sábado, 21 de febrero de 2009

Racismo musulmán

¡Shajar Peer no puede entrar en Dubai!
Por Albert Bellaiche
para Guysen International News

Recuerdo que durante los Juegos Mediterráneos de 1967 en Túnez, la Federación Internacional de Judo y Halterofilia, que no toleraba la prohibición hecha a los atletas israelíes de participar en esta competición, como era su derecho, por voluntad de los países árabes de boicotear el deporte israelí, decidió no distribuir medallas de oro, de plata y de bronce a los laureados, sino sustituirlas por pequeñas bandejas de cobre, fruto de la artesanía tunecina. El gesto fue simbólico ¡pero tuvo su impacto! Algunos calificaron la decisión federal de valiente. Por mi parte diré que fue lógica, legal y reglamentaria.

La tenista israelí Shajar Peer acaba de sufrir esta clase de afrenta, este tipo de discriminación viéndo como las Autoridades de los Emiratos Arabes Unidos ¡le negaban el visado de entrada para participar en el torneo de Dubai!

Esto, al parecer, no ha interesado al mundo y la competición va a desarrollarse sin ningún problema de ninguna clase, ni intervención incluso de una federación laxa donde el dinero es rey y la influencia árabe dominante.

En cuanto a los medios de comunicación, como siempre, no vieron ni oyeron nada, como el vecino del piso testigo de delincuencia o de malversaciones, que no quiere bajo ningún pretexto agitar el recorrido del tranquilo río…

Valor, independencia y objetividad ¿no son los tres principios del periodismo? …

¡Y después de eso osan hablar de paz, tregua o negociaciones! Vaya usted a explicar a los Israelíes que la buena voluntad de sus interlocutores es sincera.

Ciertamente, todo el mundo sabe que si la jugadora israelí no juega en Dubai, no es culpa de Mahmud Abbas.

¡Pero nadie ignora también que Mahmud Abbas, el agradable negociador palestino, no movió un dedo para que Shajar Peer jugara en Dubaï! ¡Ciertamente tiene otras cosas que hacer!

¡Ya que cuando habla, Mahmud habla!

De acuerdo no lo hizo, pero de verdad se puede creer que no existe en esta tierra un sólo Estado Árabe, un sólo País musulmán que se dice reconciliante, tolerante y cooperativo, para tachar o desaprobar este boicot fuera de lugar, para intervenir o interceder en favor de una deportista para quién el deporte es el mayor vector de la amistad entre los hombres!

¡Pierre de Coubertin tiene que estar revolviéndose en su tumba!

¡Un sólo gesto, una sóla palabra por su parte y Shajar habría jugado en Dubai!

Desgraciadamente un exacerbado antagonismo, una oposición sistemática y una intolerancia inflexible dominan y reinan en países no democráticos, como el león en el reino de los animales.

E inevitablemente nunca un gesto amistoso, una concesión diplomática o una apertura hacia un horizonte libre, provendrán de este reino.

¡No es sembrando el odio y la cizaña que la paz podrá ser instaurada! ¡Ah! ¡Si el petróleo pudiera dejar de producirse!

Aclaración Guysen en Español: Los organizadores de Dubai dijeron que no habían dado la visa a Shajar Peer porque temían un atentado terrorista en su contra y no podían protegerla. “La guerra en Gaza provocó duras críticas contra Israel y por lo tanto creemos que el peligro personal es grande”, afirmaron desde la organización.
¡Qué diferencia de actitud de la comunidad internacional entre el 67 y la actualidad! ¿se imagina alguien una cosa así hoy día? ¡¡¡IMPOSIBLE!!!

Matemáticas para salir de la crisis

viernes, 20 de febrero de 2009

El Paraiso en Camboya


En la primera página de un diario francés que duerme el sueño de las hemerotecas, hay la foto de un Jimi Hendrix bajito, cuyo puño apunta hacia un grave palacio de la parisina Avenida Kléber. Por fortuna para él, está de espaldas. Pasaron ya treinta años.

Cuesta ahora recordar. O, más que costar, duele. Pero, en aquel inicio de los años setenta, la bruma espesa de las ideologías no se había aún desleído. Y la imagen de un Kieu-Samphan muy joven, entrando en Phnom-Penh al frente de un ejército de casi niños, quintaesenciaba un mundo de leyendas fantaseadas en el invernadero infernal de la Guerra Fría, bajo la épica vietnamita. Yo andaba por París entonces. Por el París, primero enardecido cuando los bombardeos de Haiphong y Hanoi, y, al fin, festivo ante el palacio grave de la Avenida Kléber donde la guerra cerraba su último capítulo. Eso pensábamos. Cuando el ejército de casi niños entró en la capital camboyana, todos creímos que aquello era tan sólo un epílogo. Alegre, al cabo de treinta años de fuego ininterrumpido sobre Indochina. Errábamos. Supimos pronto que era el salto a un nuevo círculo de Infierno.

Para la historia que comenzaba en Camboya, no había precedente. Las primeras noticias, muy pocos meses luego, parecían sacadas de las más locas alucinaciones utópicas. Y a mí me hicieron recordar al sopesado Francesco Guicciardini que hace balance, en 1538, del hecatómbico «Reino de Dios» que alzara Girolamo Savonarola en una desconcertada Florencia a la que él puso en la raya misma del suicidio en el final el siglo XV. La santidad es en política, reflexiona el autor de la Historia de Italia, inevitablemente letal, porque exige que sea allanado el obstáculo mundano que bloquea el acceso al ya atisbable Paraíso. En la hipérbole del utopismo más extremo, que fue la que puso en marcha el «Khmer Rojo», no se trataba siquiera de planificar futuro. Las puertas del cielo mismo habían sido franqueadas aquel 17 de abril de 1975; no sólo las de Phnom-Penh. Quedaba una tarea sólo de limpieza, apenas un esfuerzo higiénico: barrer los últimos cascotes de los tiempos viejos, borrar el pasado.

En dos lugares vive el pasado de los hombres: en la memoria de cada uno de quienes lo vieron, primero; y, cuando ninguno de ellos queda, en la escritura, ese poso paciente del recuerdo. El teorema a desarrollar por los «khmer rojos» escalofriaba por la pura sencillez de su planteamiento. El Paraíso -ellos hablaban, y era esa su diferencia, de instantáneo comunismo sin transiciones- exigía una limpieza general de los viejos residuos acumulados. Se procedió a evacuar los dos grandes contenedores de lo viejo: mente adulta y escritura. Ser hombre de una cierta edad era ya ser culpable; saber leer y escribir era no tener remedio. Sólo niños y analfabetos quedaban al abrigo de ese virus, los recuerdos del pasado; un virus cuya infección amenazaría de muerte al mundo recién nacido. La tarea era inmensa, y como tal fue abordada. No ha habido hasta hoy manera de establecer con precisión los datos. Entre un millón y medio y tres millones fueron exterminados. En cuatro años.

La mayor parte de los responsables políticos de aquello siguen poseyendo el poder, hoy, en Camboya. Y ahora sólo, muy tarde y demasiado mal, unos muy pocos darán razón judicial del más extraño de los grandes genocidios del siglo veinte: el que limpió a un país de sus demasiado adultos y demasiado letrados. Cinco acusados. Treinta años luego. Dos millones de asesinatos.

Y alguien por quien pasaron esos años como pasan los milenios, recuerda una imprecisa foto, muerta como tantas cosas en el polvo de las hemerotecas. Cuesta ahora recordar. No cuesta; duele.

70 años después ...

El antisemitismo se niega a desaparecer
Por James Neilson (Periodista y analista político, ex director de 'The Buenos Aires Herald')
Reenvia: http://www.porisrael.org/

Polémica. El gobierno argentino se mostró ambiguo ante las manifestaciones contra Israel en Buenos Aires. Londres, París, Madrid y en muchas otras ciudades europeas, son cada vez más los judíos que procuran no llamar la atención por miedo a ser víctimas de los ataques brutales de musulmanes militantes o pandillas de ultraizquierdistas que, por oportunismo y porque les encanta la violencia, se han aliado con movimientos tan extraordinariamente reaccionarios, y tan ferozmente xenófobos, como Hezbolá y Hamas. Pero el resurgimiento del antisemitismo genocida no se limita a Europa. También está cobrando fuerza en América. En las semanas últimas, desde Canadá hasta la Argentina se han celebrado manifestaciones ruidosas en que las protestas contra la invasión israelí de Gaza se vieron acompañadas por expresiones de odio hacia todos los judíos. En algunas, la turba coreó consignas espeluznantes: "Judíos a los hornos", "Pronto habrá un holocausto auténtico", "¡Hitler! ¡Hitler!".

No extraño, pues, que se haya difundido en las comunidades judías de la diáspora la sensación de que, una vez más, está en marcha un proceso como el que culminó con la matanza sádica por parte de los nazis, con la colaboración entusiasta de muchas personas "normales", de por lo menos seis millones de hombres, mujeres y niños por el mero hecho de ser judíos. En 1945, se popularizó el lema "Nunca más"; más de setenta años más tarde, se sabe que la historia puede repetirse. Como dijo hace poco el decano de los jueces de la Suprema Corte, Carlos Fayt, el antisemitismo "es un cáncer en el cerebro de la humanidad" al que "hay que arrancar definitivamente". Tiene razón; puesto que ya ha entrado en la fase de metástasis es urgente operarlo.

Puede que en comparación con lo que está ocurriendo en países como el Reino Unido y Francia, el brote de antisemitismo que está produciéndose en la Argentina no sea tan grave, pero en vista de la incapacidad patente de las autoridades para garantizar un mínimo de seguridad es así y todo alarmante.

Por cierto, no contribuyó a tranquilizar a nadie que la funcionaria formalmente a cargo de luchar contra la discriminación, María José Lubertino, se haya dado el gusto de insinuar que la furia antisemita se justificaba debido al accionar de Israel en Gaza, sin ni siquiera intentar cubrirse recordándonos que oponerse al sionismo no es forzosamente lo mismo que detestar a todos los judíos.

Tampoco ha ayudado la escasa reacción de buena parte del elenco estable político. Con la excepción notable del gobernador bonaerense Daniel Scioli, que sí se animó a subrayar su solidaridad con el pueblo judío, los dirigentes políticos nacionales han preferido mirar hacia otro lado, acaso por mantenerse alejados de un embrollo tan feo. En cuanto al gobierno kirchnerista, su actitud ha sido llamativamente ambigua. Mientras que el ministro de Justicia Aníbal Fernández minimizó el peligro y prometió una investigación, sigue fomentando el odio el piquetero oficialista Luis D'Elia, partidario notorio del régimen teocrático iraní que quiere borrar a Israel de la faz de la Tierra, y de Hugo Chávez. Demás está decir que el caudillo venezolano ha tenido mucho que ver con la recrudescencia reciente de antisemitismo en la región. Chávez mandó a sus seguidores un mensaje nada equívoco cuando, luego de romper relaciones diplomáticas con Israel, se negó a levantar un dedo para impedir que durante cuatro horas sujetos armados profanaran la sinagoga más importante de Caracas, embadurnándola con eslóganes hostiles al Estado judío. ¿Incidirá la conducta de Chávez en su "amistad" con Néstor Kirchner y su esposa, la presidenta Cristina? Es poco probable.

Aunque la irrupción del ejército de Israel en la Franja de Gaza brindó a los antisemitas un pretexto irresistible para redoblar su ofensiva contra los judíos, y para incorporar a sus filas a algunos que hasta entonces se habían sentido cohibidos por entender que en el mundo moderno el antisemitismo está fuera de moda, sólo se trataba de un pretexto. Se cuentan por docenas los conflictos armados actuales o recientes en que han muerto tantos civiles como en Gaza o más, muchos más, siempre en condiciones atroces, como los de Chechenia, Sri Lanka, el Sudán, el Congo y otros lugares en África. Pero ninguno ha motivado una reacción tan indignada en los países occidentales como los enfrentamientos entre los israelíes y quienes no ocultan su voluntad de masacrarlos a todos de la manera más cruel concebible. No se puede atribuir este fenómeno a la simpatía que siente toda persona decente por el destino trágico de los árabes palestinos; si, como ya ha ocurrido con cierta frecuencia, otros árabes se ensañan con ellos nadie sueña con salir a la calle para protestar. Tampoco ha desatado manifestaciones multitudinarias el genocidio en la región sudanesa de Darfur donde milicias respaldadas por un régimen islamista han asesinado a más de 300.000 negros que también son musulmanes.

Para que una acción militar merezca la condena universal, es necesario que los responsables sean israelíes. En tal caso, a nadie le importará si hacen todo cuanto puedan por reducir al mínimo la cantidad de bajas civiles, lo que no es nada fácil contra enemigos habituados a usarlos como escudos humanos y que, para más señas, aprovecharán la oportunidad para asesinar a disidentes acusándolos de ser colaboracionistas, agregando las muertes resultantes al total adjudicado a los israelíes. A juicio de una proporción al parecer creciente de occidentales, Israel será automáticamente culpable de los peores horrores de toda guerra o acción militar en que se vea involucrado. Conscientes de esta realidad, los líderes de Hamas, gente que se afirma enamorada de la muerte, no hizo ningún esfuerzo por proteger a los palestinos comunes. De ahí la "desproporción" entre sus bajas y las de los israelíes que han construido refugios antiaéreos en las ciudades que son periódicamente bombardeadas por los cohetes enemigos.

Durante el conflicto en Gaza, los que dicen simpatizar con los palestinos se dedicaron a trazar paralelos canallescos entre Israel y el Tercer Reich nazi a sabiendas de que herirían a todos los judíos, incluyendo a los contrarios al sionismo. Hablaron de "genocidio", como si los israelíes se hubieran propuesto matar a todos los palestinos, y compararon Gaza con el gueto de Varsovia, pasando por alto, entre otras cosas, que la franja colinda con un país árabe, Egipto, que de haberlo querido pudo haber puesto a todos sus habitantes fuera del alcance de los soldados judíos. La voluntad evidente de muchos occidentales que en su mayoría se imaginan progresistas de equiparar Israel con la Alemania de Hitler no nos dice nada sobre lo que está sucediendo en Medio Oriente, pero es sintomática de los cambios mentales, por calificarlos de algún modo, que están dándose en ciertos círculos europeos muy influyentes. Además de querer liberarse de lo que todavía queda del sentimiento de culpa por haber permitido el Holocausto, asegurándose de que en última instancia los judíos, ellos, son igualmente malos, las élites europeas están dispuestas a ir a virtualmente cualquier extremo para congraciarse con un mundo musulmán turbulento y amenazador. Es tan fuerte la voluntad de convencerse de que la agresividad para nada disimulada de tantos dirigentes islámicos hacia Europa y, claro está, Estados Unidos, se debe por completo al conflicto árabe-israelí, que si la eventual destrucción de Israel sirviera para solucionarlo se trataría de un precio que muchos europeos no vacilarían un solo momento en pagar sin preocuparse en absoluto por las consecuencias. En efecto, la idea de que la creación de Israel fue un error histórico y que por lo tanto convendría corregirlo para alcanzar por fin la paz añorada está abriéndose camino en las capitales del bien llamado "viejo continente".

Conforme a los sondeos de opinión, el país más antisemita de Europa es España, lo que a primera vista es un tanto paradójico porque si los islamistas lograran eliminar a Israel la recuperación de Andalucía encabezaría su lista de prioridades. Pero como nos enseñó la reacción de los españoles frente al atentado yihadista en Atocha del 11 de marzo del 2004 en que murieron dos centenares de personas, predomina en su país la idea de que la mejor forma de defenderse contra la ira de los guerreros santos consiste en hacer cuanto parezca necesario para apaciguarlos. También los israelíes han tratado de reconciliarse con los árabes, resignándose a convivir con un eventual Estado palestino, pero sus esfuerzos en tal sentido no les han servido para mucho.

Que éste haya sido el caso puede entenderse. Para el mundo musulmán, incluyendo a países tan alejados de Israel como Malasia, Pakistán e Irán, la mera existencia de una nación judía -es decir, una que es obra de una minoría largamente despreciada por su debilidad-, que es próspera, democrática y, lo que es más humillante todavía para pueblos orgullosos de sus tradiciones guerreras, militarmente poderosa, constituye un baldón insoportable. Por lo tanto, es muy escasa la posibilidad de que un día se llegue a un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto. También lo es la de que pronto pierda fuerza la ola de antisemitismo que tanta angustia está causando en las comunidades judías de todos los países occidentales.

jueves, 19 de febrero de 2009

La prensa del movimiento se pone las pilas

LA CRISIS "DESAPARECE" DE LOS TELEDIARIOS
España entra en recesión... menos en Cuatro y La Sexta

El desprendimiento de unas placas de hielo o el último musical sobre Tony Manero sirven de excusa para mirar para otro lado....

¿Por qué ha fracasado la izquierda en las elecciones israelíes?

La izquierda de Israel tiene lo que se merece

Zahava Gal-On, Shelly Yachimovich y muchos otros de la izquierda explican sin cesar, al mundo exterior por lo menos, que el partido Laborista y el Meretz se estrellaron en las elecciones del martes pasado porque no fueron sensibles a las dificultades socioeconómicas de la población, y también, por supuesto, porque cometieron errores estratégicos durante su campaña.

Excusas. Cuando el terror golpea sin piedad y sin tregua desde que la izquierda trajo el desastre de Oslo a la nación, y en muchos lugares en el Neguev y en la Galilea los judíos no se atreven a viajar por la noche por miedo a que sus coches sean apedreados, la angustia socioeconómica, aún permaneciendo grave y dolorosa, incluso para los electores más pobres se convierte en un elemento secundario.

Ehud Barak no ha perdido a causa de su apartamento de lujo en Tel Aviv. Ha perdido porque incluso durante la Operación Plomo Fundido no tuvo el coraje necesario para derrotar de forma decisiva al terror proveniente de la Franja de Gaza. Y el Meretz porque comenzó a reclamar el fin de la operación al tercer día, y porque alguna de su gente acusa al IDF de crímenes de guerra.

Ha sido el aumento de las actividades de oposición entre los árabes israelíes en contra de Israel, y que a menudo exceden los límites de la legítima expresión de la opinión, así como la olvidada situación del pueblo judío lo que ha enajenado a la izquierda de los electores. Durante años, los votantes han oído sus tonos estridentes cuyo principal acorde, de acuerdo con la sentencia dictada este martes, es una excesiva identificación de estos sectores de la izquierda con el nacionalismo árabe-palestino, incluso en medio de una feroz campaña de terror contra los propios judíos.

Y en ese escenario, ni siquiera se ha escuchado la más mínima expresión de pesar [de autocrítica] tras conocerse los resultados electorales. El error en este caso, según nos cuentan los representantes de la izquierda, estuvo en que el camino hacia la paz no fue lo suficiente y convenientemente explicado a la opinión pública, como si los medios de comunicación impresos y electrónicos no les hubieran invitado repetidamente a hacer llegar sus mensajes a la opinión pública. El terror árabe ha llegado a su paroxismo precisamente como consecuencia de las amplias concesiones que el estado ha permitido gracias a estos mismos partidos que ahora se acaban de estrellar en las urnas, recibiendo finalmente lo que han sembrado.

Los votantes han declarado que esta ideología, la defendida por la izquierda durante los últimos 20 años, ha fracasado totalmente en los ámbitos de la seguridad y del conflicto palestino-israelí (los diversos acuerdos de Oslo, y las concesiones territoriales realizadas hasta el desarraigo de Gush Katif, han aplazado la paz y, desde luego, no la han acelerado), al igual que han fracasado según los electores sus políticas referentes a las relaciones entre judíos y árabes de Israel. La amplia defensa por parte de los partidos de izquierda de la insostenible posición de los árabes de Israel, apoyada también por parte de las autoridades judiciales, y sobre todo por la Corte Suprema de Justicia, sólo ha incrementado las determinación de los árabes de separarse y de establecer su propia región autónoma política y cultural, y eso también fue percibido por los votantes.

Como resultado, los votantes se inclinaron por una derecha que sí está dispuesta a hacer frente a estas cuestiones: Likud, Israel Beiteinu, Shas, Unión Nacional y Habait Haiehudi y 60 de sus 65 escaños en la Knesset (el Judaísmo Unido en la Torá está fuera de esta imagen). Una mayoría muy decisiva. Y la izquierda que prefirió huir antes que plantarlas cara (a lo Barak) o que adoptó una posición pro-árabe palestina (a lo Meretz), sólo ha recibido 17 escaños de la Knesset. Kadima, que parece situarse a la izquierda en ciertos temas, no está exactamente con ellos.

Y así, incluso en los bastiones más seguros del Meretz, en los kibutzim del movimiento Hashomer Hatzair, se prefirió el voto útil al Kadima. Incluso en el kibutz Merjavia, con todo lo que simboliza para la izquierda radical-sionista, el Meretz perdió ante el Kadima. Lo mismo sucedió en el kibutz Mishmar HaEmek. Muchos miembros del Movimiento Unido Kibbutz han votado a favor de Kadima y no por los laboristas. Y no sólo por el aura glamorosa de Tzipi Livni. Sino al contrario, principalmente porque Barak y un gran número de los candidatos del partido han perdido su aureola sionista, dejaron de respetar las reglas del juego y abandonaron la dirección nacional del sionismo socialista.

Autor: Israel Harel - Ha´aretz
Traducción: Safed-Tzfat Jose Antonio
http://noti.hebreos.net

¿Por qué ha fracasado la izquierda en las elecciones israelíes? es más ¿por qué la izquierda está dispuesta a suicidarse en todo el mundo apoyando la barbarie islámica?

miércoles, 18 de febrero de 2009

¡ Libertad para estos "chavales" !




El Doctor Muerte



El alemán atlético y de una estatura imponente que los habitantes de El Cairo conocían como Tarek Hussein Farid mantuvo hasta en la vejez la disciplina de caminar unos quince minutos diarios por las bulliciosas calles de la capital egipcia. Caminaba hasta la famosa mezquita Al Azhar, donde se había convertido al Islam, y hasta el Café J. Groppi, en el centro, donde encargaba tortas de chocolate para sus amigos y compraba bombones para los hijos de éstos, que lo llamaba tío Tarek.

Amigos y conocidos de Egipto también lo recuerdan como un ávido fotógrafo aficionado que casi siempre llevaba una cámara colgada del cuello, pero nunca permitía que lo fotografiaran. Tenía buenos motivos para ello: el tío Tarek se llamaba Aribert Ferdinand Heim; miembro de las Waffen-SS de Hitler y médico de los campos de concentración de Buchenwald, Sachsenhausen y Mauthausen. El tío Tarek era el Doctor Muerte.....

Leer el artículo completo

Por desgracia, como tantos otros, murió en la cama. Y como tantos otros continuó su odio hacia los judíos. Y como tantos otros estuvo ligado al islam y al mundo árabe. Nada nuevo.

martes, 17 de febrero de 2009

Atenas y Esparta, inseparables en Israel

Siento envidia de Israel.
Por Marcos Aguinis. (Escritor. Autor de "La pasión según Carmela")
Reenvia: http://www.porisrael.org/ y Dori Lustron

Hace un tiempo escribí que el Estado de Israel quiso ser Atenas y lo obligan a portarse como Esparta. Mantengo ese criterio.

Antes de la independencia israelí los judíos asumían que desde Sión se irradiaría paz, luz y saber. Estaba aún lejos la soberanía sobre el terruño ancestral, pero durante la refertilización, reconstrucción y reforestación que desencadenaron los pioneros en esa olvidada provincia del Imperio Otomano, también se establecieron instituciones académicas, científicas y artísticas. La lista de obras realizadas en pocas décadas es apabullante, porque incluye teatros, orquestas, institutos técnicos, una red de escuelas, centros de investigación, la universidad de Jerusalén, conservatorios, el museo Bezalel, huertas, granjas y fábricas. Consolidaron una mentalidad vinculada al trabajo y la creación mediante la erección de ciudades grandes y pequeñas, kibutzim y moshavim, desarrollo vial, excavaciones arqueológicas.

No me gusta ser apologista, pero hay hechos demasiado evidentes que se tratan de negar falazmente. Como argentino, envidio a Israel. Y lo digo, aunque suene a "políticamente incorrecto" en estos días de dolor, confusión y odio.

Israel fue uno de los hechos progresistas más notables del siglo XX. Extensiones desérticas se convirtieron en jardines. Fueron plantados bosques donde sólo había colinas peladas. Documentos del Foreing Office detallan las columnas de árabes provenientes de Egipto y Siria que inmigraron a la entonces Palestina bajo mandato británico para beneficiarse de la industriosidad sionista.

Pese a la ausencia de recursos naturales y la pobreza inicial, fue maciza la decisión de poner las bases de un Estado que fuese productivo, democrático, pluralista, con libertad de expresión, igualdad de la mujer y majestad de la justicia. Significaba una revolución en el Oriente Medio, que generó asombro y luego animosidad entre los sectores más quietistas de toda la región, incluidos los judíos ultra-ortodoxos que allí vivían desde hacía siglos. Por eso dirigentes regresivos como el Mufti de Jerusalén, viajaron a Berlín y Zagreb, para fotografiarse e inclinarse ante Hitler y Ante Pavelic, prometiéndoles liderar la "solución final" en Medio Oriente limpiándolo de judíos.

El renaciente Israel arraigaba en la tradición de los profetas, pero también en la herencia que provenía de Atenas. Ben Gurion fue un lector incansable de los clásicos griegos. La ciudad de Pericles era un modelo que se articulaba con la tradición bíblica y talmúdica. No obstante, pese a que se quería edificar algo semejante a la Atenas de Pericles, hubo que entrenarse para los combates, como los espartanos. Se debía lidiar con un océano hostil. Entonces surgieron personajes bravíos como Leónidas. Se formó un ejército estrictamente popular, donde cada ciudadano debía poner el pecho para defender a su familia. Si no se era también Esparta, no se podía sostener Atenas. Era -sigue siendo- una cruel paradoja.

La mentalidad de Esparta, sin embargo, jamás asfixió la de Atenas. Después de la independencia (año 1948), pese al racionamiento por falta de víveres, y tener que recibir espectrales sobrevivientes del Holocausto -además de los 800 mil judíos expulsados de todos los países árabes como expresión de venganza por la derrota militar-, se fundaron más universidades, más teatros, más conservatorios, editoriales, periódicos, centros culturales, numerosos museos. Se realizaron descubrimientos de trascendencia en el campo de la biología, la agricultura, la genética, las comunicaciones, la química, la informática .. Muchos israelíes recibieron reconocimientos internacionales, entre los cuales figuran varios premios Nobel.

En casi un siglo y medio de afiebrada actividad pionera, ese diminuto fragmento del globo terráqueo vibra con el espíritu de una resucitada y asombrosa Atenas, pese a que los vecinos y una parte enceguecida del mundo la quieren borrar del mapa y la obligan a portarse como Esparta.

García Granados, embajador guatemalteco ante la ONU durante la independencia de Israel, escribió que la legitimidad de este país arraigaba en su extraordinaria potencialidad constructiva y la notable autodefensa desplegada por sus ciudadanos. "Israel no fue un regalo, sino que ganó en buena ley su lugar entre las naciones". Su vocación no es la guerra, sino vivir en paz para seguir creando. Por eso, cuando Egipto aceptó la paz, Israel le devolvió hasta el último grano de arena del Sinaí, un territorio tres veces más grande que el suyo propio.

lunes, 16 de febrero de 2009

También el PP

Una kefiya para el PP
Por GEES (http://www.gees.org)
Reenvía: http://www.porisrael.org y Dori Lustron

El Partido Popular puede seguir diciendo, en una letanía interminable, que sus principios políticos no han cambiado y que son los mismos de siempre. Su apoyo a la proposición izquierdista del pasado día 12, llenan de preocupación y dan la razón a quienes denuncian el entreguismo que en cuestiones fundamentales hace el PP a la neoizquierda de Zapatero. Y es más grave cuando afectan a temas tan esenciales como la lucha contra el terrorismo.

Esta es la defensa del PSOE de la proposición izquierdista que el PP hace inexplicablemente suya:
Hamás ha provocado y alentado con sus ataques hacia poblaciones israelíes esta dramática situación, demostrando una gran irresponsabilidad y un desprecio absoluto a la seguridad de su pueblo; sin embargo, el legítimo derecho de Israel a defenderse no puede suponer en absoluto una carta blanca para infligir un castigo colectivo a la población civil palestina. Israel ha rebasado muchas líneas rojas durante los veintidós días de ofensiva, y por ello desde mi grupo creemos necesario ofrecer un firme apoyo a la iniciativa del secretario general de Naciones Unidas para esclarecer y deslindar toda responsabilidad de cualquier posible violación del derecho humanitario internacional que haya podido cometerse las pasadas semana.
Ya es grave que el Partido Popular no se indigne cuando se recuerda la "irresponsabilidad" de Hamás, pero se denuncia el "castigo colectivo", el "traspaso de líneas rojas" y la "posible violación del derecho humanitario" de Israel, haciendo suya sin pestañear la interpretación de Zapatero del conflicto. Si el PP cree que los enemigos de la democracia se comportan "irresponsablemente", pero las democracias violan el derecho humanitario, llevan a cabo castigos colectivos y traspasan líneas rojas, lo mejor que puede hacer es revisar los principios que sustentaron la lucha antiterrorista entre 1996 y 2004 y sumarse a la Alianza de Civilizaciones y el apaciguamiento que ZP lleva a cabo desde el 14M.

Pero resulta aún más sorprendente que el portavoz del PP haga suyo en sede parlamentaria el vocabulario radical palestino: cuando habla de la "maquinaria militar israelí" suena como cuando la izquierda abertzale habla de la "maquinaria represiva del Estado español" para referirse a la respuesta democrática al terrorismo de ETA. Porque de eso precisamente se trata: Hamás es un grupo totalitario que emplea métodos terroristas contra los palestinos y los israelíes, y la democracia israelí trata de hacerle frente como buenamente puede.

En relación con los grupos totalitarios, no hay víctimas de primera ni víctimas de segunda, Estados con derecho a defenderse y Estados puestos bajo sospecha cuando lo hacen. Esto debiera saberlo el PP, porque él fue –eran otros tiempos– el que hizo de esto un principio irrenunciable. Por eso resulta moralmente repugnante e intelectualmente inadmisible que se proponga combatir el terrorismo aquí, pero se desconfíe cuando otras democracias lo hacen. ¿Que pensaría el PP si alguien calificara a ETA de "irresponsable" y fiscalizara la actuación de las fuerzas de seguridad cuando los terroristas se quejaran? Pues eso es lo que está apoyando el partido de la derecha: hacer a los demás lo que no se admite que se haga consigo mismo.

Tras el alto el fuego, Hamás ha continuado con los actos criminales; más de 70 palestinos asesinados por quienes el Congreso, con el PP incluido, llama "irresponsables". Si hacer el juego a los islamistas de allí y a los izquierdistas de aquí va a ser parte del programa que el PP presente a las próximas elecciones europeas, lo mejor es que lo diga. Le regalaremos una kefiya.
¿Qué esperaban? ¿que el PP fuera consecuente con lo que dice defender? ¡pero hombre! estamos hablando de un partido político lleno de políticos, como es lógico, es decir lleno de gente que hacen y dicen lo que sea con tal de perpetuarse en su puesto, o puestecillo da igual. Si ven que vende condenar a Israel pues lo condenan ¡que más da! lo importante es no salirse del camino de lo políticamente correcto, repetir como loros las consignas del buenismo, convertirse en un borrego más del rebaño. Así les va ...

domingo, 15 de febrero de 2009

La cobardía se adueña de Europa

Gran Bretaña prohíbe la entrada de Geert Wilders en su territorio
www.minutodigital.com
Redacción | IKER ELORRIAGA

El Reino Unido ha prohibido entrar al país al diputado holandés Geert Wilders, quien pretendía proyectar en la Cámara de los Lores su película sobre el Corán, Fitna.

Lord Pearson, miembro de los Lores, había invitado a Wilders a la Cámara alta del Parlamento británico para mostrar este jueves su filme, “Fitna”, que en 2008 desató la ira de los radicales en países islámicos como Irán, Pakistán o Indonesia.

Sin embargo, la Embajada británica en Holanda envió una carta al parlamentario holandés -líder del Partido de la Libertad (PVV)- para informarle de que no se le permitirá el acceso al Reino Unido.

Wilders ha tildado de “cobarde” la decisión del Gobierno británico y no descarta viajar esta semana a Londres.

“Probablemente iré el jueves al Reino Unido. Veremos si me encadenan al llegar. Es una decisión increíble tomada por un grupo de cobardes”, ha señalado el diputado holandés, según publicada hoy el diario The Daily Telegraph.

Lord Pearson calificó la decisión del Ejecutivo británico de “inaceptable” y justificó su invitación a Wilders como una defensa de su “libertad de expresión incluso si no se está de acuerdo con lo que dice”.

Según el Daily Telegraph, el ministro holandés de Exteriores, Maxime Verhagen, habló este martes con su colega británico, David Miliband, para protestar contra la prohibición.

“Es vergonzoso que un parlamentario holandés vea rechazada su entrada en un país de la Unión Europea (UE)”, subrayó Verhagen.

En los quince minutos que dura “Fitna”, Wilders, que ha recibido amenazas de muerte por sus ideas y tiene protección policial las 24 horas, define el Corán como un “libro fascista” que incita a la violencia.

La película, cuyo título significa caos o enfrentamiento en árabe, contiene versos coránicos que se mezclan con imágenes de los atentados perpetrados en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, en Madrid el 11 de marzo de 2004 y en Londres el 7 de julio de 2005.

REALIDAD DEL ISLAM EN GRAN BRETAÑA

La negativa a la entrada de Wilders en el Reino Unido contrasta con la realidad del islam en Gran Bretaña. Acompañamos un video de las últimas manifestaciones celebradas en Londres en favor de los terroristas de Hamas en el que puede verse como la policia inglesa retrocede ante el avance de los islamistas.