jueves, 19 de febrero de 2009

¿Por qué ha fracasado la izquierda en las elecciones israelíes?

La izquierda de Israel tiene lo que se merece

Zahava Gal-On, Shelly Yachimovich y muchos otros de la izquierda explican sin cesar, al mundo exterior por lo menos, que el partido Laborista y el Meretz se estrellaron en las elecciones del martes pasado porque no fueron sensibles a las dificultades socioeconómicas de la población, y también, por supuesto, porque cometieron errores estratégicos durante su campaña.

Excusas. Cuando el terror golpea sin piedad y sin tregua desde que la izquierda trajo el desastre de Oslo a la nación, y en muchos lugares en el Neguev y en la Galilea los judíos no se atreven a viajar por la noche por miedo a que sus coches sean apedreados, la angustia socioeconómica, aún permaneciendo grave y dolorosa, incluso para los electores más pobres se convierte en un elemento secundario.

Ehud Barak no ha perdido a causa de su apartamento de lujo en Tel Aviv. Ha perdido porque incluso durante la Operación Plomo Fundido no tuvo el coraje necesario para derrotar de forma decisiva al terror proveniente de la Franja de Gaza. Y el Meretz porque comenzó a reclamar el fin de la operación al tercer día, y porque alguna de su gente acusa al IDF de crímenes de guerra.

Ha sido el aumento de las actividades de oposición entre los árabes israelíes en contra de Israel, y que a menudo exceden los límites de la legítima expresión de la opinión, así como la olvidada situación del pueblo judío lo que ha enajenado a la izquierda de los electores. Durante años, los votantes han oído sus tonos estridentes cuyo principal acorde, de acuerdo con la sentencia dictada este martes, es una excesiva identificación de estos sectores de la izquierda con el nacionalismo árabe-palestino, incluso en medio de una feroz campaña de terror contra los propios judíos.

Y en ese escenario, ni siquiera se ha escuchado la más mínima expresión de pesar [de autocrítica] tras conocerse los resultados electorales. El error en este caso, según nos cuentan los representantes de la izquierda, estuvo en que el camino hacia la paz no fue lo suficiente y convenientemente explicado a la opinión pública, como si los medios de comunicación impresos y electrónicos no les hubieran invitado repetidamente a hacer llegar sus mensajes a la opinión pública. El terror árabe ha llegado a su paroxismo precisamente como consecuencia de las amplias concesiones que el estado ha permitido gracias a estos mismos partidos que ahora se acaban de estrellar en las urnas, recibiendo finalmente lo que han sembrado.

Los votantes han declarado que esta ideología, la defendida por la izquierda durante los últimos 20 años, ha fracasado totalmente en los ámbitos de la seguridad y del conflicto palestino-israelí (los diversos acuerdos de Oslo, y las concesiones territoriales realizadas hasta el desarraigo de Gush Katif, han aplazado la paz y, desde luego, no la han acelerado), al igual que han fracasado según los electores sus políticas referentes a las relaciones entre judíos y árabes de Israel. La amplia defensa por parte de los partidos de izquierda de la insostenible posición de los árabes de Israel, apoyada también por parte de las autoridades judiciales, y sobre todo por la Corte Suprema de Justicia, sólo ha incrementado las determinación de los árabes de separarse y de establecer su propia región autónoma política y cultural, y eso también fue percibido por los votantes.

Como resultado, los votantes se inclinaron por una derecha que sí está dispuesta a hacer frente a estas cuestiones: Likud, Israel Beiteinu, Shas, Unión Nacional y Habait Haiehudi y 60 de sus 65 escaños en la Knesset (el Judaísmo Unido en la Torá está fuera de esta imagen). Una mayoría muy decisiva. Y la izquierda que prefirió huir antes que plantarlas cara (a lo Barak) o que adoptó una posición pro-árabe palestina (a lo Meretz), sólo ha recibido 17 escaños de la Knesset. Kadima, que parece situarse a la izquierda en ciertos temas, no está exactamente con ellos.

Y así, incluso en los bastiones más seguros del Meretz, en los kibutzim del movimiento Hashomer Hatzair, se prefirió el voto útil al Kadima. Incluso en el kibutz Merjavia, con todo lo que simboliza para la izquierda radical-sionista, el Meretz perdió ante el Kadima. Lo mismo sucedió en el kibutz Mishmar HaEmek. Muchos miembros del Movimiento Unido Kibbutz han votado a favor de Kadima y no por los laboristas. Y no sólo por el aura glamorosa de Tzipi Livni. Sino al contrario, principalmente porque Barak y un gran número de los candidatos del partido han perdido su aureola sionista, dejaron de respetar las reglas del juego y abandonaron la dirección nacional del sionismo socialista.

Autor: Israel Harel - Ha´aretz
Traducción: Safed-Tzfat Jose Antonio
http://noti.hebreos.net

¿Por qué ha fracasado la izquierda en las elecciones israelíes? es más ¿por qué la izquierda está dispuesta a suicidarse en todo el mundo apoyando la barbarie islámica?

1 comentario:

Anónimo dijo...

La izquierda israelí no apoya la barbarie islámica (como sí sucede en otros países occidentales como España), sin embargo, tampoco está dispuesta a hacerle frente. En un país continuamente amenazado por el islamismo como Israel, no hacerle frente al terror es sinónimo de suicidio colectivo.