Un negro con camisa azul
Gabriel ALBIAC
http://www.larazon.es
Ayer, declaraciones de Manuel Fraga Iribarne: «Yo soy de centro reformista, como Obama». Y no se lo llevaron los loqueros.
Sucinta biografía de un joven negro, de centro reformista y con camisa azul: Fraga Iribarne.
1962-1969. Ministro de propaganda: «Información y Turismo» era la denominación administrativa que daba a aquella máquina de mentir la dictadura. Como miembro del Gobierno del general Franco, responsable político y moral de las ejecuciones políticas (un dirigente comunista y dos anarquistas) del año 1963. El ministerio de Fraga brilló a excelsa altura, asumiendo la noble tarea propagandística de exaltar patrióticamente las ejecuciones: guardo alguno de aquellos panfletos del 63 como una de las más irrefutables pruebas de la primordial carcoma que anida en los desagües del cerebro humano.
1966. El ministro Manuel Fraga Iribarne remeda una versión dadaísta de Afrodita surgiendo de las aguas. Playa de Palomeras. Varias bombas atómicas andan perdidas por la zona, tras la caída de un bombardero estadounidense. Fuga radiactiva en la costa mediterránea. Pero la cintura oronda de Manuel Fraga Iribarne, emergiendo en meyba de las aguas, multiplica su imagen. El tam-tam propagandístico del Régimen bate todos sus récords. ¿Fuga radiactiva? ¿Qué es eso?
1969. Guerra con los «tecnócratas del Opus». Demasiado blanduchos para el atlético Fraga. En Matesa ve la ocasión de fulminar a aquellos advenedizos sin ni siquiera una buena vieja camisa azul en el armario. Escándalo de corrupciones estupendas. Rebatiñas de todos contra todos. Hasta el General se harta. Fraga a la calle. Persevera en su escaño de las Cortes y en su apropiada sinecura de Consejero Nacional del Movimiento, guardián de las quintaesenciadas purezas del franquismo. Lo de director general de cervezas El Águila es sólo una rentable anécdota pasajera.
1976. Manuel Fraga Iribarne es el ministro del Interior perfecto para alguien de las incuestionables credenciales democráticas (desde los ya lejanos años de la guerra civil en Málaga) de Carlos Arias Navarro. Disparos de la policía contra los obreros encerrados en una iglesia: Matanza de Vitoria. Dura lógica de los hechos. ¿Alguien se acuerda?
No sigo. ¿Para qué? Contar que el hombre que carga sobre sí –con exhibida y perfecta indiferencia– semejante biografía iba a acabar por ser uno de los redactores de la Constitución de 1978, es probablemente lo más terrible que puede decirse de nuestra Carta Magna. Fue luego virrey gallego, hasta que logró liquidar a su mayoritario partido. Se enamoró con sinceridad, en lo político, de un par de curiosos tipos en los cuales vio –no sin razón– almas gemelas suyas: Santiago Carrillo aquí; en Cuba, Fidel Castro, porque, «más allá de las diferencias ideológicas…, Fidel Castro es uno de los muchos símbolos de este mundo hispánico…, un símbolo de independencia» (1998). Hoy ejerce de escudero convicto de Alberto Ruiz Gallardón, a la espera del entierro del jefe Mariano. El destino tiene estas cosas.
Y es como Obama. Igualito. Así se ve él, cada mañana, en el espejo. Personaje de Kafka a la inversa.
Genial Albiac como siempre. En esta España de Torrente tenemos tantos frikis y personajes puñeteros, que alguien como Fraga acaba pasando desapercibido. Pero no está mal acordarse de vez en cuando de su muy "democrático" pasado.
1 comentario:
Pues no sé yo si lo de bañarse en Palomares en agua radioactiva no le fue de p... madre: El tío va para dinosaurio y no hay quien acabe con él!
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