viernes, 31 de octubre de 2008

Cuando te excluyen por apoyar a Israel


Contempla enfadada a la izquierda

Roí Beit Levi entrevista a Pilar Rahola para Haaretz.
Publicado en Haaretz del 17.10.2008, suplemento "La Semana", pag.10

Traducción del hebreo al español: Jaime Lerner
http://www.pilarrahola.com/
Reenvia: porisrael.org

"Hay en España y en Hispanoamérica mucha gente de izquierda que cree defender a la justicia atacando a Israel, pero la mayoría de esas gentes no se toman la molestia de formularse a sí mismos los arduos interrogantes sobre la real situación en Israel y pretenden ser poseedores de toda la verdad. De tal manera favorecen la mentira."

A última hora del atardecer responde al llamado telefónico desde el automóvil, en camino a su casa desde el estudio de radio. Desde el "cuarto de guerra" móvil ella libra dos guerras: por una parte lucha con el tránsito atestado de Barcelona a mediados de semana, y por otra la otra, en la medida de sus fuerzas hace todo lo posible para continuar defendiendo el buen nombre de Israel: una meta no menos desafiante.

Pilar Rahola, periodista y política española catalana, que la próxima semana contará cincuenta años, es una de las voces más entusiastas e importantes en el mundo hispano parlante en cuanto se relaciona con la discusión pública del conflicto palestino-israelí. Escribe tres artículos semanales en el periódico barcelonés "La Vanguardia", de amplia difusión en los sectores de la izquierda, publica artículos en los principales periódicos de la Argentina y de Chile. Participa como integrante del panel en un programa político de la televisión catalana y en el programa semanal de TV de la cadena Antena 3 española, interviene en diversos programas radiofónicos y dirige un blog muy activo (www.pilarrahola.com). Además, un programa satírico de televisión ha presentado una muñeca con su imagen.

Cerca de 500 millones de hispano parlantes se ven expuestos, casi todos los días, a noticias sesgadas y unilaterales sobre el conflicto del Medio Oriente y a críticas acérrimas, virulentas, malintencionadas y tendenciosas en todo lo que hace al accionar de Israel en la franja de Gaza y en Cisjordania. Solamente un puñado de hombres públicos y de periodistas aborda el conflicto con más equilibrio. Y Pilar Rahola, a diferencia de muchos de ellos, no lo hace por razones religiosas. No es judía, y por eso no puede ser sospechada de alinearse automáticamente con el pueblo judío. Se define a sí misma como firme mujer de izquierda y como católica no creyente. Por eso se halla exenta del ardor mesiánico-derechista que -también a ojos de los mismos israelíes- de inmediato presumen que afecta a muchos de los partidarios de Israel en el exterior.

Pilar Rahola ha visitado Israel decenas de veces, ha escrito centenares de notas y artículos, en los que ha condenado al terror islámico y a la patológica posición anti-israelí de la izquierda europea, que despide una tufarada de antisemitismo. Ha sido entrevistada y ha participado en miles de emisiones políticas en televisión, habiéndose hecho acreedora de una posición muy destacada en los medios de España y de Hispanoamérica. Sin embargo, la presente entrevista para el periódico "Haaretz" es la primera oportunidad en la cual su fascinante y admirable personalidad se desvela ante el público israelí.

"Pareciera que luego de tantos años de sufrir ataques, los israelíes no se han habituado a que los defiendan" -expresa Rahola. "Se interesan mucho más en quienes los critican que en aquellos que los defienden, mas en verdad, a mí eso no me afecta. Yo no hago lo que hago para ser simpática ante el público español o el israelí, sino para defender los principios en los que creo".

¿Qué es lo que hace que una "catalana de buena familia" dedique una considerable parte de su vida a defender a un país extraño y lejano?

"Eso tiene una explicación biográfica. Provengo de una familia que ha sufrido mucho por sus ideas políticas, como otras tantas familias de España. El hermano de mi abuelo fue el primer condenado a muerte en tiempos del régimen de Franco. Ha sido la mía una familia fiel a la República Española, que sostuvo el derecho de los catalanes a un estado propio.

Otros familiares fueron miembros del parlamento español y activaron en la política local de Barcelona, siempre en la tendencia de izquierda del mapa político. Hasta hoy día lucho contra la opresión de las mujeres en la España machista. Y me esfuerzo por despertar la memoria de Europa cuando ella procura reprimirla y se empeña en no decirle la verdad a una sociedad que teme oír esa verdad".

Cierto es que las diversas inflexiones lingüísticas son un motivo que torna a volver en su decir. La elección de las palabras no es casual: en cuanto doctora en filología española y catalana, Pilar Rahola es consciente del poderío del idioma y de la fuerza que tiene la retórica de los medios en la formación de la opinión pública. "No me veo a mí misma como alguien que defiende a Israel" -quiere subrayar-,"sino como alguien que defiende la verdad. Tengo muchas críticas a diversas resoluciones del gobierno de Israel. No me parece bien todo lo que Israel ha hecho a lo largo de los años. Pero hay una diferencia primordial, por una parte, entre la crítica racional al gobierno, a las diversas acciones de ese gobierno, y por la otra los ataques descontrolados y criminales a la existencia misma de Israel".

No solo víctimas y verdugos

Pilar, cuando contaba veinte años, comenzó a escribir sobre Israel no mucho después de su primera visita a dicho país. Luego postergó un poco las labores periodísticas (que incluyeron también la cobertura, desde Jerusalén, de la primera guerra del Golfo) y lo hizo en aras de la dirección de la editorial catalana "Portic" y de la escritura de varios libros (personales y políticos). Posteriormente encaró una carrera política no muy prolongada, pero plena de actividad, como vice alcaldesa de la ciudad de Barcelona. El retorno al centro de la escena pública en España e Hispanoamérica, en lo que atañe a Israel, tuvo lugar luego de la operación "Muro Defensivo" en la ciudad de Jenin, durante el año 2002.

"Los medios españoles estallaron de tanta ira y tanto odio a Israel" --afirma--. "En los periódicos se habló de genocidio, de limpieza étnica y de la ruina total de la sociedad palestina. Quien conoce la realidad de Israel no tuvo otra alternativa, sino dar un paso al frente y tomar partido. No sólo me alisté del lado de Israel, sino contra la manipulación mediática, contra la presentación simplista de "malos y buenos" y, principalmente, contra el nihilismo del terror islámico. Creo que los palestinos tienen derecho a un estado independiente, pero también sostengo que la mejor manera de defender ese derecho es condenar el terror, condenar la veneración de la muerte y la devastación y el odio enfermizo a Israel en cuanto estado y en cuanto esencia. En los medios españoles e hispanoamericanos sólo es posible hallar víctimas --los palestinos, por supuesto-- y verdugos, los israelíes. Como periodista y como mujer de izquierda, yo debo luchar contra esa mentira".

-Tus amigos de la izquierda española dirán que son ellos quienes luchan por la verdad

"La izquierda siempre ha proclamado que su principal cometido es mejorar la vida de los hombres. Pero en la izquierda muchos han creado una versión grotesca y monstruosa de esa concepción del mundo. La dictadura de izquierda es hermana gemela de la dictadura de derecha. Siempre me ha preocupado el fascismo, mas no me preocupa menos el pensamiento dogmático de las gentes de izquierda que niegan el pensamiento libre y el debate público y reemplazan las ideas mediante consignas".

"Hay en España y en Hispanoamérica mucha gente de izquierda que cree defender a la justicia atacando a Israel, pero la mayoría de esas gentes no se toman la molestia de formularse a sí mismos los arduos interrogantes sobre la real situación en Israel y pretenden ser poseedores de toda la verdad. De tal manera favorecen la mentira. Cuando se trata del conflicto del Medio Oriente, la mayoría de los intelectuales europeos se apartan del pensar y no hacen otra cosa que repetir clichés vacíos. Ese antiisraelismo de la izquierda y de los medios es una tapadera del antisemitismo. No existe otro país que sea objeto de tales odios y críticas infames. Ningún otro país es blanco de reiteradas amenazas a su existencia por parte de otros estados integrantes de la ONU, y el mundo calla. A las causas es dable hallarlas tanto en la historia cercana cuanto en la lejana".

"El antisemitismo clásico, cultural, en apariencia fue rechazado en España por la gente de izquierda, pero sigue fluyendo en nuestro ADN aunque en España casi no hay judíos. Bebimos y comimos antisemitismo en nuestras ceremonias religiosas, en las escuelas religiosas en las que estudiamos, en nuestro folklore. Mi padre solía contarme que cuando era niño acostumbraba corretear con un revólver de juguete para cazar judíos, y mi abuela, de las mujeres que la incomodaban solía decir que "son más feas que un rabí", no obstante que ella no sabía en absoluto que cosa es un rabí".

"Pero no es ese antisemitismo el que realmente me preocupa. Me preocupa que en nombre de la solidaridad, de la justicia y de la búsqueda de la libertad, durante largos años la izquierda europea haya justificado el antiisraelismo estalinista. Eso, por ejemplo, es lo que demarcó el camino de la izquierda española. Esa izquierda concibió a Israel como enemigo, como invasor, como mano derecha de los Estados Unidos, el Gran Satanás. Los intelectuales que hoy día atacan a Israel desde la izquierda se criaron en esos moldes de pensamiento".

"La izquierda traiciona sus propios principios. No lucha contra las grandes dictaduras. No lucha por los derechos de los verdaderos oprimidos. Es obsesiva en sus críticas a los Estados Unidos y a Israel, y al mismo tiempo que con ellos se ocupa hace poco caso, por ejemplo, de cientos de miles de muertos en Darfur. Esa es la verdadera y gran vergüenza de la izquierda, no la situación en Israel".

"A todo eso se le suma, por supuesto, el sentimiento de culpa de los españoles por lo ocurrido en tiempos de la expulsión de los judíos de España y, en especial, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Y nuestro modo aberrante de enfrentarnos con ese sentimiento es, precisamente, atacar a Israel. Porque cuanto más malvado sea Israel, tanto menor será nuestra culpa. Los ataques a Israel son la manera de purgar nuestra conciencia y a eso no lo admito de ningún modo".

Antisemitismo sin judíos

En Barcelona se llevan a cabo numerosas manifestaciones en las cuales muchachos y chicas catalanes, tocados con kefías, gritan las consignas más extremas en contra de Israel y de los Estados Unidos, dos democracias estables. Pues si ellos no son estalinistas. ¿Por qué irrumpen entonces en las calles?

"En las universidades de Barcelona existe una corriente de opinión muy evidente. No hace mucho se publicó una encuesta del Ministerio de Educación de España sobre la cuestión de la inmigración, en la que se preguntó a los alumnos de educación secundaria cuál es la minoría más odiada y más amenazadora. La mayoría de los alumnos eligieron responder que son los judíos, si bien jamás en los días de su vida han visto un judío. Esos son los alumnos que ingresan a las universidades".

"En el pasado los catalanes se identificaban con Israel, pues era ejemplo de un pueblo perseguido que luego de muchos años consiguió su propio Estado. Pero hoy día los jóvenes optan por la parte "débil". La cuestión es por qué esos jóvenes no piensan que decenas de muertos en el atentado contra un autobús no son víctimas y por qué piensan que el terrorista de la yihad, que se reventó a sí mismo, es un héroe. Pues si se hubiera tratado de un terrorista de ETA, del país vasco, es claro que lo habrían condenado. La respuesta estriba en el antisemitismo que mamaron en la niñez, en los profesores antiamericanos que tienen en las universidades y en los medios que los envenenan en contra de Israel. No hay dudas de que esa actitud está muy de moda hoy día en España".

Si es cuestión de modas. ¿Es posible que el odio a Israel también "pase de moda"?

"Eso es lo que procuramos hacer y por eso es por lo que luchamos. Mientras tanto, para mal de males, aquel que no es anti israelí inmediatamente pasa a ser sospechoso. Muchas veces me han preguntado como puedo ser una mujer de izquierdas y apoyar a Israel. Mi respuesta es siempre la misma: ¿Cómo puede alguien ser de izquierdas y no criticar al terror de manera acerba y clara? ¿Cómo puede alguien pensar que la ideología islamista extrema contiene en sí la liberación? ¿Cómo puede ser que todo el mundo árabe viva bajo regímenes dictatoriales? ¿Cómo es posible denominar a todo eso como una concepción del mundo de izquierda?".

Tu alineamiento con Israel ¿te ha excluido del campo de la izquierda en España? ¿Te has sentido "incomunicada", amenazada?

El pensamiento libre es un territorio aislado y hostil. Cuando alguien sigue su camino y no es arrastrado por la corriente humana, queda más expuesto a los peligros. Recibo amenazas a mi vida y me difaman. Por mis ideas he perdido amigos apreciados, pero solamente por las ideas referidas a Israel.

En el pasado formulé críticas muy acerbas a la sociedad española, a su relación discriminatoria hacia la mujer, a las horribles toreadas --que son casi sagradas en España-- y sobre diversas cuestiones económicas y sociales. Jamás algún amigo me dio por eso la espalda. Mas cuando eso ha llegado a la cuestión israelí, por ello he pagado el precio".

"A veces me preguntan si no temo. A mi modo de ver, esa pregunta señala el gran problema de nuestra sociedad. Si tememos hablar libremente, permitimos que el miedo predomine sobre la razón. Si Europa se rinde a sus miedos, como ocurrió luego que se publicaron las caricaturas de Mahoma en la prensa danesa, o después del crimen del cineasta holandés Theo Van Gogh --entonces triunfará el fundamentalismo.

Brillantemente acertada.

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