miércoles, 4 de marzo de 2009

De Shirin a Tuba


La imagen es de cosecha propia, no tiene nada que ver con el artículo.

En el paraíso de la charia
Por Pilar Rahola
en La Vanguardia (http://www.pilarrahola.com/)


Reenvio: http://www.porisrael.org/

En cualquier lugar del mundo donde la siniestra mano del fundamentalismo islámico tiene poder, hay personas del islam que luchan por sus derechos, a menudo ninguneados por los solidarios de pacotilla que consideran islamofobia, cualquier crítica contra el islam integrista. Ciertamente, la empanada mental del multiculturalismo ha engendrado, como diría Goya, muchos monstruos.

Este fin de semana Shirin Ebadi ha visitado Barcelona. Conocida como "la conciencia de Irán", Shirin fue la primera juez iraní, y la primera que fue obligada a dejar su cargo, cuando llegaron los ayatolás. Desde entonces, ha luchado incansablemente por los derechos humanos, y ha sufrido todo tipo de represiones. Casa Asia la ha traído para que su voz musulmana libre se escuche, más allá del ruido de otras voces musulmanes que no hablan de libertad, sino de fanatismo.

Hay muchos islam en el islam, y mientras unos alimentan el discurso totalitario, otros luchan por la libertad de su gente. Shirin es el símbolo de miles de musulmanes que defienden sus derechos, a pesar de las dictaduras, del avance del yihadismo y de la represión brutal. No es casualidad que muchas de las voces valientes del islam sean mujeres emblemáticas, cuyo compromiso con la libertad las ha llevado a ser amenazadas de muerte.

La insistencia en recordar algunos de sus nombres, es una forma de homenaje, pero también de compromiso con el islam democrático: la escritora bengalí Taslima Nasreen, exiliada de su país por una fetua a muerte, y agredida en otros países, por islamistas fanáticos. La siria Waffa Sultan, que acumula dos fetuas a muerte. La somalí Ayaan Hirsi Magan, amenazada y exiliada en Estados Unidos, después de ver como su amigo Theo van Gogh era asesinado.

La feminista palestina Samia Tamimi, que lucha enconadamente contra el integrismo de Hamas, y que también vive amenazada. En cualquier lugar del mundo donde la siniestra mano del fundamentalismo islámico tiene poder, hay personas del islam que luchan por sus derechos, a menudo ninguneados por los solidarios de pacotilla que consideran islamofobia, cualquier crítica contra el islam integrista. Ciertamente, la empanada mental del multiculturalismo ha engendrado, como diría Goya, muchos monstruos.

Mientras Shirin y otros miles luchan por sus derechos, en un notorio avance de la resistencia, el islamofascismo también avanza, con éxitos notables. El último atentado en Pakistán dejaba el viernes más de 30 muertos en la ciudad de Dera Ismail Jan, y el domingo una joven francesa de 17 años moría en un atentado en El Cairo.

Y en Barcelona, el fiscal del Eurojust García Jabaloy nos avisaba de que "Barcelona tiene un problema grave con el terror islámico"… Pero siendo terribles estas noticias, la peor de ellas nos ha llegado desde el norte del polvorín pakistaní, el valle de Swat, conocido por los activistas pro derechos humanos, como "la plaza del matadero", no en vano los talibanes acumulan 1.200 muertos, medio millón de desplazados y la destrucción de 200 colegios femeninos.

El gobierno pakistaní ha tirado la toalla y ha cedido la soberanía del valle a los talibanes. Ello representa la inmediata aplicación de la charia, la matanza de opositores y el terror de las mujeres de la zona. Pero, sobre todo, significa un éxito político sin precedentes para los líderes tribales que, gracias al terror indiscriminado, y a la debilidad pakistaní, avanzan posiciones.

Y ese es el objetivo: no es sembrar el terror, sino usar el terror, para conseguir el poder, en un proceso de dominio planetario que está perfectamente teorizado en los miles de textos del islamofascismo. Pakistán es un serio problema –"el gran peligro", según los expertos–, no sólo por la impunidad con que actúan los grupos fundamentalistas, sino porqué es un país con bomba atómica.

En esta tesitura de malas noticias, cabe destacar nuevamente una voz de mujer, en este caso de niña. Tuba Sahaab tiene 11 años, vive en Islamabad y sufre por los niños en manos de los talibanes. Escribe poesías que emite en la radio. Uno de sus poemas dice:


Pequeñas gotas de lágrimas

sus rostros angelicales

lavados con sangre

duermen para siempre con ira


¿Se puede gritar más fuerte? Y, sin embargo, ¡qué sordos están los que más ruido hacen en las calles de nuestros países! De Shirin a Tuba, ¡qué grandes mujeres del islam! Quizás sean ellas, con su debilidad, las que tengan fuerza para acabar con la maldad enloquecida del islamofascismo. Quizás, si no las dejamos solas.



Lo siento Pilar pero, desgraciadamente, sí las dejaremos solas. Aquí las mujeres progresistas y feministas, las que más deberían ayudarlas, están en otro rollo:

Las "mujeres artistas", UGT y el PSOE organizan un concierto por Gaza
Mientras que una artista de verdad como la israelí Noa tiene que sufrir un boicot a sus actuaciones y se ve obligada a explicar qué es realmente Hamas, la "Plataforma de mujeres artistas", UGT y el PSOE han organizado un concierto para recaudar fondos para Gaza.
Esta "Plataforma", presidida por Cristina del Valle, se ha distinguido en diversas ocasiones por su posicionamiento pro palestino absolutamente carente de cualquier atisbo de crítica a aspectos como la galopante corrupción en la ANP o su implicación en el terrorismo (visitaron a Arafat en el 2004, cuando la descomposición de su régimen era ya evidente), los numerosos crímenes de Hamas contra iraelíes o palestinos; o un tema que en principio debería resultarles tan cercano como la situación de la mujer bajo el yugo islamista de la organización terrorista que domina Gaza.
Sí que fueron una de las organizaciones convocantes de la manifestación contra Israel del pasado 11 de enero en Madrid, en la que se vieron y se oyeron numerosas muestras de antisemitismo y que acabó con el lanzamiento de piedras a la embajada israelí en la capital.

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