viernes, 15 de mayo de 2009

Una Jaula para "Iván el Terrible"


Demjanjuk el carnicero de Sobibor
Por Ruben Kaplan

Transcurridos más de 20 años desde que fuese condenado a muerte en Israel y posteriormente liberado por la Suprema Corte de Justicia de ese país, la que insólitamente después de condenarlo, le concedió la libertad aduciendo dudas sobre su filiación, el tristemente célebre verdugo nazi Iván John Demjanjuk, apodado “Iván el Terrible”, fue deportado de Estados Unidos a Alemania por solicitud del gobierno germano.

Demjanjuk nacido en Ucrania el 3 de abril de 1920, y que tiene en la actualidad 89 años, está detenido en la prisión de Stadelheim localizada en el distrito de Munich Giesing, acusado de ser cómplice del asesinato de 29.000 judíos, cuando se desempeñaba en la Segunda Guerra Mundial como guarda nazi en el campo de concentración y exterminio Sobibor, situado en el distrito de Lublin, Polonia, cercano a la aldea del mismo nombre. El campo de la muerte fue establecido en marzo de 1942 como parte de la Aktion Reihard y cerrado a fines de 19943, luego de una sublevación de prisioneros. En un rectángulo de 600 metros de largo por 40 de ancho, rodeado por un cerco de alambres de púa entrelazados con ramas de árboles para ocultar lo que había en su interior, fueron asesinados alrededor de 250.000 judíos.

La Enciclopedia Concisa del Holocausto del museo Yad Vashem de Jerusalén, que debiera leer el obispo excomulgado y negador de la Shoá y las cámaras de gas, Richard Williamson, el que rehabilitó el polémico Papa que integró las Juventudes hitlerianas, Benedicto XVI, ilustra sobre Sobibor: Tenía tres secciones: el área administrativa, la recepción y el sector de exterminio. Los judíos que llegaban en los transportes eran llevados inmediatamente al área de recepción. La de exterminio contenía cámaras de gas, fosas comunes y alojamiento para los prisioneros judíos que trabajaban allí. Las cámaras de gas, que aparentaban ser duchas colectivas, podían contener entre 160 y 180 personas cada una y en ellas se utilizaba monóxido de carbono.

Sobibor estaba dirigido por el teniente coronel de las SS Franz Stangl, designado comandante del campo en abril de 1942. Su personal incluía entre 20 y 30 miembros de las SS, muchos de los cuales habían trabajado en el Programa de Eutanasia, y 90-120 ucranianos. Los judíos más fuertes eran enviados a grupos de trabajo; sus tareas eran atender al personal del campo y desempeñar labores relacionadas con el procesamiento de los nuevos arribos. Llegaron a trabajar en estos grupos mil prisioneros.

Sin embargo, casi todos los judíos que llegaban a Sobibor eran inmediatamente asesinados. A su arribo se les informaba que habían llegado a un campo de tránsito en camino a campos de trabajo; antes de volver a embarcarse debían ducharse y hacer desinfectar su ropa. Los hombres eran separados de las mujeres y los niños. Debían desnudarse y entregar todos sus objetos de valor. Luego eran obligados a correr hacia las cámaras de gas, bajo una lluvia de golpes, gritos y disparos de advertencia.

Entre 450 y 550 judíos eran apiñados por vez en las cámaras, luego se las cerraba herméticamente y se inyectaba gas venenoso por las tuberías. Después de 20-30 minutos todos los ocupantes estaban muertos. Equipos de trabajo integrados por judíos (Sonderkommando) retiraban los cuerpos, extraían todas las piezas dentales de oro y enterraban los cadáveres. Todo el proceso desde la llegada del tren hasta la sepultura demoraba solamente dos a tres horas. Durante ese tiempo otros prisioneros eran obligados a limpiar los vagones, después de lo cual esos trenes partían y otros 20 vagones ingresaban al campo.

Los judíos que no eran enviados inmediatamente a las cámaras de gas eran sometidos a procesos de selección casi diarios. Sólo unos pocos sobrevivían más allá de algunos meses.

El asesinato de judíos en Sobibor comenzó en realidad antes de que el campo estuviera terminado. A mediados de abril de 1942 fueron gaseados 250 judíos provenientes del campo de trabajo de Krychow. Una vez construido Sobibor, la primera etapa del proceso de exterminio se extendió desde comienzos de mayo a fines de julio de 1942; en ella fueron asesinados entre 90.000 y 100.000judíos deportados de Checoslovaquia, Alemania, Austria y el distrito polaco de Lublín. A fines de julio se interrumpieron temporariamente los transportes para reparar la vía férrea entre Lublín y Chelm. Los nazis aprovecharon ese intervalo para construir otras tres cámaras de gas, porque habían descubierto que el ritmo era demasiado lento. Las nuevas cámaras tenían el doble de capacidad de las anteriores. Durante ese período, Stangl fue transferido a Treblinka y reemplazado por Franz Reichsleitner.

A comienzos de octubre de 1942 se reiniciaron las deportaciones a Sobibor. A fines de ese año los alemanes intentaron ocultar las matanzas exhumando e incinerando los cuerpos. En marzo de 1943 llegaron 4.000 judíos en cuatro transportes procedentes de Francia. Hasta junio habían sido deportados a Sobibor entre 70.000 y 80.000 judíos de los distritos de Lublín y Galitzia oriental, y 145.000-150.000 del Generalgouvernement. Entre marzo y julio llegaron 35.000 judíos de Holanda, quienes, antes de ser asesinados, fueron obligados a escribir cartas a sus familiares informándoles que se hallaban en un campo de trabajo. Hasta fines de octubre de 1943, habían sido exterminados en el campo 25.000 judíos de Eslovaquia. Las últimas víctimas, alrededor de 14.000, llegaron en septiembre de 1943 procedentes de los guetos de Vilna, Minsk y Lida.

Durante el año y medio de funcionamiento de Sobibor hubo varios intentos de fuga de prisioneros. Algunos fueron exitosos, pero los alemanes ejecutaron a muchos otros prisioneros como represalia. En julio y agosto de 1943 los prisioneros organizaron un grupo clandestino liderado por León Feldhendler, que había sido el presidente del Judenrat en Zolkiew. Su plan era organizar un levantamiento y una fuga masiva. A fines de septiembre llegaron al campo, desde Minsk, prisioneros de guerra soviéticos judíos. Entre ellos se encontraba el teniente Aleksandr Pechersky, que fue designado comandante del grupo clandestino, con Feldhendler como su segundo. El plan era matar a los soldados de las SS, apoderarse de sus armas y combatir hasta lograr salir del campo. La sublevación tuvo lugar el 14 de octubre de 1943. Los prisioneros mataron a 11 miembros de las SS y a numerosos ucranianos. Aproximadamente 300 lograron escapar, pero una gran parte de ellos fueron capturados y asesinados. También fueron exterminados los prisioneros que no habían tomado parte en la fuga. Alrededor de 50 prófugos sobrevivieron a la guerra.

En febrero de 1943 Heinrich Himmler visitó Sobibor. En su visita observó el proceso de exterminio, y decidió convertirlo en un campo de concentración. Pero la sublevación de octubre hizo cambiar los planes. Los nazis arrasaron el campo, araron y sembraron el terreno, e instalaron allí un campamento de la guardia ucraniana.

En 1965 se realizó en Hagen, entonces Alemania Occidental, un juicio a 11 de los miembros de las SS que habían participado en la conducción de Sobibor. Uno de ellos fue condenado a cadena perpetua, cinco recibieron penas de entre tres y ocho años de prisión, cuatro fueron absueltos y uno se suicidó. El gobierno polaco convirtió a Sobibor en un sitio nacional de recordación.

En 1952, Iván Demjanjuk emigró con su familia a USA, donde falseando datos, obtuvo la ciudadanía y se instaló en Ohio, ciudad en donde cambió de nombre y halló trabajo en la industria automotriz.

Su apodo “Iván el Terrible” el mismo que tenía el Zar Iván IV, lo obtuvo por las idénticas características de hombre sanguinario y siniestro que poseía éste. Sobrevivientes del Holocausto, lo recordaban por su sadismo.

Demjanjuk siempre negó enfáticamente las acusaciones que pesan sobre él. Sostiene que fue obligado a trabajar como guardián en varios campos de concentración nazis, después de haber sido capturado por los alemanes y hecho prisionero de guerra. Sus argumentos endebles pierden consistencia; su nombre figura en la lista del Centro Simón Wiesenthal de “criminales de guerra nazi más buscados” junto con el de Aribert Heim, “El doctor muerte”, otro abyecto y despiadado criminal, que se cree está refugiado en Chile o Argentina, a pesar que sus familiares alegan que murió el 10 de agosto de 1992 en El Cairo a la edad de 78 años, a causa de un cáncer.

Sobre su estancia en el campo de Sobibor, dice haber trabajado como chófer por 40 zlotis al mes, y no menciona ni su pertenencia a las SS ni haber participado en crímenes nazis. La realidad muestra a través de sobrevivientes de ese campo, que lo han identificado fehacientemente como "Iván el terrible", un ser malvado y cruel.

Iván John Demjanjuk, podría ser enfrentado, según los medios de comunicación alemanes, a un testigo de 82 años, sobreviviente de Sobibor, llamado Thomas Blatt.

La deportación de Demjanjuk a Alemania es el más reciente capítulo en un tortuoso proceso judicial contra el criminal de guerra nazi, que llevaba cerca de 30 años luchando para quedarse en EE.UU.

En su afán de evitar su extradición, el carnicero de Sobibor, “Iván el terrible”, su familia y abogados, utilizaron todo tipo de subterfugios y triquiñuelas legales. Alegan que tiene un tipo de leucemia, se lo fotografía en silla de ruedas, mientras que testigos presenciaron que no la utiliza regularmente y que se lo veía en buenas condiciones físicas.

Es imperativo que se lleve a juicio a Demjanjuk, quien por alguna razón alcanzó la longevidad. Que sirva como esclarecimiento y testimonio para aquellos cínicos e infames, que a poco más de 60 años del crimen más grande de la historia de la humanidad, niegan el Holocausto.

Como señaló el rabino Marvin Hier, del Centro Simón Wiesenthal, si Demjanjuk es juzgado, “probablemente sea el último juicio de un criminal de guerra nazi”.

Fuente y reenvio: www.porisrael.org

¿Qué es viejo? ¿qué está enfermo? pues a meterlo en una jaulita como la de la ilustración y dejarlo allí que descanse ... hasta que se pudra. Y cuanto más larga sea la agonía, mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que los ucranianos, durante el Holocausto, eran peores que los alemanes. Solo espero que ese hijo de puta de Demjanjuk sufra el resto de los miserables años de vida que le quedan en una terrible agonía y que se pudra en el infierno.

Que mal lo que hizo la justicia israelí en 1993. Israel lo dejó libre y perdió la oportunidad de hacer justicia, esperemos que Alemania no cometa el mismo error.

pacobetis dijo...

totalmente de acuerdo, un fallo imperdonable de la justicia israelí