Por Ruben Kaplan
Javier Solana, haciendo gala de una extralimitación de sus múltiples prerrogativas y atribuciones, desde octubre de 1999, Secretario General del Consejo de la Unión Europea y por añadidura Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, del mismo Organismo, declaró el domingo en una conferencia en Londres, ratificando sus expresiones del día anterior, que la ONU debe establecer una fecha límite para la creación de un Estado Palestino.
Francisco Javier Solana de Madariaga, nacido en Madrid el 14 de julio de 1942, es político, doctor en Ciencias Físicas y diplomático. A las funciones antes señaladas hay que agregar que bajo su férula se encuentra el EUFOR, Fuerza Militar de la UE. Previo a desempeñarse en la Unión Europea, Solana fue elegido en el año 1995, en medio de grandes controversias, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Antes de asumir ese cargo, Solana, entrenándose en el arte del doble discurso, del que Yasser Arafat fue un eximio exponente, se había opuesto a la Alianza Atlántica y había pergeñado un documento denominado “50 Razones para decir No” a la OTAN.
En el transcurso del mandato de Javier Solana al frente de la Alianza Atlántica, se desarrolló la guerra de Kosovo. La OTAN, sin la autorización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un ejemplo de cómo el fin justifica los medios, bombardeó objetivos militares y civiles de la República Federal de Yugoslavia, alegando que lo hacía con el fin de evitar una “limpieza étnica” en Kosovo. Sin embargo, el deliberado ataque a civiles en la península de los Balcanes generó críticas que llegaron al grado de acusar a la OTAN de violar los acuerdos de Ginebra. Con ese lastre a cuestas, Solana, el 6 de octubre de 1999, cesó en sus funciones.
En su charla en Londres sobre el proceso de paz, Javier Solana reafirmó que "Después de un plazo determinado, una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe proclamar la adopción de la solución de dos Estados" y añadió que el anuncio debe incluir los parámetros de las fronteras, los refugiados, y el control de la ciudad de Jerusalén y las disposiciones de seguridad. "Se acepta el Estado palestino como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, y a establecer un calendario para su aplicación. Por mandato de la resolución de otros conflictos territoriales pendientes y así legitimar el final de las reivindicaciones". En marzo del corriente año, el Alto Representante, disimulando su proverbial animadversión con Israel, reiteraba la disposición de la Unión Europea de trabajar con el nuevo Gobierno israelí como fruto de las negociaciones con la coalición en aquel momento en curso. Pero en una amenaza velada, que con las recientes declaraciones cumple, advertía a Jerusalén, (Tel Aviv para los españoles) que la relación entre la Unión Europea e Israel sería “muy diferente” si no apuesta por impulsar el proceso de paz en la región”
"Ayer dije que estaríamos dispuestos a mantener relaciones normales con un Gobierno en Israel que esté preparado para continuar las discusiones y trabajar para una solución de dos Estados. Si ese no es el caso, la situación sería muy diferente", aseguró a su llegada al Consejo de ministros de Exteriores de la UE, reunido en esa oportunidad en Bruselas.
Es evidente que según el prisma con el que enfoca Solana, sólo Israel debe comprometerse en los esfuerzos para alcanzar la paz en la región. ¿Cuando conmina a la creación de dos Estados, se refiere a Israel y a Gaza bajo la égida de los terroristas del Hamas, o a Israel y el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania presidido por Mahmoud Abbas, o por su nombre de guerra “Abu Mazen”? según la glorificada denominación de éste dada por la agencia de noticias EFE, la misma que califica de símbolo extremista del nuevo gobierno israelí al Ministro de Asuntos Exteriores Avigdor Liberman, quien dijo hoy en una entrevista a la radio pública israelí, que "mientras que la autoridad o legitimidad de Abu Mazen languidece y se deteriora, éste eleva sus demandas y endurece su posición”.
La Cancillería de Israel rechazó la postura de Solana, afirmando que solamente las negociaciones bilaterales podrían aportar una solución al conflicto de Oriente Próximo. "De acuerdo a las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 242 y 338 de la Hoja de Ruta y los tratados firmados entre las dos partes, una solución para el conflicto palestino-israelí sólo puede alcanzarse a través de negociaciones", dijo el Ministerio en un comunicado.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que Israel insta a renovar de inmediato las negociaciones entre las partes sin condiciones y advierte que la determinación de plazos artificiales pondrá en peligro las posibilidades de un acuerdo.
En un sinceramiento de su política de Gobierno, la televisión de la ANP, el “socio para la paz” así considerado ingenuamente por Occidente e incluso Israel, emitió hoy un reportaje en donde, en un panel de invitados, un oficial del Fatah manifiesta abiertamente que “nuestro objetivo nunca fue la paz. “La paz es un medio, el objetivo es Palestina”, significando la conquista de Israel. Esta afirmación certifica que lo único que diferencia a Hamas y a la Autoridad Nacional Palestina es la estrategia para construir un Estado Palestino, no junto al Estado judío de Israel, sino uno árabe y musulmán, en reemplazo de aquél.
Francisco Javier Solana de Madariaga, nacido en Madrid el 14 de julio de 1942, es político, doctor en Ciencias Físicas y diplomático. A las funciones antes señaladas hay que agregar que bajo su férula se encuentra el EUFOR, Fuerza Militar de la UE. Previo a desempeñarse en la Unión Europea, Solana fue elegido en el año 1995, en medio de grandes controversias, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Antes de asumir ese cargo, Solana, entrenándose en el arte del doble discurso, del que Yasser Arafat fue un eximio exponente, se había opuesto a la Alianza Atlántica y había pergeñado un documento denominado “50 Razones para decir No” a la OTAN.
En el transcurso del mandato de Javier Solana al frente de la Alianza Atlántica, se desarrolló la guerra de Kosovo. La OTAN, sin la autorización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un ejemplo de cómo el fin justifica los medios, bombardeó objetivos militares y civiles de la República Federal de Yugoslavia, alegando que lo hacía con el fin de evitar una “limpieza étnica” en Kosovo. Sin embargo, el deliberado ataque a civiles en la península de los Balcanes generó críticas que llegaron al grado de acusar a la OTAN de violar los acuerdos de Ginebra. Con ese lastre a cuestas, Solana, el 6 de octubre de 1999, cesó en sus funciones.
En su charla en Londres sobre el proceso de paz, Javier Solana reafirmó que "Después de un plazo determinado, una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe proclamar la adopción de la solución de dos Estados" y añadió que el anuncio debe incluir los parámetros de las fronteras, los refugiados, y el control de la ciudad de Jerusalén y las disposiciones de seguridad. "Se acepta el Estado palestino como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, y a establecer un calendario para su aplicación. Por mandato de la resolución de otros conflictos territoriales pendientes y así legitimar el final de las reivindicaciones". En marzo del corriente año, el Alto Representante, disimulando su proverbial animadversión con Israel, reiteraba la disposición de la Unión Europea de trabajar con el nuevo Gobierno israelí como fruto de las negociaciones con la coalición en aquel momento en curso. Pero en una amenaza velada, que con las recientes declaraciones cumple, advertía a Jerusalén, (Tel Aviv para los españoles) que la relación entre la Unión Europea e Israel sería “muy diferente” si no apuesta por impulsar el proceso de paz en la región”
"Ayer dije que estaríamos dispuestos a mantener relaciones normales con un Gobierno en Israel que esté preparado para continuar las discusiones y trabajar para una solución de dos Estados. Si ese no es el caso, la situación sería muy diferente", aseguró a su llegada al Consejo de ministros de Exteriores de la UE, reunido en esa oportunidad en Bruselas.
Es evidente que según el prisma con el que enfoca Solana, sólo Israel debe comprometerse en los esfuerzos para alcanzar la paz en la región. ¿Cuando conmina a la creación de dos Estados, se refiere a Israel y a Gaza bajo la égida de los terroristas del Hamas, o a Israel y el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania presidido por Mahmoud Abbas, o por su nombre de guerra “Abu Mazen”? según la glorificada denominación de éste dada por la agencia de noticias EFE, la misma que califica de símbolo extremista del nuevo gobierno israelí al Ministro de Asuntos Exteriores Avigdor Liberman, quien dijo hoy en una entrevista a la radio pública israelí, que "mientras que la autoridad o legitimidad de Abu Mazen languidece y se deteriora, éste eleva sus demandas y endurece su posición”.
La Cancillería de Israel rechazó la postura de Solana, afirmando que solamente las negociaciones bilaterales podrían aportar una solución al conflicto de Oriente Próximo. "De acuerdo a las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 242 y 338 de la Hoja de Ruta y los tratados firmados entre las dos partes, una solución para el conflicto palestino-israelí sólo puede alcanzarse a través de negociaciones", dijo el Ministerio en un comunicado.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que Israel insta a renovar de inmediato las negociaciones entre las partes sin condiciones y advierte que la determinación de plazos artificiales pondrá en peligro las posibilidades de un acuerdo.
En un sinceramiento de su política de Gobierno, la televisión de la ANP, el “socio para la paz” así considerado ingenuamente por Occidente e incluso Israel, emitió hoy un reportaje en donde, en un panel de invitados, un oficial del Fatah manifiesta abiertamente que “nuestro objetivo nunca fue la paz. “La paz es un medio, el objetivo es Palestina”, significando la conquista de Israel. Esta afirmación certifica que lo único que diferencia a Hamas y a la Autoridad Nacional Palestina es la estrategia para construir un Estado Palestino, no junto al Estado judío de Israel, sino uno árabe y musulmán, en reemplazo de aquél.
Reenvia: www.porisrael.org
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