viernes, 17 de octubre de 2008

Querido mundo

No es la primera vez que publico esta carta que nos manda Andrés, ya lo hice en la etapa anterior del blog, pero vale la pena "reeditarla":

Querido Mundo:

Entiendo que estás molesto con nosotros, los judíos, y sobre todo desde que tenemos nuestro propio Estado, Israel. Y más aun, entiendo que puedas estar enojado y hasta furioso.

No es nada nuevo, porque está claro que cada tanto pareces perturbado y molesto por nosotros los judíos, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.

Hoy te molesta la represión de los palestinos, aunque sea para buscar o castigar a terroristas. Antes, por la destrucción del reactor nuclear del tirano y genocida Sadam Hussein en Bagdad, también te sentiste molesto por nuestra victoria en la Guerra de Yom Kipur.

Todos fueron ataques de defensa, tú lo sabes bien, Israel es tan pequeño que no puede darse el lujo de perder una sola guerra, seria la última, seria su fin. Pero por algún motivo que desconozco, igual que tantas veces antes, te sentiste molesto.

Aparentemente, los triunfos y la vida de los judíos te molestan enormemente. Como ya te comenté, mucho antes de la existencia del Estado de Israel, el pueblo judío te ha molestado.

Y podemos ir hacia atrás en un largo camino histórico de perturbaciones.
Citaré solo algunos pocos para no cansarte demasiado.

Molestamos a los señores feudales de medioevo, que nos acusaban de ser los causantes de todas la pestes y calamidades que asolaban a sus pobres súbditos.

Y molestamos a los cruzados que en su camino para liberar Tierra Santa, estaban tan disgustados con los judíos, que asesinaron a cuantos pudieron en su Santo Camino.

Ya en el siglo XV molestamos a los Reyes de España, que nos mataron por millares y nos obligaban a convertirnos a la fe "verdadera" so pena de hoguera, no contentos con eso nos expulsaron de todo su territorio, y eso que estábamos allí desde antes que ellos.

Por siglos perturbamos a la Iglesia Católica de Roma que hizo lo posible para eliminarnos a través de la Santa Inquisición.
Nos acusaba de ritos bárbaros, y con acusaciones varias, como la de ser el pueblo deicida.

También molestamos a Martín Lutero quien en su llamado para quemar las Sinagogas con los judíos dentro, mostró un admirable espíritu de misericordia cristiana.

Molestamos a todos los gobernantes de Europa que nos acusaban de ser los causantes de todos los motivos cada vez que se producía una crisis social o económica, y así fue durante siglos.

Nosotros molestamos al pueblo alemán que eligió por mayoría a Hitler y al pueblo austríaco que celebró su entrada en Viena. También molestábamos a las naciones Eslavas, a Polonia, a Hungría, etc., ya que todos ellos nos entregaron a los verdugos nazis para ser llevados a las cámaras de gas como si no fuéramos sus ciudadanos.

Antes de esto nosotros molestábamos a los Zares de Rusia y a los Cosacos, que masacraron miles de judíos entre 1648-49, algunos cuantos más años antes y algunos cuantos más años después.

También conseguimos molestar a Stalin, ya que en sus purgas y en sus Gulags se deshizo de varios miles de nosotros, con los más variados argumentos.

Y en función de sentirnos molestos por molestarte, querido mundo, es que decidimos dejarte (es una manera de decir) y establecer un Estado Judío.

La razón es que al vivir en diferentes latitudes y países, sentimos que te irritamos y perturbábamos, aun cuando algunos abandonaban nuestra cultura y nuestras tradiciones asimilándose a las de la mayoría, seguíamos irritándote.

Los judíos que se convertían a la "fe verdadera", antes y después del decreto de expulsión de 1492, los conversos, no dejaron de ser objeto de discriminación, maltrato, ataques, y asesinatos.

También las cámaras de gas estaban llenas de alemanes que se creían libres de su judeidad, y se enteraban de lo contrario mientras les llevaban como a ganado en los trenes que avanzaban a los campos de exterminio.

Los países aliados, a pesar que los aviones podían bombardeaban con precisión puentes y cuarteles enemigos, ignoraron la existencia de los campos de concentración y los hornos crematorios...

Por todo eso decidimos volver a construir un Estado en el mismo sitio donde la mayoría fuimos expulsados hace 1900 años por el Imperio Romano al cual aparentemente también molestábamos.

Mientras tanto te hemos dado hombres y mujeres extraordinarios, filósofos, artistas, científicos. Muchos de ellos, con sus investigaciones o con sus trabajos marcaron un antes y un después en sus materias y asuntos, ya sabes... ; B. Spinosa, Maimónides, Heine, F. Kafka, G. Mahler, Schoemberg, W. Benjamin, Proust, A. Einstein, S. Einsestein, S. Freud, A. Modigliani, C. Marx, Sabin, C. Milstein,J. Gershwin, C. Leví-Strauss, N. Mailer, A. Arent, etc. etc., y siendo apenas algo así como el 0,02% de tu población te hemos dado más del 20 % de los premiados con el Nóbel. Cuando la guerra Civil Española, para luchar contra el fascismo y la tiranía, acudieron 40.000 brigadistas de todo el mundo, 7.000 de ellos eran judíos, una proporción realmente llamativa.

Aparentemente, querido mundo, tú eres muy difícil de complacer.

Después de haber pasado por múltiples persecuciones y matanzas, por la Inquisición, los Progroms, el Holocausto y habiendo decidido vivir en nuestro pequeño Estado... (apenas mas grande que la provincia de Madrid, la provincia de Tucumán o que el Estado de Nueva Jersey) parece que seguimos molestándote.

Tú estás molesto por nuestra acción contra los palestinos......y hasta les disculpas sus terribles asesinatos con hombres bomba o que sacrifiquen a sus pobres niños colocándolos en las líneas de fuego.

Nunca antes te habías mostrado indulgente ni tan interesado por la suerte de nadie como por la de ellos, aun cuando los islamistas de Sudán hayan matado a más de 800.000 de personas en el proceso de islamización de ese país, o cuando los habitantes de Timor este eran atacados. O cuando los franceses masacraban a la resistencia en Argelia. O por los niños de Sierra Leona que mueren matando todos los días. O por los cientos de miles de víctimas en Camboya. A ti mundo, no te interesa que no tengan Estados propios los cachemiros, los tamiles, los corsos, los kurdos, los neocaledonios, los ibos, los aymaras, los saharauis, los sioux, los gitanos, o los kelpers.

De los cientos de naciones sin Estado, sólo los palestinos han despertado tu solidaridad incondicional. ¿Dónde estaban manifestándose tus ciudadanos por la situación del pueblo tibetano? ¿Cuántas manifestaciones hubo por lo que pasó en la Plaza de Tiananmen? ¿Y por los de Cashemir? ¿Dónde estaba toda esta gente? Nadie mueve un dedo por los miles de pueblos sin Estado en todo el mundo. Pueblos que ahora son aniquilados, asesinados, como el pueblo kurdo o los armenios. Tu en esos casos casi no dices nada.

Pero los palestinos te interesan ahora, porque cuando Jordania mató a miles de ellos y fueron expulsados del Líbano, tampoco dijiste gran cosa.

Y cuando Kuwait expulsó a cien mil palestinos de su país, nadie dijo nada. ¿Por qué esta solidaridad con el pueblo palestino cuando se enfrenta a Israel?

Nunca tu, querido mundo, has estado tan solidario como con los palestinos, aún cuando estaba dirigido por un terrorista reconocido que dirigió una de las administraciones más corruptas, capaz de desviar para causas distintas y para cuentas particulares, los fondos con que le ayudas generosamente.

¿Por qué, querido mundo, te inventas masacres donde hubo combates, como en Jenín?, y tus prestigiosos intelectuales comparan el genocidio de millones de personas indefensas y ciudadanos pacíficos de pleno derecho, el Holocausto, con enfrentamientos en un levantamiento armado que en dos años ha causado más de 1000 victimas israelíes. Has aceptado una comparación de lo incomparable.

Apenas dices nada cuando revientan en Argentina la embajada de Israel, o la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) con más de cien víctimas, o cuando en Francia destrozan sinagogas, agreden a colegiales o profanan los cementerios judíos.

O cuando explotan la sinagoga de Túnez o cuando en un hotel de Natania vuelan por los aires medio centenar de personas en una de nuestras celebraciones más queridas.

O cuando destrozan escolares y amas de casa en los autobuses y mercados populares de Israel.

Tú estás muy enojado porque no renunciamos a las tierras ganadas en 1967, a las que accedimos venciendo con nuestra sangre a la agresión de todo el mundo árabe. Moscú, Washington, Europa, los árabes moderados y los árabes radicales, todos molestos con nuestra victoria.

Bueno, querido mundo, ponte por un momento en la piel de un judío corriente de Israel y dime como te sentirías.

Entre 1920-29 no existía ese problema de los territorios ocupados de 1967 que impidieran la paz entre judíos y árabes, no había Estado Judío para molestar a nadie, no obstante lo cual, estos mismos palestinos asesinaron a cientos de judíos en Jerusalem, Jaffa, Safed y Hebrón, localidad en la que en un solo día fueron asesinados 67 judíos en 1929.

¿Acaso pudo haberse debido su furia por la "agresión israelí" de 1967? ¿Y por qué 510 judíos, hombres, mujeres y niños fueron asesinados en disturbios árabes entre 1936-39? ¿Fue porque los árabes se sintieron molestos por lo de 1967?, ¿imposible, no?

Y cuando tú, mundo, propusiste un plan de partición en 1947 que hubiera dado lugar a dos Estados limítrofes, uno árabe y otro judío, los árabes respondieron con un rotundo ¡no!, ¿fueron a la guerra y mataron 6.000 judíos porque preveían los acontecimientos de 1967?

¿De paso, mundo, por qué no se escuchó tu queja, tu molestia en aquel momento?. Los pobres palestinos, que nunca hasta la creación del Estado de Israel se habían identificado como tales, que nunca pretendieron tener un Estado hasta esa fecha, son los mismos que hoy matan judíos con explosivos, son parte del mismo pueblo que incitó a arrojarnos al mar.

El mismo odio, la misma falsedad, el mismo grito:" ¡itbaj-al-iahud!" (¡masacrar a los judíos!) que oímos hoy fueron escuchados entonces.

El mismo pueblo, el mismo sueño: destruir Israel. Querido mundo, tú estuviste pasivo, no dijiste nada, permaneciste a la espera, en 1948, cuando siete países lanzaron una guerra que la Liga Árabe (formada por países gobernados por sanguinarios dictadores) orgullosa y creída de su posible victoria comparó con las masacres mongólicas.

Tú estuviste a la espera, sin decir nada cuando Nasser, en 1967 salvajemente instó al mundo árabe a arrojarnos al mar.

Te seguimos molestando, querido mundo, todas aquellas persecuciones, vejaciones y matanzas, todo aquel viejo antisemitismo, toma hoy la forma de antisionismo, subyace la misma judeofobia de siempre.

Tu, querido mundo, estarás encogido de hombros o tal vez a la espera, cuando mañana Israel enfrente su posible extinción otra vez.

Pero no lo dudes, haremos todo lo posible para permanecer vivos en nuestra propia tierra, haciendo lo que haga falta para ello.

Si esto te molesta, mundo, piensa cuántas veces en el pasado tú nos has molestado y perturbado.

De cualquier manera mundo, si te molestamos, aquí en Israel hay un judío al que no le importa.




Y también, añado yo, fuera de Israel hay algunos que, sin ser judíos, no nos importa molestar a ese mundo antisemita y rastrero que se inclina sumiso ante el terrorismo y el racismo musulmán. No nos engañemos, son los mismos de siempre. Los de la inquisición, la expulsión de España, los progroms, el nazismo y sus campos de la muerte, los del "echar los judíos al mar", ...... a esos hay que molestarlos siempre.
¡AM ISRAEL JAI!

3 comentarios:

Gli amici di Georges (Brassens) dijo...

Genial.

Anónimo dijo...

Paco, te puedo pedir un favor? puedes escribir exactamente el mismo comentario de este post en mi video?

Desde ya muchas gracias y un caluroso abrazo

pacobetis dijo...

sin ningún problema Andrés. acabo de hacerlo.
un abrazo