paga en efectivo: no gobernar. Otra cosa podría fácilmente ser tomada por el votante como traición al pacto de irracionalidad que selló su compromiso. Muchas cosas podrán serle criticadas al señor Rodríguez Zapatero, mas no ésa. Ni una sola medida de administración que merezca tal nombre. En cinco años. No es nada fácil perseverar en una coherencia así. Raya en lo heroico, incluso, en las extraordinarias condiciones presentes. La primera depresión que sacude al mundo desde la del año 1929 (que, conviene no olvidarlo, se cerró sólo en 1948 y tras la guerra más destructora de la historia) ha sido contemplada por el gobierno español con el plácido sosiego de quien asiste, bien guarecido, a una encantadora llovizna de primavera sobre el florido campo. Ni una sola medida. A cambio, los borbotones de palabrería que son imprescindibles allá donde la realidad falta; allá donde la realidad que duele debe ser negada. Y que tan súbitamente como se desencadenan, son borrados de la memoria común, tras su momento de eficacia. No había crisis, primero. Solbes -fastuoso personaje, en cuya carrera pública se cifra el raro mérito de haber arruinado dos veces, en menos de una década, al mismo país- fulminó como antipatriotas a los pobres ingenuos que constataban datos y contabilidades. Zapatero, que no iba a quedar por detrás de su subordinado, anunció con solemnidad el inminente pleno empleo. Un mes después, la crisis nos comía; la recesión estaba en cada dato analizado por los economistas. Pero el gobierno «no contemplaba» recesión alguna. Ni Zapatero, ni Solbes, ni nadie. El gobierno contemplaba ministerios de igualdades y alianzas civilizatorias con los rebanadores de clítoris y lapidadores de adúlteras. Y recuperación en marzo. O sea, ayer. Sentido de la historia, se llama eso.

A fuerza de no gobernar, España es hoy ingobernable. Un puñado de feudos autonómicos, cada uno de los cuales se sacude a su aire, con espasmos de cola de lagartija amputada. En Madrid, el Jefe ha decidido cambiar de gobierno. Acto escénico que garantiza un montón de fotos en primera página. Da exactamente igual quiénes sean los que salgan. Da aún infinitamente más, quienes sean los que entren. Algo sabe Zapatero: que un gobierno no está para tomar medidas materiales. De ningún tipo. Que un gobierno está para llenar pantallas en hora de máxima audiencia. Y muchas fotos en colores. Eso acarrea votos. Nunca la inteligencia. Magic People.