martes, 13 de enero de 2009

Acabando con Hamás

¿Cómo podríamos saber que el Hamas se rindió?
Gabriel Ben-Tasgal
Guysen International News

"A los países árabes les tomó siete guerras comprender que no nos vencerían, al terrorismo le tomará otras tantas llegar a la misma conclusión", afirmó este domingo el Presidente Shimón Peres. Existe un amplio consenso entre analistas, militares y políticos que Israel vapuleó humillantemente al Hamas. Hoy en Gaza no hay gobierno. No hay edificios de gobierno.

No hay un sólo líder que se atreva a salir de sus escondrijos ni soldados que se atrevan a batirse a fuego con Tzahal. Sin embargo, nada de esto asegura que la población en Gaza y los líderes del Hamas se atrevan a izar la bandera blanca y aceptar su derrota.

Analicemos ante todo la primera afirmación: Hamas ha sido vapuleado. Según el jefe del Shin Bet (Seguridad Interna del Estado), Yuval Diskin "Hamas está mostrando signos de alarma en todos sus frentes. Es objeto de intensas críticas por haber llevado a la población de Gaza a la catástrofe. Los dirigentes del movimiento islamista se esconden y graban sus declaraciones con antelación", así lo explicó en el Consejo de Ministros de este último domingo. A la par, el secretario general del Gobierno Oved Yehezkel afirmó claramente: "Hamas está en serios problemas en todos los frentes", dijo. "Es muy criticado, ya que
condujo a una catástrofe en Gaza. Los miembros de su brazo armado saquean a los grupos de ayuda humanitaria en la ciudad de Gaza y en Jan Yunis, en el sur. Esta ayuda se reenvía a los almacenes de Hamas y se distribuye únicamente entre los partidarios de la organización terrorista".

¿El haber sido humillado significa irreversiblemente que así será captado por la población palestina? No siempre.
Estoy de acuerdo con el Presidente Peres. Israel está mejor de lo que lo estaba hace un década o dos. A los países árabes les tomó sus años comprender que en el campo de batalla no derrotarían a Israel y que su existencia era un hecho que debía ser aceptado. Hoy, varios países árabes mantienen relaciones con Israel, evitan cortar dichos lazos a pesar de las críticas internas y hasta se atreven (como en el caso de Egipto) a acusar libremente a sus hermanos palestinos del Hamas argumentando que ellos son los responsables y los culpables de la catástrofe que sufren. Estos mismos países sufren en carne propia la amenaza del fundamentalismo islámico y reconocen – en voz alta o baja – que "Israel es el único país capaz de destruir la expansión de peligro iraní". Hechos por un lado y retórica pan arabista por el otro.

A los movimientos terroristas (Jizballah o Hamas) o a los países terroristas (Irán) le costarán otra cantidad de enfrentamientos militares el asumir algo parecido o de lo contrario, y de acuerdo a la realidad geopolítica actual, desaparecerán. Sin duda podrán provocar en el camino no pocos daños pero es importante señalar la fortaleza social, económica, militar y hasta cultural de la democracia israelí frente a ellos.

Hay quienes observan las criticas vociferantes en las plazas populares del mundo y se preguntan al leer estas líneas ¿Está seguro el autor que estamos mejor que antes? La respuesta es contundente. Sin dudas. Hace pocos minutos el vicepresidente de los EE.UU. Dick Cheney afirmaba en una entrevista en BBC que "lo que sucede en la ONU es una cosa y en el terreno es otra cosa. Estados Unidos apoya a Israel en su derecho a defenderse". Fuera de
los EE.UU. hay no pocos países de Europa que, sin grandes declaraciones y esperando proteger sus alianzas con los países árabes, apoyan la operación militar israelí. Declaran su "profunda preocupación" hacia las perdidas de vidas civiles, envían unos millones de euros a la Autoridad Palestina o a la UNWRA y poco más. Desde la Italia de Berlusconi, la Francia de Sarkozy y la Alemania de Merkel.

Hagamos un ejercicio de comparar las críticas europeas hacia Israel ahora y las que se escucharon durante la Intifada de El-Aksa (2000-2004). Sin dudas, Israel es mejor comprendida por los gobiernos del mundo. "Yo no escuché a India criticarnos, no escuché a Rusia hacerlo ni tampoco a China que representan una parte muy importante del mundo", afirmaba ayer por la noche Shimón Peres en una entrevista al Canal 1 de Israel.

Hechos por un lado y retórica progresista por el otro.
Los líderes del Hamas esperaban que Hassen Nassrallah abriese un segundo frente en el norte pero, por lo visto, Jizballah prefirió – a pesar de sus amenazas verborragicas– evitar volver a ser castigado duramente por el ejército israelí. En la Segunda Guerra del Líbano (2006), Israel no pudo traducir su superioridad militar en el campo político. Nassrallah se apresuró a declarar que Jizballah había vencido y humillado a los sionistas y el mundo árabe "compró", por lo menos las masas, dicha afirmación.

Realicemos un ejercicio en el cual la derrota del Hamas en evidente y palpable. Salgamos del punto de partida (muy real por cierto) que Israel no desea derrocar al Hamas por temor a verse nuevamente dominando a un millón y medio de palestinos de Gaza. Una derrota evidente y palpable se personificaría en un cese total de los disparos de los cohetes hacia Israel, una captura de Ismail Haniye junto a Mahmoud A-Zahar entre otros para ser intercambiado por el soldado secuestrado israelí Guilad Shalit, el entierro de varios cientos de terroristas del Hamas y la captura de otros miles, el bloqueo de los túneles y la destrucción de todos los misiles…. en esta situación ideal, incluso los medios de comunicación del Hamás y su población más fiel asumiría la evidente derrota.

El ejército y los portavoces del gobierno afirman que la situación militar es excelente. Sin embargo, cuesta mucho creer que el escenario detallado anteriormente se concrete. Ehud Iahari, el prestigioso analista del medio oriente del Canal 2 de Israel afirmaba que en estos momentos, el Hamas en Damasco (Jaled Mashaal y otros) estaban totalmente desconectados de lo que sucedía en Gaza. Mientras que los dirigentes del movimiento terrorista en la Franja suplicaban aceptar una tregua, los lideres exiliados fundamentalistas pregonaban la continuación de los combates hasta "la última gota de sangre".

El domingo por la noche, Egipto anunciaba que se habían logrado importantes avances para la aceptación de un cese de fuego por parte del Hamas. Sin embargo, eso no significa que el movimiento terrorista haya aceptado públicamente su derrota ni que Israel acepte esto aceptación sin más. La Ministra de Relaciones Exteriores israelí Tzipi Livni, en conferencia de prensa tras reunirse con el canciller alemán Frank-Walter Steinmeier afirmaba: "Esto no es un conflicto entre dos países que debe concluir en un acuerdo. Hemos lanzado una operación militar contra el Hamas a fin que entienda que Israel no permitirá que esta situación (los disparos de cohetes) continúe. No aceptamos esta ecuación: nuestro país va a reaccionar con fuerza, con mucha fuerza".

Las palabras de Livni explican claramente la intención israelí de multiplicar el poder de disuasión de Israel. No basta con un cese de fuego del Hamas. El golpe tiene que ser tan duro que prevenga futuros intentos bélicos y provocaciones por parte del movimiento terrorista fundamentalista.

Supongamos que se llega a un cese de fuego. Supongamos que la presión internacional hace lo suyo e Israel posee muy pocos días para grabar en el liderazgo palestino los riesgos que conlleva atacar a los civiles israelíes. Supongamos que Egipto lograra convencer y presionar a Israel para que acepte las actuales condiciones planteadas por la iniciativa de El Cairo y Paris: ante todo un cese de fuego y luego se alcanzará un acuerdo en las cuestiones de seguridad… Supongamos todo esto… de todos modos es posible que el Hamas asegure que no han sido derrotados. Siendo así, ¿existen acaso herramientas para verificar que la superioridad militar se tradujo en una victoria política sobre el Hamas? Ante todo, lo más evidente. Si el cese de fuego viene acompañado por un cese total de los disparos sobre Israel entonces recibiríamos una muestra que el Hamas ha sido superado. A un país se le puede destruir su deseo de hacer la guerra. A un grupo terrorista como el Hamas se debe eliminar su deseo de hacer terrorismo. Si el Hamas termina los disparos sobre suelo israelí por un largo periodo de tiempo recibiremos una muestra importante de su claudicación.

Hamas exige la total apertura de los pasos fronterizos de Israel y de Rafah (frontera con Gaza). Si logra imponer su deseo de manera unilateral entonces esto será un gran logro para la organización fundamentalista. Si, por ejemplo, logran que una fuerza internacional controle la frontera con Egipto y que dicha frontera se mantenga abierta bajo la custodia de dicha misión entonces Jaled Mashaal y los otros podrán decir que "han alcanzado romper el bloqueo israelí y egipcio… la verdadera razón por la cual salieron a la guerra".

Si el acuerdo de cese de fuego incluye la entrada de fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina para proteger el contrabando y la violencia en la Franja de Gaza esto será una gran derrota para el Hamas. Hamas acusa a Abbas de apoyar al enemigo sionista. Sería un varapalo fuerte las aspiraciones gubernamentales del Hamas entre los palestinos.

Si el Hamas no consigue que Israel (y la Autoridad Palestina) terminen la persecución de sus líderes y la destrucción de la infraestructura social, política y militar del Hamas en Judea y Samaria, entonces los fundamentalistas no habrán logrado una de sus objetivos declarados antes del conflicto.

Si Israel logra imponer un control eficiente del camino de Filadelfia para destruir los constantes contrabandos que armaron al Hamas desde la Desconexión (2005), hablaremos de un importante logro para Israel. Finalización y control del contrabando hacia la Franja de Gaza, cese total de los disparos de cohetes y eliminación de buena parte del poder militar del Hamas, control de los pasos fronterizos supeditados a la ausencia de actos terroristas, continuación de la desarticulación del Hamas en Judea y Samaria…. Hay quienes agregan a esta lista la liberación (o el intercambio) del soldado secuestrado por el Hamas Guilad Shalit.
Hechos por un lado y retórica terrorista por el otro. Hay elementos en el terreno que decidirán más allá de todas las declaraciones el verdadero resultado de la Operación Plomo Fundido.
Fuente: Gabriel Ben-Tasgal / Guysen International Newsdistribución:Dori Lustron-porisrael.org/ para la red de páginas asociadas: porisrael.org - Guysen International News - desdeisrael.comENLACE PERMANENTE
Hay una forma clara de saber que Hamás se rinde: no dejar piedra sobre piedra, destruir sus arsenales, cegar los túneles y matar a todos sus dirigentes y mandos intermedios.

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