viernes, 19 de junio de 2009

La Prensa del Movimiento toma partido en Irán

Musaví sí o Musaví no
Por JAIME NAIFLEISCH


Desde el tsunami infeccioso contra Yugoslavia estamos acostumbrados a las grandes campañas de la prensa europea y satélite. Cuando los regímenes consensúan una posición y logran acallar toda disidencia es cuando la UE muestra en los hechos su existencia imperial, y el Eje franc-alemán su capitalidad.

La campaña contra los yugoslavos fue el acto fundacional del totalitarismo mediático europeo.

En España el año 1991 --Segunda Guerra del Golfo-- dio el pistoletazo de salida de la carrera que muy pronto pondría a todas las factorías de la Plantación de Prensa sobre soporte papel o electrónico bajo una misma ideología, en todos los asuntos básicos del régimen.

En EEUU, donde apenas hay un puñado de diarios que cuentan, las diferencias son muy gruesas porque gruesos son los intereses contrapuestos de los sectores que intervienen en el Mercado, y el complejo militar-industrial-financiero se expresa a través de más de una boca.

Europa, donde casi todos los Estados y sus sociedades son algo o mucho más complejos que en España, aunque menos que en USA, esas factorías hacen que sus productos aparezcan con alguna mayor pluralidad, cuando no se juegan asuntos de primera importancia.

Aquí, donde somos de costumbres guerracivilistas, no es necesario, los consumidores saben que esas diferencias existen, que "Prisa es de izquierdas" y "El Mundo, El ABC, la Razón son de derechas". Como los consumidores de unos no osan leer uno de los otros, esa sabiduría se consolida. Así son las cosas. Hasta el kioskero, si es fan de unos, te mira mal cuando le impetras una cabecera enemiga, como cuando le pides profilácticos a un farmacéutico reaccionario.

Desde el gran estallido de fobia antiyugoslava de los 90, esa homogeneidad en los asuntos graves no se mostró hasta la campaña por Sadam contra Bush, que incluso llevó muchedumbre a las calles, y tuvo su expresión en el apoyo a Obama después, calcado de las campañas destinadas a frabricar "mitos" musicales o deportivos. (¡Vaya! hoy han designado a Obama el hombre más elegante del mundo).

Ahora, de pronto, todos esos amigos de los ayatolas, y de Ajmadineyad, y del diálogo con éste, se han travestido en amigos de la democracia iraní (¿democracia en la teocracia?). Los diarios ocupan portada y las primeras 5 páginas a las revueltas populares en Teherán, y todos han descubierto que Ajmadineyad es malo, muy malo. ¡Caca! ¡nene! ¡no se toca! Porque ha resultado no ser tan democrático como creíamos.

Dentro mismo de EEUU hay fuerzas vinculadas al jomeinismo, desde Carter, luego Reagan, Clinton y ahora Obama. El mensaje apaciguador dirigido al régimen y a Ajmadineyad por éste en su discurso de El Cairo semeja al de Chamberlain tras la firma del pacto con Hitler en 1938.

Los espías americanos dijeron no haber imaginado la caída del sha Pahlevi en 1979 y la entronización de un antiamericano, el ayatola Jomeini. Ahora ¿qué? ¿fueron incapaces de imaginar que Ajmadineyad sería el 3º, con un 11% de los votos, y que las fuerzas que lo sostienen iban a falsear los resultados, porque la victoria de éste es lo que quiere Alá (Alí Jamenei dixi)?

¡Hombre! que eso le pase a don Zapatero, que felicite a Schröder por su victoria (en 2005) y luego no sepa cómo disculparse ante Merkel, pero… ¿a un presidente de Estados Unidos?

Obama apostó por negociar con Jamenei-Ajmadineyad. Los europeos fueron más lejos, quisieron la victoria de la oposición porque un Jamenei-Musaví legitima más a los negociadores, como sucediera cuando los portavoces de los ayatolas fueron Jatami o Rafsanyani.

Rafsanyani, que codirigió con Jomeini (1979-1989) la guerra contra Irak (1980-1989) fue presidente entre 1989 (Jamenei sucede a Jomeini) y 1997 (matanza de la AMIA, 18 de julio de 1994).

Este año de 1997 cayó ante el "reformista" Jatami, que fue presidente hasta 2005, el fiasco de sus reformas dio el triunfo a Ajmadineyad sobre el ex presidente Rafsanyani. Esos fueron los años del inicio del armamentismo nuclear iraní.

En efecto, en 2005 no había reformistas y Rafsanyani el "fundamentalista pragmatista" (según webislam), era "la esperanza", pero perdió los comicios en favor del "fundamentalista extremista" Ajmadineyad. El viejo jerarca era el hombre de la UE y EEUU, el mismo que en 2006 fue electo para la IV Asamblea de Expertos, entre 86 altos clérigos encargados de elegir al sucesor del guía supremo en caso de muerte, y emitió un comunicado diciendo: “La presencia masiva del pueblo ha demostrado al mundo que este pueblo con coraje es firme y constante en seguir hollando la senda iniciada por el Imán Jomeini".

En 2009 el rol de Jatami contra Rafsanyani en 1997 (que tuvo revuelta popular) y de Rafsanyani contra Ajmadineyad en 2005, lo cubre Musaví (Hamás ha enviado gente armada para auxiliar al debilitado Ajmadineyad).

La UE esperaba que ganara Musaví para poder justificar sus negocios con el régimen. Y Obama se hubiera adaptado. (Todavía es posible, habida cuenta la furia popular).

Y esos negocios parten de quebrar Israel a cambio de que Teherán conserve su fuerza nuclear pero jure que no fabricará bombas. El compinche bocazas del bocazas Chávez fastidia un poco en los saraos diplomáticos.

Y hay disputas, claro, pero todo queda en casa, en la senda iniciada por el Imán Jomeini. Se ve muy improbable la caída de la mullacracia por mucha que sea la pasión de los jóvenes que están cayendo en las calles.

Reenvia: http://www.porisrael.org/

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