sábado, 13 de diciembre de 2008

La SGAE al ataque

Los Moros y Cristianos de El Campello condenados a pagar 20.000 euros a la SGAE
La Junta Festera de Moros y Cristianos de El Campello, según publica el diario La Verdad de Alicante,deberá pagar 20.095 euros a la Sociedad General de Autores (SGAE) por usar música gestionada por ella sin su autorización.
Según publica el diario La Verdad de Alicante la Junta Festera de Moros y Cristianos de El Campello deberá pagar 20.095 euros a la Sociedad General de Autores (SGAE) por usar sin su autorización música gestionada por ella entre el 2004 y el 2007.
Así lo establece en una sentencia del titular del Juzgado de lo Mercantil 1 de Alicante, Rafael Fuentes Devesa. El magistrado, además, prohíbe a los festeros que sigan reproduciendo dicho repertorio hasta que obtengan la correspondiente autorización.
En este caso, la propia Junta de El Campello admitió en una audiencia previa celebrada en el juzgado la infracción del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual (TRLPI). Admitida por la Junta Festera dicha infracción legal, el debate se centraba en la cuantía de la indemnización, que la SGAE calculaba inicialmente en 27.165 euros y que la entidad infractora reducía a 18.839. Finalmente, los condenados deberán pagar 20.095 euros a la sociedad.

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Nombres que afectan a la dignidad?

Caín y otros nombres que no se pueden poner a un niño en España
http://blogs.periodistadigital.com

En España de lo que cree la mayoría de la gente, no se puede llamar a los hijos como a los padres les venga en gana. Existen unos límites regulados en los artículos 54 de la Ley del Registro Civil y el 192 de su Reglamento.

Como explican en Historia Infinita, están prohibidos los nombres que perjudiquen a la persona o afecten su dignidad, como Caín o Judas.

Respecto a los diminutivos, la ley admite nombres que tengan la misma relevancia que el nombre propio del que derivan, tales como Sandra, Mariola o Lola. Sin embargo, otros como Nacho y Charo no se permiten.

También se prohíben nombres que no especifiquen el sexo del poseedor (aunque Trinidad, Consuelo, Cruz, Olvido o Sagrario pueden emplearse para referirse a ambos sexos), y tampoco se podrán imponer más de tres nombres simples que se unirán por un guión, o más de uno compuesto.

Por otra parte, se permiten los nombres de origen extranjero, de personajes históricos, mitológicos, artísticos, geográficos. Y en general nombres abstractos o de fantasía. También conceptos e ideas, incluyendo derechos como Libertad.

Bombay es la confirmación

El terrorismo maquiavélico
Moshé Yanai ( El Reloj )
http://noti.hebreos.net

El joven rabino y su esposa yacían en un charco de sangre. Ambos fueron encontrados maniatados y habían sido asesinados a sangre fría, mucho antes de que se iniciara el ataque de las tropas indias. Otras seis personas habían perdido la vida por el simple hecho de ser judíos. Era una escena espantosa, pero como se la había visto ya tantas veces previas, no despertó mayor atención. Al fin y al cabo, ya se habla de unas 350 personas que perdieron la vida en esa serie de atentados. Los hindúes ya afirman que lo ocurrido en la capital comercial de su país es el S-11 de la India.

La gravedad del atentado en Mumbay (Bombay) es que fue minuciosamente preparado por mentes maquiavélicas y ejecutado con precisión por personas que estaban dispuestos a afrontar la muerte. Es casi seguro que no todos ellos habrán sido liquidados; en la confusión de los ataques en los grandes hoteles, la estación ferroviaria y otros lugares públicos, es posible que hayan logrado escapar y hayan encontrado refugio con otros cómplices del islamismo fundamental. No cabe duda que deben haber tales en una ciudad que tiene entre 13 y 16 millones de habitantes. Más que el doble de la población de todo Israel.

Cunden muchas teorías sobre la identidad de los terroristas. Pero no se discute el hecho que se trataba de musulmanes. Musulmanes fanáticos que no pueden aceptar el hecho que en el mundo hay grandes sectores que no obedecen los dictados de Alá. Ya sean cristianos, judíos, hindúes, budistas como de cualquier otra confesión, no dejan de ser malvados infieles que no merecen gozar de vida. Solamente el fiel mahometano, que sigue al dedillo los preceptos del Profeta, tiene el derecho de vivir en esta Tierra y recrearse con los placeres del Paraíso una vez haya cumplido con los preceptos que su religión le impone.

Para ellos la vida humana no tiene mayor importancia, siempre y cuando se persiga un objetivo que a su modo de ver tiene tanta preeminencia: conseguir la supremacía islamista para que impere en todo el mundo, en lugar de la degenerada y decadente sociedad occidental que, a su modo de pensar, lo domina hoy en día.

Hay que hacer un llamado a las sociedades progresistas de todo el mundo: el peligro acecha; está hoy presente en toda Europa, en los EE.UU., en la América Latina, en todo el orbe. Repito: no todos los musulmanes son terroristas; pero la abrumadora mayoría de los terroristas profesan esa religión, y se basen en sus enseñanzas para mantener una lucha sin cuartel contra los infieles. Y éstos tienen la obligación de defender uno de los valores más preciosos que ha conseguido obtener: la libertad. De modo que quienes critican a Israel porque sabe defenderse han de comprender de una vez por todas que cometen un grave error: se están traicionando a sí mismos. Porque Israel es el baluarte de la democracia en el Medio Oriente; porque al defenderse contiene en cierto modo esa avalancha de incontrolable odio que ya se está haciendo patente por dondequiera exista una sociedad no musulmana. Que conste que ya hemos advertido en el pasado sobre esa grave contingencia, y que la repetimos ahora. Los sucesos en Mumbai bien lo confirman

jueves, 11 de diciembre de 2008

O hay islam o hay yahiliyya

La espada del islam

Pilar Rahola
(La Vanguardia. Barcelona)

Reenvia: http://www.porisrael.org/ (Dori Lustron)

Usa el nombre del islam, pero es el principal asesino de musulmanes en todo el planeta.

La yihad es la revolución permanente para el movimiento islámico", escribió Sayyib Qubt, uno de los ideólogos del fundamentalismo, en su libro más emblemático, "Señales en el camino", publicado en 1964. Su homólogo pakistaní, Abu Ala al Maududi, fundador de la sanguinaria Yamaa Islamiya -responsable de los atentados de Bali- fue igualmente explícito en los libros que publicó, antes de morir en Lahore en 1979: "o hay islam o hay yahiliyya", es decir, o hay islam, o hay apostasía, maldad contra Dios. La opción, pues, para el buen creyente se planteaba como inexorable.

Años antes, Hasan al Banna, el fundador en 1928 de los Hermanos Musulmanes y padre espiritual de todas las organizaciones yihadistas del mundo, ya había asegurado que la yihad bélica era el único camino para retornar la gloria a la Umma, es decir para avanzar en el sueño de una comunidad musulmana planetaria.

A diferencia de la yihad del corazón, que es una lucha espiritual, la yihad de la espada necesitaba organización, captación y acción violenta, y para esa triple necesidad, trabajaron a fondo desde principios del siglo veinte. Lo primero que resulta fundamental entender, pues, es que la violencia yihadista ni es un fenómeno reciente, ni es local, ni es explicable en términos de terrorismo clásico. Sus tiempos no son los nuestros, sus causas no son las obvias, sus movimientos no son previsibles.

Observado el fenómeno con la lupa geopolítica, sus motivaciones podrían vincularse a causas nacionales clásicas -Cachemira, Palestina, Chechenia, Mindanao, los uigures de Xinjiang…-, pero en realidad esas causas no son el objetivo del yihadismo, sino la fuente de sus justificaciones.

Solo hace falta leer los escritos de sus líderes, para entender que la concepción occidental del yihadismo, es inservible. Dokky Umarov, en su proclamación unilateral del Emirato Islámico del Cáucaso, lo dijo claro: "Nosotros somos parte indivisible de la Umma islámica y no es necesario determinar las fronteras. El Cáucaso está ocupado por kuffar (infieles) y apóstatas y es Dar al Harb, el territorio de la guerra, y nuestra tarea prioritaria es convertir el Cáucaso en Dar as Salam (la Casa de la Paz), estableciendo la charia y expulsando a los kuffar. Después de expulsarlos, debemos reconquistar todos los territorios históricos de los musulmanes, y estas fronteras están más allá de los límites del Cáucaso".

Su homólogo, Ayman al Zauahiri, el ideólogo de Al Qaeda, escribió en la famosa fetua de 1998, "todo musulmán que esté en condiciones de hacerlo tiene el deber personal de matar a los americanos, a los judíos y a sus aliados, en cualquier país donde sea posible". Y así hasta el infinito. Como me he permitido señalar a menudo sobre del yihadismo, nuestro primer problema es que no leemos sus textos.

Este es el decálogo para entender el fenómeno totalitario más importante desde el nazismo.

Primero, es planetario, es bélico y su trinchera es el mundo global.

Segundo, se alimenta de causas nacionales, pero no cree en ellas. Su finalidad es la República Islámica mundial.

Tercero, no presenta organizaciones clandestinas al uso, sino una filosofía general que permite la autonomía de sus seguidores, una especie de franquicia del terrorismo.

Cuarto, se nutre de jóvenes de barrios pobres, sin perspectivas ni esperanzas, necesitados de sentido en su vida.

Quinto, mezcla con perversa inteligencia épica, religión y nación, de manera que da trascendencia tanto terrenal como espiritual.

Sexto, lleva miles de muertos en todo el mundo.

Séptimo, su estrategia es la desestabilización permanente.

Octavo, mueve mucho dinero.

Noveno, es minoritario en el islam, pero su movimiento genera millones de simpatizantes.

Décimo, usa el nombre del islam, pero es el principal asesino de musulmanes en todo el planeta.

Este fenómeno es el que ha asesinado a decenas de personas en la India. Y en Bali, y en Jerusalén, y en Nueva York, y en Buenos Aires, y en Yemen, y en Londres y en Madrid...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Yihad para imbéciles

Sí, los terroristas están ganando
Steven Emerson

http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=4817

Reenvia: http://www.porisrael.org/ (Dori Lustron)

Este último sábado, el New York Times publicaba una columna editorial titulada "Lo que odian de Bombay," centrada específicamente en los pecados del libre mercado cometidos en esa gran ciudad. Con neutralidad superficial, la columna lograba achacar la culpa a extremistas musulmanes e hindúes por igual, sin culpar a ninguna de las dos partes de los criminales atentados.

Siguiendo la mejor tradición de "La yihad para tontos", ¿por qué no hacemos un año entero de columnas editoriales en serie, estilo coleccionable, y las titulamos "Por qué odian..." con Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, España, Alemania, Holanda, Marruecos, Argelia, Túnez, Israel, Jordania, Irak, Egipto, Kenia y los 74 países que faltan en donde el Islam radical ha levantado su violenta cabeza?

Contemplar y leer los últimos días de información acerca de los atentados de Bombay ha sido una experiencia propia de Alicia en el País de las Maravillas. Incluso después de que un grupo terrorista islámico reivindicara la autoría, periodistas y presentadores de informativos evitaban a cualquier precio el término terrorista islámico.

El miércoles, incluso si todo el mundo sabía a estas alturas que los autores materiales son yihadistas, la CNN se refería constantemente a los terroristas como "extremistas" sin más detalles. A continuación, el presentador de la CNN preguntaba con total inocencia a su invitado, "¿Por qué un grupo terrorista pondría sus miras en un templo judío de oración?" Porque, mi querido presentador políticamente correcto, se trataba de un grupo terrorista islamista.

La mayor parte de los funcionarios públicos llegaron a dar nombres como Al-Qaeda o Laskar-e-Taiba como sospechosos potenciales. Pero incluso en estos casos, las conversaciones no tenían sentido. Un tertuliano decía que no podía tratarse de Al Qaeda, porque el comportamiento de Al Qaeda consiste en explosiones masivas simultáneas (como si Al-Qaeda siguiera un guión programado). Otro experto decía que la Laskar carecía de los recursos para perpetrarlo, olvidando como siempre que todos los grupos terroristas islámicos comparten recursos, a los reclutas de los demás grupos, que se entrenan entre sí, que proporcionan a los demás equipo y, lo más importante de todo, todos quieren destruir a "sus enemigos".

En Estados Unidos, tras el 11 de Septiembre, un grupo de varones americanos (conversos en su mayoría) se declararon culpables o fueron declarados culpables de entrenarse con la Laskar o intentar "emprender la guerra" contra los Estados Unidos. Las pruebas presentadas en el proceso demostraron que la página web del grupo -- antes de ser clausurada -- se centraba de manera desproporcionada en dos enemigos: los estadounidenses, y los judíos. En el 2004, Ismail Royer, un empleado del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR) que se había entrenado con los Talibanes, se declaraba culpable de tenencia de armas y explosivos. Fue condenado a 20 años de cárcel. En testimonio posterior ante el gran jurado, Royer admitía que el principal objetivo de la célula era luchar junto a los Talibanes contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán.

Nuestros gobiernos políticamente pusilánimes, seguidos en parte por los medios de comunicación, han empezado ahora a prohibir el uso del término "terrorista islámico" o "militante islámico," insistiendo en que simplemente se les llame "extremistas" o "militantes." Es hora de dejar de capitular al colectivo políticamente correcto. Si nos negamos a utilizar el término terrorista islámico, convenientemente absolvemos a todos los grupos islámicos de la obligación de detener la ideología criminal que propagan.

Incluso después de la sentencia condenatoria con 108 cargos en el caso de la Fundación Tierra Santa-Hamas esta pasada semana, el New York Times no centraba su información en las condenas por fomentar el terrorismo y colaborar en incontables muertes de civiles, sino en relatos destinados a dar pena acerca de esposas e hijas de los condenados que (vaya sorpresa) afirman que sus padres y maridos son inocentes. ¿Puede usted imaginar al New York Times centrando su cobertura en las familias de condenados del KKK o de grupos neonazis?

Todo va en el mismo paquete. Tras más de siete años del 11 de Septiembre, podemos ya establecer un veredicto: los terroristas islámicos han ganado nuestros corazones y nuestras mentes.

Es hora de dejar de claudicar o de sentirse intimidados por colectivos islámicos fachada que se hacen pasar por grupos de derechos civiles. En 2007, la perversión quedaba en evidencia cuando el FBI difundía su informe anual 2007 de crímenes de odio. De las 1.628 víctimas de crímenes de odio religioso, el 69,2% eran judíos y el 8,7% eran musulmanes. Aun así, hubo 40 veces más noticias el año pasado sobre islamofobia que sobre antisemitismo.

La masacre de Bombay fue un complot planeado al milímetro y perpetrado por grupos terroristas islámicos. Punto. Y mensaje a Obama: "hasta que el peso de la responsabilidad no caiga sobre los grupos islámicos "de derechos civiles" que quieren prohibir la libertad de expresión y que afirman que cualquiera que utilice el término terrorista islámico es racista, no habrá ninguna esperanza de ganar esta batalla."

martes, 9 de diciembre de 2008

Hay que elegir

ISLAM O CIVILIZACION

Israel Winicki (Isi_winicki@hotmail.com)

www.porisrael.org (Dori Lustron)


Al principio pensé escribir este artículo narrando la historia del Islam desde sus comienzos hasta la actualidad, pero el espacio es demasiado breve como para describir 1400 años de invasiones, de intolerancia, de desprecio hacia la vida.

Entonces pensé analizar los sucesos de Mumbay, pero tampoco era posible. ¿Cómo describir la sangre derramada de 200 personas inocentes? ¿En qué forma se puede explicar la tortura y muerte de un joven rabino y su esposa, embarazada de cinco meses, cuyo único "pecado" era dirigir un centro judío? ¿Se pueden analizar los gritos de un niño de dos años llamando a su madre?

Además sabía que todo lo que escribiera en estos días estaría teñido de furia, de deseos de venganza. Así que decidí esperar hasta que los cuerpos de las víctimas reposaran en sus tumbas y que la vida continuara su curso ¿normal?

Hace 30 años un barbado individuo asilado en Francia lideraba en Irán una revolución destinada a derrocar al Sha. El gobierno francés se frotaba las manos, mientras hacía cuentas con el petróleo que recibiría de este personaje a quien había protegido.

La revolución triunfó y los ayatollahs tomaron el poder. La embajada de los EEUU fue ocupada por los revolucionarios, quienes mantuvieron como rehenes a todo el personal diplomático durante varios meses, en violación de todas las leyes internacionales. Y el mundo guardó silencio. Los progre de izquierda gritaban a los cuatro vientos "¡Es el pueblo iraní que protesta por los años de sometimiento de Irán a la política de USA!" Y tras la revolución los progre de izquierda iraníes eran fusilados por los Guardias Revolucionarios.

En 1982 esos mismos ayatollahs dan su bendición al nacimiento de Hizbollah, grupo terrorista enquistado en el Líbano. Y ese grupo no se contentó con atacar a Israel en su suelo, sino que realizó dos atentados en la Argentina, la Embajada de Israel y la AMIA, con más de cien muertos, centenares de heridos y una herida que no cierra. Y ese grupo provocó en 2006 una guerra, al secuestrar a dos soldados dentro de Israel (los soldados murieron el día del secuestro, pero Nasrallah jugó durante dos años con las esperanzas de dos familias), en la que bombardeo indiscriminadamente el norte israelí. Y los progre de izquierda gritaron "¡Hizbollah es la resistencia del pueblo libanés!" Y la verdadera resistencia libanesa, los cristianos, se ven obligados a abandonar su patria y exiliarse.

En Afganistán había que derrocar al régimen comunista, así que los EEUU armaron a los talibanes y los entrenaron, y ayudaron a Osama bin Laden a organizar Al Qaedda. Y en el 2000 la serpiente mordió a quien la había protegido, destruyendo en un feroz atentado, las Torres Gemelas, bajo cuyos escombros quedaron sepultadas miles de vidas.

Y a partir de ahí fue la debacle. Atocha, Londres, Bali, Marruecos, Estambul, Delhi. Y Hamas tomando el poder en Gaza, masacrando opositores y bombardeando Israel. Y en Somalía, y en Nigeria, y en Belen, y en Nazaret. Asesinatos, persecuciones de cristianos, limpieza étnica. Terroristas suicidas detonándose en las calles de Bagdad, en autobuses y pizzerías de Israel.

Y se lanzaron a la conquista de Europa. España, tras Atocha, se inclina sumisa ante los musulmanes. Carteles en árabe en las rutas, ataques contra Israel en la prensa, y se cantan loas a Maruja Torres, la Bruja Maruja, una antiisraeli, idiota útil al servicio del terrorismo islámico, y Juan Miguel Muñoz, corresponsal del diario El País en Israel, miente y miente, y Moratinos sigue llorando a Arafat, y Zapatero usa la kefie palestina.

Y en Francia se apoderan lentamente de las ciudades, e imponen sus leyes en barrios enteros, y provocan alzamientos con toda su secuela de destrucción.

Y en Gran Bretaña logran que haya obispos que pidan que sea legalizada la Sharia.

Y en Holanda Navidad ya no es Navidad sino Fiesta de las Luces para no ofender a los musulmanes.

Y en Argentina los Petrossino, D´Elia, Abudara Bini, Bonafini, y toda esa caterva de mercenarios y nazis a ultranza ponen el grito en el cielo proclamando la inocencia de Irán y Hizbollah en el caso AMIA "¡Fueron el Mossad y la CIA!" Gritan a los cuatro vientos, burlándose del recuerdo de sus compatriotas asesinados y del dolor de sus familiares.

Y las mezquitas florecen como hongos después de la lluvia en todo el mundo y se convierten en escuelas de terrorismo.

Y Ahmadinedjad, un loco iluminado que se cree la reencarnación del Mahdi, desarrolla tecnología nuclear con la ayuda de Rusia (mientras Irán ayuda a los chechenos en su lucha contra este país) y proclama a los cuatro vientos su intención de destruir a Israel.

Y en todo el mundo musulmán se desatan olas de ataques contra embajadas y se queman banderas porque alguien dibujó caricaturas de Mahoma, y se sienten ofendidos. Pero ellos organizan exposiciones de caricaturas ridiculizando el Holocausto.

Y en sus países siguen cortando manos a los ladrones, y apedreando adúlteras, y ahorcando homosexuales, y considerando inferiores a las mujeres, y azotando a aquellos que cometen alguna pequeña infracción, y crímenes de honor, y fatwas condenando a muerte a escritores e intelectuales como Salman Rushdie.

Y el mundo calla

Y el mundo teme.

Y el Islam avanza como un cáncer.

Se han propuesto destruir a Occidente e imponer el Coran como única fuente de sabiduría. Así como en el año 641 destruyeron la Biblioteca de Alejandría, afirmando que "Con el Corán basta", así como en el 2000 destruyeron dos estatuas de Buda de cientos de años de antigüedad en Afganistán, sin que les importara que fueran patrimonio cultural de la humanidad y objeto de veneración para cientos de millones de seres humanos, del mismo modo van avanzando y conculcando las libertades fundamentales, apoderándose de todos y cada uno de los países del mundo. Venezuela, Bolivia, España, Francia, Gran Bretaña. Y no existen países islámicos moderados, pues el mismo nombre Islam significa sumisión. Sumisión a una doctrina en la que está establecido que quien muere matando infieles tiene ganado el paraíso.

Para ellos la cultura occidental es el demonio.

Ya se que esta cultura que poseemos no es perfecta, tiene fallas, y muy grandes, pero en un ambiente de libertad y democracia se puede perfeccionar. Además existen los logros de más de veinte siglos de lucha del hombre por elevarse desde el estado de salvajismo: La libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de conciencia, la igualdad entre los sexos, la libertad religiosa, el derecho a la educación, esos son logros que el Islam quiere destruir.

Esperemos que los hechos de Mumbay despierten al mundo, que abandone su apatía, que abandone su miedo y enfrente al Islam como corresponde, con todas sus fuerzas, relegándolo nuevamente a los desiertos de Arabia y del Magreb. Así no se repetirán hechos como Atocha o AMIA y ya no habrá más niños de dos años llamando a sus madres asesinadas.