lunes, 6 de octubre de 2008

Hace 35 años

Gracias, Andrés, por recordármelo:

El día de hoy se cumplieron 35 años del estallido de la Guerra del Yom Kipur. El viernes 6 de octubre de 1973, día de recuerdo solemne del Yom Kipur (Día del Perdón), el día más santo del calendario judío, Egipto y Siria comenzaron un ataque coordinado por sorpresa contra Israel. El equivalente de las fuerzas totales de la OTAN en Europa se movilizó sobre las fronteras del Estado hebreo. En las Alturas del Golán, aproximadamente 180 tanques israelíes se enfrentaron a la embestida de 1.400 tanques sirios. A lo largo del canal de Suez, menos de 500 defensores israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios. Israel, cegado por la euforia de la victoria en la guerra de 1967, fue asaltado por sorpresa y se vio totalmente desprevenido, en parte gracias al fracaso de los cuadros superiores del servicio de inteligencia militar (AMAN) que desecharon con suma imprudencia todos los indicios e informaciones obvias de diversas fuentes que indicaban claramente que los Estados árabes se preparaban para iniciar una guerra nuevamente desde hacía meses, negándose a advertir al gobierno y al pueblo sobre la inminencia de una contienda bélica cuando era el momento adecuado para prevenir lo que vendría. La guerra había atrapado al Estado judío con la guardia baja.

Los estados árabes eran rápidamente reabastecidos por mar y aire desde la Unión Soviética -antes, durante y después de la guerra- que rechazó todos los esfuerzos de Estados Unidos para un inmediato cese al fuego. Como resultado, el gobierno norteamericano comenzó con retraso su propio puente aéreo a Israel (cuyos aviones de carga tuvieron serias dificultades para contar con una zona de reabastecimiento en Europa para trasladar los suministros a los israelíes, producto del rechazo de los gobiernos europeos a prestar sus bases transitoriamente, aunque posteriormente los aviones norteamericanos pudieron establecer su base de reabastecimiento en las islas de Gibraltar).

Al principio de la contienda, Israel no solo debió enfrentarse con los ejércitos sirio y egipcio bien equipados producto de décadas de rearme soviético, puesto que, aparte del apoyo colosal en materiales bélicos e instrucción directa que la Unión Soviética prestaba a los árabes durante años enteros, los agresores contaron también con el apoyo de Irak (que transfirió un escuadrón de aviones caza a Egipto y una división de unos 18.000 hombres y varios cientos de tanques en las Alturas del Golán), Arabia Saudí y Kuwait (entre los dos 3.000 soldados), Libia (aviones de combate y una subvención de 1.000 millones de dólares), aparte de Argelia, Túnez, Marruecos y Jordania (que también aportaron soldados y equipo bélico). El Líbano también permitió que terroristas palestinos bombardearan asentamientos civiles israelíes desde su territorio. Los palestinos lucharon en el frente sur junto con los egipcios y los kuwaitíes. Las monarquías corruptas del petrodólar de Arabia Saudí y Kuwait fueron el sostén económico de esta coalición y utilizaron su oro negro como arma política para amenazar con un embargo de petróleo a toda nación occidental que se atreviera a ayudar al Estado judío. Nuevamente Israel se encontraba sola.

No obstante, a pesar de todas las desventajas, Israel pudo salir adelante. Sus hombres y mujeres, obreros, artesanos, estudiantes, profesores, campesinos y comerciantes se alistaron en el Tzahal para luchar por sus familias, su existencia y su país. Todos como uno solo, para defender sus hogares y su honor como hombres libres, de una patria libre. Estos soldados, a veces improvisados, luchaban como tigres, ellos sabían el por qué de esta lucha desde hacía mucho tiempo y lo que les esperaba en caso de ser derrotados. Su mejor arma fue el coraje y la plena conciencia de la justicia de su lucha.

Puesto a la defensiva durante los primeros dos días de combate, Israel movilizó sus reservas y finalmente rechazó a los invasores, llevando la guerra muy dentro de Siria y de Egipto, recuperando gradualmente el territorio perdido durante los dos primeros días de batalla e incluso penetrando varios kilómetros en el interior de los países enemigos. Dos semanas después, no quedaba nada de las fuerzas sirias en el norte o los dos principales ejércitos de Nasser cercanos al Sinaí, mientras que las últimas fuerzas del remanente Tercer Ejército egipcio estaban rodeadas y a punto de ser pulverizadas, dejando el paso libre hacia El Cairo. Pero a último momento, se produjo la votación del Consejo de Seguridad de la ONU para un alto al fuego exactamente el mismo día en que las fuerzas israelíes habían completado el cerco, aislado al Tercer Ejército egipcio y se aprestaban a destruirlo. Egipto fue salvado de una desastrosa derrota aún mayor por el Consejo de Seguridad de la ONU, que había dejado de actuar mientras la marea estuvo a favor de los árabes. La Unión Soviética tampoco había mostrado ningún interés en iniciar empeños de pacificación mientras parecía que los árabes podrían ganar, pero casualmente los líderes rusos estallaron con amenazas y alaridos para la interrumpción de las hostilidades cuando se vio claramente quién iba a ser el vencedor absoluto.

Pese al éxito último de las Fuerzas de Defensa Israelíes en el campo de batalla, se tuvo que arrancar la victoria a un precio altísimo para Israel, en vidas, en costo económico y en daños. Un total de 2.688 soldados israelíes fueron muertos. La imagen del fracaso diplomático y las enormes pérdidas para la sociedad israelí, se hizo evidente con la renuncia de la Primer Ministro Golda Meir y la principal dirigencia del gobierno.

Pero a pesar de todo, Israel pudo salir adelante, corregir sus errores, mejorar la calidad de su armamento, cambiar algunas estrategias, aumentar la efectividad de la inteligencia y reconstruir sobre cimientos. Los hombres de las Fuerzas de Defensa de Israel, demostraron una valentía invaluable en todo momento, lugar y situación. No solo eso, sino que el Tzahal también dio una lección de grandeza con los prisioneros árabes que capturó. Numerosos observadores reportaron que el tratamiento de Israel a los soldados capturados fue irreprochable. El representante de Amnistía Internacional declaró: «ellos han sido bien tratados… y parecen estar recibiendo la mejor asistencia médica posible».

Poco después de su liberación, el coronel sirio Atnon El-Kodar se quejó de haber sido maltratado por los médicos israelíes, acusándoles de que innecesariamente le habían amputado una pierna. Un periodista norteamericano, Ed de Fontaine, que había conocido a Kodar en un hospital israelí, pensaba que el coronel debía «tener muy mala memoria respecto a lo que se había hecho para salvarle la vida… Él me dijo que le debía la vida a [su] médico».

En contraste, los soldados israelíes capturados por tropas sirias y egipcias fueron maltratados. Después de rendirse, docenas de soldados israelíes fueron asesinados, otros fueron torturados en violación a la Convención de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra. Según un informe presentado ante la Cruz Roja Internacional por el gobierno israelí el 8 de diciembre de 1973, las tropas israelíes descubrieron cadáveres de soldados israelíes en las Alturas de Golán, atados de manos y pies y con los ojos vendados. Habían sido ejecutados a quemarropa.

En el frente egipcio, según un informe presentado ante la Cruz Roja el 9 de diciembre de 1973, a los soldados israelíes no les fue mejor. Los soldados que se rindieron fueron apaleados, sujetos a flagelaciones, agresiones sexuales, quemaduras y hambre (segun los propios testimonios de los prisioneros que luego regresaron), además de que muchos fueron ejecutados luego de su rendición. Después de la guerra, Siria se rehusó durante meses a proporcionar las listas de prisioneros de guerra a Israel, la Cruz Roja o el secretario de Estado de EEUU Henry Kissinger.

El Sunday Times de Londres reportó que los oficiales sirios habían entregado prisioneros de guerra israelíes a los equipos de interrogación militares soviéticos. «Los interrogadores… han empleado técnicas médicas y de otras clases para quebrar la resistencia de los israelíes», decía el Times.

Clara muestra de la diferencia entre unos y otros.

No quería dejar pasar esto. Quería recordar en este nuevo aniversario de la guerra de 1973, a todos aquellos que sacrificaron sus vidas por la supervivencia de Israel y su gente durante aquellos oscuros días de tenaz lucha. Sea bendita su memoria.

Recomiendo ver las siguientes filmaciones...

Breve documental en inglés que resume los principales acontecimientos de la guerra desde un aspecto humano:

http://www.youtube.com/watch?v=asnK2nq5t-k

Interesante documental detallado sobre la cronología de la guerra y sus aspectos militares (en español):

http://video.google.es/videoplay?docid=-8757823140780495887

Aunque entonces era muy joven y las noticias tardaban en llegar, aún recuerdo aquellos días y la alegría por la victoria.

¡AM ISRAEL JAI!

2 comentarios:

Iojanan dijo...

Un exceso de confianza y otro de dejadez hacia algunos generales que intuían, con un criterio que resulto casi milagroso, que el ataque se venía encima, mientras el estado mayor se decía que no, que no se atreverían, que eran movimientos estratégicos para impresionar. Esta guerra hizo que Israel abriese los ojos de golpe y a partir de ese instante la actitud defensiva pasó a un nivel infinitamente superior. Empezó otra época.Pero los tiempos no cambian y el zarpazo traidor de estas rapiñas vendrá de una forma u otra. Yo también me acuerdo de las noticias que nos llegaban a España, era un niño, pero lo recuerdo perfectamente y la alegría que supuso el triunfo, porque de triunfo se puede considerar si valoramos que la contienda estuvo por momentos perdida, sólo el factor personal y el empuje deseperado de un pueblo sacó aquello adelante. Hace ya muchos años, pero no tantos, ahora, Israel, no estarás tan sólo.

Anónimo dijo...

AM ISRAEL JAI

dolores.