El canon digital apenas supuso el 5,5 por ciento (20,5 millones de euros) del dinero total recaudado por la SGAE en 2007 (377,2 millones). El grueso de sus ingresos deriva del amplio listado de actividades que están sujetas por ley al cobro de derechos de autor. La SGAE recauda el 4,5 por ciento de la taquilla de cada representación circense, el 10 por ciento de cada concierto (incluso si es gratuito), una cuota fija por cada baile o feria popular, al igual que una tarifa diferente en caso de que cualquier local comercial (ya sean bares, oficinas o tiendas) disponga de una radio o televisión. La cartera de los autores también se alimenta de bodas, bautizos, juguetes o sex shops, entre otros.
Decenas de actividades están gravadas por los derechos de autor en España. Prácticamente, cada lugar o momento en el que suena una canción o se visualiza una obra audiovisual supone un acto de propiedad intelectual y, por tanto, es susceptible de generar ingresos a las entidades de gestión que se encargan de su protección, tanto económica como legal.
De este modo, cualquier local o comercio de España es susceptible de sufrir la visita imprevista de un agente auditor de la SGAE u otras entidades de autor para solicitar su correspondiente cuota. Es el caso de una pequeña tienda de ropa situada en Madrid, cuya dueña recibió hace escasas fechas la visita de la SGAE. La entidad reclamó a la dueña la contratación de una licencia para poder encender la radio en su establecimiento (ver documento adjunto).
De este modo, cualquier local o comercio de España es susceptible de sufrir la visita imprevista de un agente auditor de la SGAE u otras entidades de autor para solicitar su correspondiente cuota. Es el caso de una pequeña tienda de ropa situada en Madrid, cuya dueña recibió hace escasas fechas la visita de la SGAE. La entidad reclamó a la dueña la contratación de una licencia para poder encender la radio en su establecimiento (ver documento adjunto).
La avaricia de estos buitres no tiene límites. Comprendo que los autores tienen derecho a cobrar por sus obras. Es lógico que los locales que utilicen la música como reclamo importante para su clientela tengan que pagar, pero ¿una oficina, el kiosco de la esquina o un sex shop? a este paso no podremos ni echar un polvo tranquilos (o al menos habrá que hacerlo muy calladitos, no sea que te quieran cobrar por grititos y jadeos).
8 comentarios:
Esta vez no puedo más que discrepar. De entrada, si un concierto es gratuito, o sea, la recaudación es 0, ¿cuánto es el 10% de 0???
Eso aparte, a continuación reproduzco la entrevista que le hice a Ramon Muntaner, director de la SGAE en Barcelona en enero pasado.
Evidentemente, como miembro de la ejecutiva de la SGAE que es, barrerá para su casa, pero también es cierto que lo que dice plantea algunas dudas sobre toda la cuestión. Sin ir más lejos, la SGAE es una de las 9 entidades de gestión españolas de derechos de autor, no la única, y todas ellas son defensoras del famoso cánon.
Ahí te paso la entrevista esa:
Entrevista a Ramon Muntaner, Director General de la SGAE en la Zona Mediterránea
Tendremos que hablar del tema del canon digital, que tanta polémica está levantando ¿Cuál es, en realidad, la situación?
Es cierto que el tema ha generado una gran polémica, que está en boca de todos, que se han escrito un sinnúmero de artículos en prensa y que incluso ha entrado en la campaña electoral, en boca de partidos políticos de distintas tendencias. La verdad es que ello es, cuando menos, sorprendente, ya que la cuestión se resume en que España, a requerimiento de la Unión Europea, ha tenido que legislar para adaptarse a la legislación comunitaria en lo referente a la protección de los derechos de autor de los creadores.
Es decir, ¿el canon no lo ha inventado la SGAE?
¡Por supuesto que no! Para comenzar, quiero dejar claro dos cosas. Primero, en el año 2001 la Unión Europea aprobó la Directiva de la Sociedad de la Información y transcurrido el plazo de su aplicación, conminó a España a adaptar la ley de Propiedad Intelectual a su normativa y a implantar lo que conocemos como el mal llamado canon digital. Tenga usted en cuenta que el canon digital está vigente en toda Europa. Es cierto, también, que en la mayor parte del mundo anglosajón el canon no existe. Pero eso no es un beneficio para el usuario ya que implica que es ilegal realizar cualquier tipo de copia privada, lo cual puede implicar incluso penas de cárcel. Europa optó por implantar el canon a los soportes para proteger los derechos de autor y los del consumidor al mismo tiempo, legalizando así lo que conocemos por “copia privada”.
Y segundo, y no menos importante, es que en España existen 9 entidades de gestión de propiedad intelectual que son las que ingresan y distribuyen entre sus asociados los ingresos que el canon genera. Es pues una falta total de información atribuir a la SGAE la autoría de la ley –que, por cierto, en su día, aprobaron mayoritariamente todos los partidos políticos, incluso los que ahora se manifiestan contrarios a la misma- y están absolutamente fuera de lógica los ataques que hemos recibido.
Es bien cierto que les han atacado desde todos los frentes… prensa incluida…
No lo sabe usted bien: piense que se han llegado a publicar cifras de ingresos con tres ceros de más con respecto a la realidad. Y esto sólo para empezar, porque se han llegado a decir verdaderas barbaridades que espero que sean fruto de una mala información, no de la mala fe. Aunque también debo decir que empiezan a aparecer en prensa artículos que defienden la aplicación del canon, con argumentos fundamentados que nos dan la razón.
¿Cuáles son estos argumentos?
En primer lugar, diré que ya existía, vuelvo a insistir, el mal llamado canon (de hecho, es una remuneración compensatoria) para los soportes analógicos. Es decir, las cintas de vídeo vírgenes lo pagaban, así como las cassettes, o los reproductores de vídeo analógico. La ley no contemplaba el pago del canon en los soportes digitales simplemente porque dichos soportes no existían cuando se promulgó la ley.
En segundo lugar, el canon deben satisfacerlo los fabricantes de dichos soportes, no los consumidores. Otra cosa es que dichos fabricantes hayan repercutido sobre el consumidor final el canon y que, además, la cifra repercutida sea, en algunos casos, bastante superior al canon soportado.
¿A quién beneficia pues, en concreto este canon? ¿A quién va el dinero?
Ciertamente, no a las entidades de gestión que, como su nombre indica, únicamente gestionan los derechos de la propiedad intelectual. Pero, contestando a su pregunta, le diré que, en el caso de la SGAE, los ingresos van a parar a tres destinos. El primero, y creo que muy importante, es la ayuda social a los miembros de la entidad. Es evidente que no es fácil vivir de esta profesión y que, frecuentemente, los autores pasan por momentos económicamente difíciles. A estos casos va una gran parte de los ingresos obtenidos a través de la aplicación de esta remuneración compensatoria por copia privada.
La segunda rama de distribución de los ingresos se destina al pago a los autores por la difusión de su obra, que se lleva a cabo siguiendo un sistema y un baremo y/o sondeo que es el mismo modelo que aplican las otras entidades de gestión a nivel internacional, que puede parecer complicado, que igual no es perfecto, pero que procuramos que sea lo más justo posible.
Y la tercera vía es la promoción y difusión de la obra de los asociados a la entidad, mediante publicaciones, libros, actos, conciertos, formación y patrocinios y, en muchos casos, con ayudas directas para que el autor pueda llevar a cabo proyectos imposibles de financiar de forma particular y, finalmente, en espacios que contribuyan a la difusión y promoción de sus obras. Es decir, en casos así la SGAE actúa como si fuese una entidad financiera, con la salvedad de que no carga intereses.
¿A qué viene pues tanta polémica?
No puedo menos que pensar que a falta de información. Es una pena que mientras este canon está implantado en toda Europa –por cierto allí la ley es más dura que aquí- sin que se haya producido ningún tipo de problema y que en cambio, aquí, en donde, por cierto, existe una de las tasas más altas de piratería del mundo, se rechace con tanta contundencia.
¿Tal vez porque en España no estamos muy acostumbrados a proteger nuestra propia cultura, cosa que sí ocurre en esos otros países? Tal vez…
entiendo que los autores tienen que proteger sus derechos y que se ha utilizado el tema para campañas políticas. incluso el canon me molesta poco porque, lo reconozco, soy un pirata y me bajo "todo lo que se mueve". sin embargo creo que hay un afán desmesurado de recaudación por parte de la SGAE y que quieren "pillar" por todo y en todo lugar.
un abrazo (me encanta que discrepemos)
Me has pillado! A mí no hay nada que me guste más que polemizar. Especialmente si el tema ni me va ni me viene. JA JA JA
De todas formas, lo cierto es que lo del canon es normativa europea. Por poner un ejemplo, es como lo del IVA, es decir, no puedes aplicarlo o no a voluntad, como bien saben nuestros amados gobernantes, puesto que ya nos han caído multas de la UE por un tubo por listillos...
Por otra parte, también es de cajón que no es sólo la SGAE, son las otras 8 entidades de gestión, que van calladitas, pero cobrando lo que pillan.
Luego está el tema de los fabricantes de soportes, que son los que tienen que soportar el cánon y los que lo repercuten en el consumidor. También es cierto. Y si han de pagar 2 céntimos por CD, cargan 10 y se van de rositas.
Y luego está, cómo no, el afán de los directivos de la SGAE por seguir ocupando sus poltronas.
En resumen, yo seguiré haciendo uso de mi derecho a copia privada, es decir, a copiarme lo que me dé la gana si es sin ánimo de lucro. Al fin y al cabo, es lo que, en teória, nos garantiza el pago del cánon.
Un beso
Pilar
Aquí tienes argumentos a favor de tu argumento. Aunque ya te dije que no toda la culpa es de la SGAE, creo, también veo que se pasan dos pueblos con sus pretensiones:
La SGA (Sociedad General de Autores) y de chupones ......ataca de nuevo.
Escrito y firmado por José Luís Sampedro, escritor, filósofo y buena gente.
POR LA LECTURA
Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos.
Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos.
Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas.
Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.
Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y
unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.
Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.
Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?
Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos?
No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.
Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
José Luis Sampedro
Si estas de acuerdo, pásalo. Por el placer de la lectura.
genial el artículo de Sampedro. es lo que yo te decía, está bien defender los derechos de los autores a ganar dinero por su obra pero caen en el rídiculo cuando intentan sacar dinero hasta de donde no lo hay. lo de las bibliotecas ya es que clama al cielo. me recuerda a lo de los representantes de futbolistas que empiezan a dar el coñazo con llevarse a su representado a otro equipo para ganarse él el porcentaje y acaban arruinando la carrera del jugador.
al final todo se limita a especulación por parte de los que quieren vivir del cuento
Cierto lo de los "representantes", "intermediarios" y "gangsters" diversos. Son los únicos que se forran! Evidentemente a costa de los currantes...
Como decía mi abuelo, "a partir de 100 millones de pesetas, no hay nadie honrado" (y eso que el hombre era banquero, así que supongo que lo sabía de buena fuente)
siendo banquero desde luego que sabía de lo que hablaba .... eso sí, ¡como me gustaría dejar de ser honrado! je je je
Jolín, a mí también me gustaría! Además, el abuelo ese de marras, seguía la teroría filosófica aquella de "Después de mí el Diluvio" el muy c... Con lo cual, yo fui la primera persona de la familia en trabajar después de un historial impoluto de vagos ricachones de 500 años de largo!
No me dirás que no es tener mala pata, lo mio!
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